Después de nueve meses, el Consejo del Salario volvió a reunirse, lo cual es toda una señal. Con otras preocupaciones ganando su terreno, el Gobierno nacional, la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación General del Trabajo (CGT), se olvidaron nuevamente del trabajador y resolvieron elevar el mínimo a 630 pesos, escalonados de aquí al mes de julio.
Los delegados de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), que participaron de la reunión plenaria, votaron en contra de la propuesta por considerarla insuficiente y exigieron una vez más que ese ámbito sirva para discutir una verdadera política de ingresos que permita que en la Argentina no haya ningún hogar pobre. O lo que es lo mismo, y es además una reivindicación de nuestra central, implementar una distribución de la riqueza más equitativa.
No puede hablarse de salarios sin detenerse en cómo distribuye el ingreso en la Argentina. Por eso la CTA votó por un salario mínimo que esté en correspondencia con la línea de la pobreza, que es de 772 pesos. Pero el Consejo del Salario fue ganado por las necesidades de un año electoral y las internas del mismo sindicalismo que entregó los derechos de los trabajadores en los 90.
Está el compromiso de convocar nuevamente al Consejo del Salario, para fines de junio. Pero este espacio solo tendrá sentido si sirve para determinar un debate serio sobre la distribución del ingreso en nuestro país. Y ese debate debe encontrarnos a todos los trabajadores organizados y movilizados para impedir que nos traicionen y resistir resoluciones que vayan en contra de nuestros legítimos intereses.
{{La Comisión Directiva}}