La advertencia fue hecha horas antes de que comisiones técnicas de Bolivia y Argentina se reúnan en la ciudad oriental de Santa Cruz para reanudar negociaciones en torno a un proyecto de construcción del llamado Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), que transportaría gas boliviano.
Pese a sus enormes reservas, las segundas de Sudamérica de más de 50 billones de pies cúbicos, Bolivia «cuenta hoy con una capacidad limitada de producción de gas que es insuficiente para atender cualquier demanda adicional», dijo en un comunicado la Cámara Boliviana de Hidrocarburos (CBH). Esto se debe a «la incertidumbre que la industria petrolera enfrenta en la actualidad debido a las condiciones legales, regulatorias y fiscales recientemente introducidas», agregó la organización que agrupa a unas 120 compañías bolivianas y extranjeras, entre éstas la brasileña Petrobras, la española Repsol YPF y la francesa Total. Bolivia, que produce actualmente unos 34 millones de metros cúbicos diarios de gas natural, de los cuales exporta el 90 por ciento a Brasil y Argentina, negocia la venta de otros 20 millones de metros cúbicos a través del GNEA y se dispone a negociar otra compraventa con Paraguay.
Para atender esta demanda adicional «se necesitan al menos 600 millones de dólares, imposibles de financiar con los niveles de presión fiscal y demás restricciones impuestas en la nueva ley» de hidrocarburos, vigente desde mayo pasado, remarcó la CBH.
BOLIVIA PUEDE EXPORTAR MAS GAS: MINISTRO La ley creó un nuevo impuesto directo a la producción de hidrocarburos, de 32 por ciento, adicional a una regalía de 18 por ciento y a los impuestos generales a las utilidades, a las transferencias de fondos y al valor agregado. No obstante, la organización empresarial expresó su «beneplácito» por la decisión gubernamental de «reinsertar a Bolivia en los procesos de integración energética regional, especialmente después de las lamentables señales de falta de confiabilidad que el país emitió a sus socios energéticos» recientemente.
La CBH se refirió así a la toma de varios campos de crudo y gas por parte de sindicatos campesinos durante la ola de protestas de mayo y junio pasados, que devinieron en la renuncia del presidente Carlos Mesa y su reemplazo por el actual gobernante transitorio Eduardo Rodríguez.
En aparente referencia a las críticas empresariales, el ministro de Hidrocarburos, Jaime Dunn, dijo que Bolivia «está en condiciones de exportar más gas», según publicaron el miércoles medios locales.
Dunn agregó que la negociación con Argentina y Paraguay forma parte de una nueva estrategia boliviana para fortalecer su condición de «eje energético» sudamericano, aprovechando sus reservas de gas. La misma autoridad anunció previamente que están programadas para agosto las primeras reuniones entre el gobierno y las compañías petroleras extranjeras para concertar la adecuación a la nueva ley de hidrocarburos de los contratos suscritos en la última década con esas firmas.
Repsol YPF, Total y British Gas pidieron negociar sobre la nueva ley en el marco de los tratados bilaterales de protección de inversiones firmados por Bolivia con el España, Francia y el Reino Unido, respectivamente.