mpecemos por algunos números, a veces fríos, no hay duda, pero en este caso, se convierten en una buena fotografía que refleja la dimensión de lo vivido. De los 178 miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 166 estuvieron representados en la Conferencia.
El número de delegados acreditados ascendió a 649, de los cuales 330 eran delegados gubernamentales, 159 delegados de los empleadores y 160 delegados de los trabajadores.
El número de consejeros técnicos, acreditados fue de 2.035, de los cuales 1.038 eran consejeros técnicos gubernamentales, 449 consejeros técnicos de los empleadores y 548 consejeros técnicos de los trabajadores.
El número total de delegados y consejeros técnicos acreditados fue de 2.684.
Entre los 649 delegados acreditados estuvieron 99 mujeres y entre los 2.035 consejeros técnicos acreditados participaron 498 mujeres.
Las delegadas titulares no representaron más del 15,3% este año, frente al 15,5% del año pasado. El número total de mujeres acreditadas ante la conferencia ascendió, por lo tanto, a 597, cifra que representa el 22,2% del total de delegados y consejeros técnicos, frente al 23,24% del año pasado.
La comisión deploró que este porcentaje haya sido incluso inferior al registrado el año pasado, que ya de por sí era bajo y que supone un retroceso respecto al leve aumento que se venía experimentando cada año desde el 2.001 hacia una representación más igual.
El número de delegados inscriptos ascendió a 562, de los cuales 295 fueron delegados gubernamentales, 133 delegados de los empleadores y 134 delegados de los trabajadores.
El número de consejeros técnicos inscriptos fue de 1.721, de los cuales 927 eran consejeros técnicos gubernamentales, 368 consejeros técnicos de los empleadores y 426 consejeros técnicos de los trabajadores.
Entre los invitados especiales a la conferencia estuvieron una delegación de observadores de la Santa Sede; una delegación tripartita de un Movimiento de Liberación (Palestina ) y representantes de las Naciones Unidas, entre otros.
{{{Los temas de la Conferencia.}}}
Unos 4.000 representantes de los gobiernos, empleadores y trabajadores discutieron desde el 31 de mayo en Ginebra, Suiza, temas como: la persistencia del trabajo forzoso, la jornada laboral, las condiciones en la industria pesquera, la salud y la seguridad ocupacional y el empleo juvenil.
Pero por supuesto que éstos no fueron los únicos, ya que simultáneamente se fueron tratando otros temas, como: una propuesta de programa y presupuesto de la OIT para el bienio 2006-2007; la situación de los trabajadores en los territorios árabes ocupados, en Myanmar y otros lugares del mundo. También se realizó la elección de los integrantes del Consejo de Administración de la organización, compuesto por 56 miembros titulares (28 representantes de los gobiernos, 14 de los empleadores y 14 de los trabajadores) y 66 miembros suplentes (28 en representación de los gobiernos, 19 de los empleadores y 19 de los trabajadores). Por último se abordó la problemática del trabajo infantil.
Desde 1919 la Conferencia ha sido escenario crucial del debate sobre asuntos sociales y laborales de importancia en el mundo entero.
El 12 de junio, Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, estuvo dedicado a la situación de los niños que trabajan en minas y canteras. En la sede de la OIT, en Ginebra, se realizó un acto especial para destacar el compromiso de los gobiernos, empleadores y trabajadores en las acciones para eliminar el trabajo infantil en el sector mencionado.
Respecto a la actividad pesquera los delegados estuvieron discutiendo una nueva normativa internacional que revisa siete instrumentos laborales vigentes para el sector pesquero, adoptados entre 1920 y 1966. El tramo final de la discusión, estuvo enfocado en la seguridad y las condiciones laborales de 30 millones de personas empleadas en la actividad pesquera, consideradas entre las más peligrosas que existen.
El nuevo convenio busca alcanzar al 90% de los trabajadores del sector pesquero (hoy sólo esta cubierto el 10%), la mayoría trabaja en embarcaciones de pequeño calado en el mundo en desarrollo.
Otros de los temas en consideración fueron los convenios sobre las horas de trabajo, tanto en el ámbito de la industria, como en el comercio y oficinas.
Los estudios fueron varios, algunos argumentaron que las normativas sobre la jornada laboral aceptadas internacionalmente aún son necesarias pues contribuyen a hacer más justa la competencia entre los países en un mundo globalizado.
