El abastecimiento de la demanda eléctrica «luce bastante complicado, principalmente para los inviernos de 2005 y 2006», indicó un informe de Standard & Poors (S&P) sobre la situación energética argentina. «La gravedad de la crisis en parte dependerá de la hidraulicidad y de la temperatura en invierno», agregó la entidad. El informe atribuyó las dificultades y la incertidumbre actual «al fuerte incremento de la demanda entre 2003 y 2005 que no tuvo contrapartida por el lado de la oferta». Subrayó que si la tasa de crecimiento de la demanda, que oscila entre 5% y 10% anual, «continúa y no se agrega capacidad en generación y transporte en forma relativamente rápida, el sistema eléctrico estará cada vez más expuesto a cualquier imprevisto como una sequía (40% de la capacidad de generación es hidroeléctrica) o un invierno muy frío». Según S&P, «la falta de inversión se debe principalmente a los bajos precios y tarifas, al elevado riesgo político y regulatorio, y también a la débil situación financiera de la mayoría de las empresas del sector». Destacó que además «la crisis del sector de gas natural (déficit de producción y cuellos de botella de transporte) contribuye a empeorar la situación eléctrica afectando el nivel de disponibilidad y eficiencia del parque térmico de generación». El informe indicó que «hasta ahora, el manejo de la crisis del sector se enfocó en medidas parciales para evitar interrupciones en el servicio». Entre ellas se refirió a la importación de fueloil, electricidad y gas, las restricciones a la exportación de gas, el plan de incentivos para ahorrar energía, y algunos incrementos de tarifas para clientes industriales. S&P señaló que esas medidas «evitaron hasta ahora importantes interrupciones de electricidad, pero podrían resultar insuficientes si la demanda continúa creciendo». Como hecho destacable, el informe mencionó que «el reciente anuncio de incrementar la capacidad de generación de Yacyretá debería aportar una importante contribución a la oferta, pero no antes de 2007/2008».