{{{2005}}}
{{“Hablar del Día del Trabajador de la Electricidad, es hablar de derechos, de las reivindicaciones más importantes en la historia, en el presente y en el futuro de los lucifuercistas.}}
Este día marca un ítem, un mojón. También es algo que, muchas veces, muchos otros trabajadores nos reconocen hasta con cierta envidia, y que tiene que ver con nuestra forma de considerar la fecha, con nuestra mística.
Como nuestro propio himno, fiestas, encuentros, EL DÍA, que no es que los demás no lo tengan, es que nosotros hacemos catecismo con eso. El 13 de Julio no es un día más, tampoco es sólo para encontrarnos a comer el churrasquito cuando se puede. Porque también hay momentos en los que no hemos podido, y hay momentos, por ejemplo, de nuestra historia reciente, en los que en nuestra organización peleábamos por tener un espacio para la alegría, y muchas veces la pregunta fue si teníamos que juntarnos para festejar algo, y si teníamos algo para festejar. Porque teníamos 100.. 200 desocupados o cesanteados en la calle, porque teníamos las privatizaciones encima, la tercerización, la traición, la discriminación, la pelea contra el seudo sindicato paralelo…
Creo que repasar nuestra historia nos permite encontrarnos con hechos y momentos que podemos considerar parte de un escenario, para pelear por este espacio que ahora nos encuentra en un momento distinto. En una situación en la que, este año en particular, tenemos muchas cosas para destacar. Entre ellas, que con la recuperación del ámbito de su trabajo en la empresa de los compañeros Aldo Quintas y Adrián Ricciuto, que fueron de aquéllos que estuvieron peleando por su reincorporación, o su reubica-ción, no nos queda nadie afuera, y esto es una buena cosa para reivindicar. Porque habla de que esta es una organización con sus más y sus menos, en la que la organización no se ha olvidado de quienes siempre han estado al lado y luchando por ella, en la que, en este sentido, tiene un compromiso de vida.
Por otro lado, este es un año significativo e importante porque logramos volver a poner en marcha la Bolsa de Trabajo, y con eso los ingresos, y con los ingresos recuperamos la vida. No es una cuestión menor, porque en un país donde hemos vivido bajo el estigma de la desocupación, del despido, de la precarización y flexibilización laboral, de la pobreza y el hambre instalados, y de la pérdida de los derechos laborales; producir un quiebre y volver a recuperar la movilidad en el ámbito del trabajador, y posibilitar los ingresos de nuevos compañeros y la recuperación de espacios, la profesionalidad, el conocimiento, la experiencia, la práctica, significa garantizar el futuro de la actividad, y es también garantizar la continuidad en el tiempo de este sindicato.
Por eso las charlas, los encuentros. Para estar junto con ellos, y demostrar que esto es una organización y es también una familia.
También tenemos muy presentes varios planteos sobre temas no resueltos.
Uno es la recuperación del patrimonio, hoy en manos de las empresas, y poner en manos del pueblo la distribución de la riqueza. Esos son objetivos que nosotros intentamos todos los días no declinar organización, trabajo, presencia, conocimientos, nivel de comprensión, para poder terminar obteniéndolos.
Pero también luchamos contra algo que nos impuso este modelo, y el actual sistema de este modelo, que poco a poco lo vamos quebrando y que es el individualismo, esa convicción que nos hizo creer a todos que lo mejor era ocuparse de lo propio, que lo más importante era ocuparme de lo mío y no meterme en lo de los demás.
El “arreglátelas como puedas, y los demás que se arreglen como puedan o que se jodan”. Estamos saliendo de eso, y hay síntomas, y hechos que no sólo suceden en nuestro ámbito sino en el ámbito del movimiento obrero, que cada día abonan y certifican más la esperanza de que avanzamos dejando atrás el individualismo, para ir entrando en lo que no deberíamos haber dejando atrás nunca, que es el criterio de la solidaridad, del saber que desde la soledad no hay soluciones duraderas, ni definitivas. En todo caso coyunturales y de carácter superficial, pero que no son en función de la necesidad del conjunto.
Y quienes están llegando a nuestra organización, porque se están incorporando a trabajar, vienen con una cuota de desconfianza hacia el sindicato. Muchos vienen de la experiencia de haber sido maltratados, de no haber sido considerados por los sectores patronales, vienen de la experiencia de que, si iban al sindicato, por ahí terminaban en la calle porque había cierto nivel de convivencia con la patronal.
Por eso el 13 de Julio, en ese sentido, tiene que ayudarnos a ratificar nuestros principios, a ratificar líneas políticas y de actuación, y sobre todo tiene que seguir a ayudándonos, como venimos diciendo desde hace muchísimo tiempo, a estar atentos a lo que está pasando abajo, esto tiene que ver con estar bien alertas para saber pulsar el estado de ánimo de la gente, y ese pulsar tiene que ver con la construcción. Cuando ese estado de ánimo declina, decae, hay que saber ahí, que para ayudar a recuperar la autoestima, los objetivos, la credibilidad, en eso que una vez decíamos con mucho orgullo, con mucha convicción, y con mucha certeza, que se puede.
Desde nuestra modesta historia demostramos que se puede, por eso el valor de la simbología del 13 de Julio. Es parte de la mística del 13 de Julio, que tiene que ver con un estilo, con una forma de expresarnos en el movimiento obrero.
Hoy estamos en una etapa de quebrar -y en ese sentido hemos avanzado- las contrataciones y las subcontrataciones, y al mismo tiempo en ese quiebre, recuperar los espacios de trabajo que, de alguna manera, producto de esas políticas, se fueron perdiendo. Eso se está empezando a lograr y es importante.
Y en esta etapa estamos yendo en la búsqueda de los derechos convencionales, que otros entregaron, que nosotros nunca perdimos, cuya recuperación es por lo que siempre peleamos; y que no es que lo hayamos perdido nosotros, sino que otros los entregaron.
Y también, obviamente con lo que tiene que ver con la actualización del poder adquisitivo, más allá de que luego de 11 años de tener nuestros salarios congelados, y de actualización por vía de decretos presidenciales, hay que tener en cuenta que llevamos casi 15 años sin discutir salarios en el marco de las paritarias, y eso es otro de los aspectos que tenemos que empezar a restablecer, como corresponde. Esto es tan válido para los activos como para los jubilados, esto está claro, y tenemos por ellos un respeto y un compromiso desde siempre, porque en última instancia nosotros somos el producto de aquéllos que fueron capaces de hacer esta organización, de levantarla, así como lo que vayamos dejando nosotros será para que otros lo vengan a ocupar, a partir de una línea de trabajo, y de relación con la comunidad como ha sido parte de la política de esta organización por siempre”.