La entrevista se hace muy fácil, es como dar impulso a una fuerza que existe en el interior de la mujer que, sentada en una silla de una oficina cualquiera, hace revivir recuerdos, le pone sonidos al pasado, movimiento, caras, sensaciones. Está todo dentro suyo, guardado pero vivo, listo para despertar en la memoria de todas las personas que son nombradas, o que fueron parte de esa lucha, el mismo recuerdo.
{“Rigane siempre estaba diciendo, ya desde años antes de que esto ocurriera, lo que se venía con las privatizaciones; siempre estaba defendiendo a la ESEBA como la empresa de Energía de la Provincia, para que no se privatice, para que no se pierda”}. Y con los cien despidos encima, la familia que es el gremio salió a luchar por lo que les habían robado: el trabajo, el futuro.
{“Así iniciamos la lucha por lo que era de uno, {{lo más importante en una lucha es saber qué es lo que querés lograr, y quién es tu enemigo.}} Si eso no está claro, no vas a tener éxito”.}
{{{La lucha comenzó enseguida}}}
Los compañeros empezaron a llamar al gremio, y a llamarse unos a otros y a venirse al sindicato, y pasaba que uno llamaba a otro, y ese otro decía “pará que me están tocando el timbre”, y eran los telegramas que iban llegando a las cien casas.
Enseguida se llamó a una asamblea, y se empezó a luchar, en realidad se continuó la lucha de la primera carpa, en la que se logró que 23 compañeros fueran reincorporados, algunos meses antes.
{“Hicimos ollas populares, el sindicato se transformó en nuestra segunda casa. Cuando se decidió el ayuno, que duró una semana, armamos grupos para turnarnos durante 24 horas en la carpa.
“Los compañeros que quedaron trabajando realizaron durante varios años una colaboración para quienes estaban cesantes, los trabajadores de Córdoba enviaron alimentos durante mucho tiempo. Y en el peor momento, el sindicato abrió un buffet para que los trabajadores cesanteados tuvieran un lugar de empleo allí.”}
Mari de Quintas casi no toma aire para contar, no necesita buscar en su mente, todo está firme, y lo relata con orgullo, y con la misma fuerza con la que ella y un grupo de esposas de los cien trabajadores despedidos, encararon aquella lucha.
En cercanía de una fecha en la que debemos honrar a todas las mujeres por su condición, nuestro reconocimiento a todas ellas.