{{Las reuniones de la Comisión Directiva de las últimas semanas de septiembre y los primeros días de octubre fueron movidas, intensas, y terminaban siempre en una única cuestión:
“¿alguien sabe qué dice el pronóstico para el sábado?”}}
El inicio de la fiesta se produjo momentos después de las 13, con un mensaje de bienvenida por parte del Secretario Adjunto Daniel Cuenca, y con la mención a modo de saludo de apertura, de todas las Delegaciones que constituyen la familia lucifuercista.
Con los más de mil asistentes de pie, el primer momento intenso fue el del Himno Nacional Argentino. A continuación del cual vivimos otra instancia fuerte, que fue la del reconocimiento a todos los compañeros que ya no nos acompañan, señalando de igual forma su presencia.
Con la celebración en marcha, volvimos a ponernos de pie, y nos llenamos de orgullo con las estrofas de la Marcha del Sindicato Luz y Fuerza. Esa melodía fue seguida por todos los presentes, algunos de quienes manifestaron su saludo a través de adhesiones y cartas, similares a muchas otras, de personalidades e instituciones y organizaciones que a la distancia, nos felicitaron por el aniversario (ver aparte, la mención de las adhesiones acercadas).
Había otras melodías preparadas, pero vinieron luego de que comenzara el sorteo de los regalos. Como para generar un poco de suspenso, los sorteos se fueron distribuyendo durante toda la fiesta. (ver recuadro con los premios y los ganadores). La música retomó el protagonismo de la fiesta de la mano del Grupo Aborigen, reconocidos artistas dedicados al folclore, ganadores de los festivales de ‘Ayacucho 2004′ y ‘Baradero 2004′, que presentaron una extensa lista entre temas populares y propios. Ellos lograron arrancar los primeros pasos de baile, todavía tímidos, en un salón que luego del almuerzo y durante toda la tarde, iba a transformarse en una pista gigante.
{{{La importancia de reconocer}}}
Hubo un reconocimiento a la Comisión Directiva por parte del compañero jubilado Oscar Distéfano.
Y el más emotivo, por lo apropiado y por las sensaciones que experimentó el propio destinatario y los presentes, y que se transmitieron en sus palabras, fue para el doctor Alfredo Battaglia.
El encargado de la entrega del reconocimiento fue José Rigane, junto a Horacio Godoy. Nuestro secretario general expresó la satisfacción por contar en Battaglia, con “un compañero militante, un hombre capaz de hacer cualquier sacrificio, aun aquél que parece imposible, un hombre que, siendo abogado, es capaz de enfrentar aquellas causas que parecen perdidas y busca el resquicio de lo legal. Que nos enseñó que los derechos no se reservan, se ejercen. Y un hombre que es capaz de recorrer las delegaciones, tener presencia y solidaridad, y en más de una oportunidad, lo hemos convocado para temas que tal vez otra persona hubiese dicho que no, y sin embargo él nos ha representado, ha estado allí, y como uno más”.
Entonces, cargado de emoción y cariño por estas palabras y los aplausos, “Tito” Battaglia, mostró su agradecimiento.