Parece mentira que a esta altura de la historia de la humanidad y de las relaciones humanas, de la lucha de los pueblos por buscar su bienestar se intente utilizar – malintencionadamente – el debate político de uno de los principales hombres del siglo para plantear desde allí una confrontación entre argentinos y cubanos.
A mí me tocó participar del Tercer Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo realizado en La Habana entre el 29 de enero y el 2 de febrero en el que Fidel Castro realizó una intervención de análisis de la situación socioeconómica mundial apoyándose en algunos ejemplos, entre otros el de Argentina.
En nuestro país hay muchos funcionarios a quienes les gusta sacarse fotos con los presidentes estadounidenses que son los que avalan los planes económicos que, día a día, arrojan a millones de argentinos a la marginalidad, a la exclusión social y al desempleo. Reconocen y defienden lo positivo de las relaciones carnales, pero cacarean cuando alguien les da la cana, cuando se ve la foto que da cuenta de la violencia sexual a la que son sometidos.
Cuando esas relaciones quedan al desnudo públicamente, se ofenden.
Se agrandan con los chicos y arrugan con los grandes, les cabe sólo el viejo código de los cobardes.
Lo que más me llama la atención es la poca trascendencia que se le dió al debate y a las resoluciones surgidas en el Tercer Encuentro.
En este país se le pega al cartero que difunde la noticia.
Se busca, primero, denunciar a la víctima antes que condenar al victimario.
{{{NO A LA DOLARIZACION}}}
Como resultará obvio el Encuentro condenó las políticas de la Globalización pero también avanzó en propuestas.
Nuestro trabajo de Tarifa Social y el Seguro de Empleo y Formación de la CTA fueron bien recibidos.
Hubo consenso en definir que las crisis cambiarias y financieras existirán mientras no se «generen mecanismos que frenen la actividad especulativa internacional, y las políticas económicas nacionales sean pocos sustentables.»
Se denunció la naturaleza destructiva de la dolarización y la necesidad de desmitificar el papel que los determinados gobiernos de la región pretenden asignarle para disciplinar y estabilizar las economías.
Con respecto a la deuda externa quedó claro que sería más importante crear un Club de Deudores que discuta en bloque con los acreedores en lugar de someterse individualmente a las chicanas y aprietes que luego culminan en Blindajes de dudoso resultado.
En la reunión a la que no sólo asistieron militantes enrolados en las ideas socialistas o de análisis marxistas sino también algunos comprometidos con proyectos y gobiernos capitalistas, tales como el premio Nobel de Economía, Robert Solow de Estados Unidos y Guillermo Perry, vicdepresidente del Banco Mundial para America Latina y el Caribe quien junto a Michel Gavín y Andrés Solimano fue a defender las tesis del libro: «Hacia la seguridad económica en la era de la Globalización».
En el Encuentro se coincidió en promover el reciclaje de los intereses de la deuda y destinar los recursos liberados para la construcción de viviendas, lo que contribuiría a pagar la deuda con parte de la renta inmobiliaria correspondiente. Una propuesta para ser aplicada en países como el nuestro en los que el monto de los intereses supera el déficit del presupuesto.
Con respecto al sistema tributario se propone reducir los niveles de los impuestos al consumidor y aumentar los que gravan el capital de forma progresiva, con vistas a mejorar la distribución de los ingresos al tiempo que se impulsa establecer un sistema tributario que estimule la desconcentración territorial de las empresas.
Se puso de manifiesto en el Tercer Encuentro la revalorización de la economìa política que toma en cuenta las relaciones de poder en contraste con la economía convencional (mainstream) que las excluye.
{{{CAVALLO o SOLOW}}}
Se denunció que muchas veces en nuestro países prevalece una corriente de pensamiento en economía que se edifica sobre premisas falsas, que hacen la apología del capitalismo visto como el único modelo concebible. Para contrarrestar este acostumbramiento de los políticos argentinos de convertir en gurúes a los economistas que como Domingo Cavallo, Martinez de Hoz o Alemann viven a costa de imponer planes económicos que matan a milllones de seres humanos se propone una tarea de construcción alternativa.
Tan afectos a promover el seguidismo de los mandatos externos su visión hasta es contraria al planteo del Nobel Robert Solow quien dijo que no se debía imponer a nadie ningun modelo que cada pais debe ser soberano a la hora de adoptar el suyo y que habia que tener presente la cultura y la historia de cada nación.
Pero convencidos de que teoría, poder y modelo económico alternativos sólo podrá hacerse examinando las experiencias particulares, confrontando pensamientos, tamizando propuestas. No hay recetas para salir de la crisis, pero menos hay salida si se imponen modelos elaborados por los cráneos del Fondo Monetario o el Banco Mundial quienes ya cargan en sus espaldas varios genocidios humanos por aplicación de políticas de ajuste.
En La Habana como en el Foro Social de Porto Alegre, en Mar del Plata como en La Matanza o en cualquier lugar del país se demuestra día a día que no sólo es posible este modelo insoportable sino que otro mundo es posible.