Hay quienes consideraron que el Convenio N° 30 (jornada laboral en comercio y oficinas ) es muy rígido, y que no refleja la realidad moderna en lo relacionado a la regulación de la jornada laboral. En realidad piden mayor flexibilización a la hora de discutir la jornada laboral.
{{{Jóvenes y Empleo.}}}
La conferencia discutió las estrategias para generar empleos decentes para los jóvenes, además del papel que debe jugar la comunidad internacional para el logro de esta meta.
El desempleo juvenil alcanzó niveles sorprendentes en los últimos años, en el 2.004, más de la mitad de todos los jóvenes que podrían requerir un trabajo en el mundo, estaban desocupados.
La OIT promueve el empleo en la juventud, no sólo a través de discusión, sino también en la difusión de intercambio de experiencias, campañas de promoción y asistencia técnica.
También los delegados a la OIT, a través de la Comisión sobre Seguridad y Salud Ocupacional, evaluó la posibilidad de contar con un nuevo instrumento para abordar esta realidad, a través de un convenio y una recomendación.
Sobre el trabajo forzoso, se discutió el 4 de junio, lo que acontece en este sentido en Myanmar.
El pasado 8 de junio se dedicó la sesión plenaria a la discusión del informe global de la OIT: una alianza mundial contra el trabajo forzoso.
Se considera el informe como un estudio de lo más completo realizado por una organización intergubernamental, que puso en evidencia las realidades y las causas del trabajo forzoso en todas las regiones y en todos los tipos de sistemas económicos.
La OIT propone, en el caso de trabajo forzoso, un plazo de cuatro años a efectos de desarrollar un plan de acción para combatirlo.
{{{La problemática del empleo.}}}
“La crisis mundial de empleos pone en riesgo la democracia y las libertades”dice el director general de la OIT, Juan Somavia, y afirmó “que es insostenible tener un crecimiento multimillonario y apenas un modesto aumento de empleos”.
Esto último es lo que caracteriza a la economía mundial globalizada, lo cual amenaza cada vez en mayor grado a la seguridad internacional, al desarrollo y a la democracia.
“Esta crisis mundial de empleos es el asunto político más urgente de nuestros tiempos” le disparó Somavia a los más de 3.000 delegados reunidos en la conferencia internacional, para agregar: “la luz de alarma de la economía global esta parpadeando”.
El director general de la OIT citó cifras de la Organización Internacional del Trabajo, según las cuales, en el 2.004 se registró un importante crecimiento económico de 5%, que sin embargo tuvo un efecto desilusionante sobre la creación del empleo, que aumentó solamente el 1,7%. “En otras palabras, el producto mundial creció en unos 4 billones (millones de millones) de dólares, sin embargo el número de desempleados bajó en sólo 5 millones”.
Queda claro que el problema debe girar en torno a una nueva distribución de la riqueza a nivel planetario.
“Este rumbo no es sostenible, la economía mundial ha evolucionado hacia un vacío ético con políticas que -en opinión de muchos- está regida más por los valores de mercado que por los valores humanos. El efecto generalizado es el de mayor inseguridad y menor libertad” afirmó Somavia.
Aumenta el desequilibrio entre globalización, crecimiento y creación de empleos. Esto es evidente cuando se comprueba que 1.000 millones de personas están desempleadas (desocupadas) o son trabajadores pobres, y que casi la mitad de la fuerza de trabajo del mundo vive con menos de dos dólares al día.
En algunos países, 9 de cada 10 personas están trabajando en una economía informal, desorganizada, desprotegida, inestable, donde la mitad de los jóvenes interesados en un puesto de trabajo, el año pasado no tenían empleo.
Según Somavia “debemos resolver la desconexión que existe entre crecimiento económico y creación de empleo, debemos colocar el empleo y el trabajo decente en la corriente principal del debate internacional sobre desarrollo. El trabajo está en el epicentro de las preocupaciones económicas, políticas y sociales que tiene la gente”.
La OIT respecto al empleo, entre otras consideraciones, propuso reorientar su agenda para abordar en forma más eficaz los valores fundamentales de la organización, darle un nuevo impulso a sus operaciones y promover su agenda de trabajo decente.
José Rigane