Para nuestro Secretario Adjunto, Daniel Cuenca, el silencio de la empresa es político y se sustenta en un acuerdo ilegal, firmado con la FATLyF en el Ministerio de Trabajo de la Nación, donde la cooperativa se compromete a pagar el 50 por ciento del decreto. La resolución es improcedente porque el decreto habla del pago del total del aumento, como lo reclama nuestro gremio, y no puede sujetarse en acuerdos que aferran el aumento salarial a futuras mejoras tarifarias, como lo quieren la FATLyF y algunas federaciones de cooperativas. Y en el caso de la Cooperativa Mar del Plata, la medida se inmiscuye en la jurisdicción que le corresponde al Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata.
El aumento tarifario no es la tabla de salvación de nadie. Es el enorme negocio de las empresas multinacionales a costa del bolsillo de los trabajadores que vienen de más de 10 años de salarios congelados.
Asimismo, mientras la mayoría de las empresas abonaron el aumento o se han sentado a la mesa de negociaciones con la voluntad de llegar a un acuerdo, la Cooperativa Mar del Plata, además de no abonarlo, se sienta con otros actores no habilitados para la negociación.
Cuenca señaló a 8 de Octubre que el gremio ha intensificado no únicamente las acciones desde la denuncia pública, sino que también se realizó una presentación en el Ministerio, por parte de los trabajadores, que culminó en una inspección laboral, donde se constató el no pago del decreto. Se hizo la demanda judicial pertinente ante los tribunales laborales de Mar del Plata.
“Hasta que el Ministerio no sancione a la empresa por el incumplimiento y la obligue a abonar el 100 por ciento del aumento, vamos a seguir con las acciones”, dijo Cuenca y no descartó nuevas medidas de fuerza y gestiones en la justicia ordinaria.
“Con la Cooperativa Mar del Plata se da una situación distinta, a comparación de otras, tiene capacidad económica” afirmó Cuenca y concluyó “esto queda demostrado en el ofrecimiento de créditos financieros a sus socios, lo que significa una provocación a los trabajadores”.
Nuestro sindicato tiene y ha tenido voluntad de diálogo. Es una de sus banderas. Ha reconocido entonces los problemas reales de muchas de las empresas del sector, como también reconoce y pelea por los problemas de sus trabajadores. Pasa ahora por algunas cooperativas recordar que nacieron como instrumento solidario de las comunidades para proveer servicios esenciales que el Estado no prestaba y donde los intereses privados los abandonaron bajo el concepto de rentabilidad. No como trinchera política o herramienta para negociados, que nada tienen que ver con sus objetivos fundacionales.