Desde entonces, la FeTERA ha llevado la voz de los energéticos a lo largo y a lo ancho del país, propiciando la construcción de una identidad perdurable de trabajadores, que luchan por un mundo mejor, con igualdad de oportunidades, recuperando los valores de la cultura del trabajo y dando a luz una alianza con el resto de la sociedad, que consolide el concepto de que la energía es un problema, y una necesidad de todos, que debe volver a manos del Estado, para ser administrada por el pueblo.
Los trabajadores de la electricidad, participamos desde el primer día de esta construcción. Buscando y encontrando nuestros compañeros en distintas provincias y localidades. Durante estos años, hemos sumado nuestros esfuerzos, junto a los trabajadores del gas y del petróleo, de la industria química y petroquímica, del carbón, de la energía nuclear, del agua, y de las grandes hidroeléctricas binacionales.
Pero también nos hemos reencontrado dentro de nuestra propia historia, juntando fragmentos dispersos por la traición de la FATLYF, y elaborando respuestas a la injustificable entrega de convenios colectivos, destrucción de puestos genuinos de trabajo y persecución a compañeros y organizaciones.
Esta historia nos encuentra hoy con compañeros organizados en Río Turbio, en Río Gallegos, en Zarate, en Resistencia, en Goya, en Concordia, en Posadas, en Ituzaingo, en Buenos Aires, en Mar del Plata, en Santa Rosa y el resto de La Pampa, en Olavarria, en Esquel, en San Nicolás, y muchas otras ciudades de la provincia de Buenos Aires.
Por este reencuentro, y por la oportunidad que nos damos de construir una identidad superadora, vaya este saludo, en su día, el 13 de julio, a todos los trabajadores de la electricidad y especialmente a aquellos que han encontrado en la FeTERA, un ámbito de construcción y de esperanza para un país mejor.