{“Nuestra interpretación es que falla la oferta. Que no puede haber una falla de demanda. Cuando más se demanda, el país está mejor, está creciendo, está distribuyendo mejor sus ingresos. Esta es una crisis de oferta : los sectores que tomaron a su cargo las empresas y los recursos naturales no invirtieron, entonces no hay oferta.”
({{Félix Herrero}}, ex presidente de Yacyretá y co-fundador del MORENO)}
Desde hace tiempo se viene hablando de la crisis energética. Y éste ha sido un discurso de todos los sectores. Desde los que se sientan a negociar nuevas traiciones a los trabajadores en los coloquios anuales de IDEA, hasta por quienes se encargan de representar a las multinacionales que explotan y se enriquecen al menor costo posible con nuestros recursos naturales y el pago de las tarifas de los servicios públicos.
Pero nadie se ha encargado de plantear claramente que la nuestra es una crisis de la oferta energética. Una crisis que es directamente proporcional a la forma en que se maneja el sistema energético. EL MODELO ENERGÉTICO PRIVATISTA DEMOSTRÓ QUE SUS INTERESES PASAN POR LA RENTABILIDAD, LA BAJA DE LOS COSTOS OPERATIVOS, LA EXPLOTACIÓN DE SUS TRABAJADORES Y EL ABANDONO DE LOS USUARIOS.
El Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora, a partir del proyecto de creación de ENARSA, realizó una propuesta vinculada a cuestiones que deberían tenerse en cuenta en este tema, o que se han dejado de lado hasta el momento. [(Ver recuadro «Propuesta alternativa del MORENO para la creación de ENARSA»).->197]
A partir de contemplarse en el proyecto definitivo esta propuesta, que además surgió como aporte al debate sobre este tema, puede afirmarse que ENARSA significa el comienzo de un cambio de rumbo en las prácticas neoliberales de los años ’90.
{{{UNA DE CAL Y UNA DE ARENA}}}
Sin embargo, y casi al mismo tiempo, el gobierno lanzó un proyecto para privatizar la línea Belgrano Cargas por 25 años. Este Ferrocarril es un verdadero corredor del MERCOSUR, que en 11 mil kilómetros de vías posibilita unir al país con Chile, Bolivia y Brasil y conectar los océanos Atlántico y Pacífico.
Este anuncio motivó una solicitada dirigida al Presidente de la Nación en la que se cuestiona el proyecto de privatización del ferrocarril Belgrano Cargas. “Entregarlo a manos privadas por los próximos 25 años significa perder el manejo de todos los equipos, trenes y estaciones, y que la tarifa sea fijada por el concesionario”, asegura la solicitada, para reafirmar que “desprenderse de este ferrocarril significaría que parte del desarrollo económico del país dependa de las corporaciones acusadas de defraudar al Estado.”.
“Insistir en el modelo privatista ferroviario de los 90, que trajo consecuencias desastrosas en lo social, lo demográfico, lo productivo y lo estratégico, entre otros males, sería un grave retroceso para el país. Sólo hay que recordar los seiscientos pueblos convertidos en fantasmas con el cierre de sus estaciones y cientos de familias que debieron emigrar.”
“Es necesario formar una nueva empresa ferroviaria pública con participación de los usuarios y las partes interesadas, que tome a su cargo la planificación estratégica sobre la red, el conjunto de la infraestructura ferroviaria y el control de circulación sobre la misma, impidiendo la existencia de operadores exclusivos mono-pólicos. Éste y no otro, es el modelo moderno que hoy se aplica en la Comunidad Europea y en varias naciones de nuestro continente”, concluye la solicitada rubricada por:
la Asociación del Personal de Ferrocarriles Argentinos, Administración General de Puertos y Puertos Nacionales, la Comisión Nacional por la Recuperación del Patrimonio, la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios, la Central de Trabajadores Argentinos, la Federación Agraria Argentina, el Foro Argentina de Transporte, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina, y el Movimiento por la Recuperación de la Energía Orientadora.
Debemos insistir en que hay un solo camino para salir de la crisis energética planteada. En este sentido, el Secretario General de CTA también muestra un horizonte: “Queremos impulsar una nacionalización de las decisiones en materia de manejo de los recursos energéticos, profundizar la participación sindical en los organismos de control y volver a tener empresas estatales testigo en el sector, para terminar con el chantaje de los grupos empresarios que tanto han ganado con la exportación de recursos naturales del país”.
Ese camino pasa por el cambio de modelo extranjerizante y privatista, el impulso hacia un Programa o Proyecto Energético Nacional Único, una política de recuperación de los recursos energéticos a manos del Estado Nacional, y que éste asuma en plenitud sus funciones soberanas, dejando de ser un socio menor de las empresas y grupos multinacionales.