Entre las primeras conclusiones a las que arribaron los técnicos Jorge Daniel Bacchiega, Juan carlos Bertoni y Adolfo Mazza se destaca que el tramo III, era necesario para que la ciudad no se inunde, las obras complementarias del tramo II hubieran retrasado al menos un día la entrada del agua.
El 25 de abril de 2003 se podrían haber tenido precisiones sobre la cantidad, fecha y velocidad del ingreso del agua a la ciudad. En concreto, la inundación era previsible.
A principios de la semana pasada el Juez de Instrucción, Diego Andrés de la Torre, que investiga las causas que desencadenaron la catástrofe hídrica en la ciudad de Santa Fe, que ocasionó la muerte de 24 personas, recibió el informe que realizaron tres peritos sorteados a tal efecto el pasado 29 de noviembre de 2004.
Entre las primeras conclusiones a las que arribaron los técnicos Jorge Daniel Bacchiega, Juan carlos Bertoni y Adolfo Mazza se destaca que el tramo III, era necesario para que la ciudad no se inunde, las obras complementarias del tramo II hubieran retrasado al menos un día la entrada del agua.
El 25 de abril de 2003 se podrían haber tenido precisiones sobre la cantidad, fecha y velocidad del ingreso del agua a la ciudad.
En concreto, la inundación era previsible. El portal de noticias Notife.com publicó extractos de las respuestas que los peritos dieron a las preguntas del juez que entiende en la causa. El informe posee 13 anexos documentales y una larga extensión.
Es por ello que las partes están abocadas al estudio del material presentado por los tres profesionales. En el primer punto, el juez de la Torre preguntó “si puede determinarse técnicamente los factores y/o causas por las cuales se produjo el comportamiento observado por el Río Salado, y en su caso explicitando los motivos”.
Los peritos respondieron que “como consecuencia de todo lo expuesto y explicitado tanto en la presente respuesta como en la documentación técnica que acompaña a estas preguntas, se puede concluir que la crecida del río Salado en abril/mayo de 2003 fue un evento preponderantemente natural, pero que tuvo componentes antrópicos asociados que pudieron condicionar tanto la forma como la magnitud en que evolucionó la misma. Esos mismos componentes también incidieron en los niveles máximos registrados en el tramo inferior del río”.
El segundo requerimiento de de la Torre es “si conforme los antecedentes existentes, la magnitud de la crecida del río Salado, puede ser considerada dentro de las previsibles, y en particular, en cuanto a probables alturas a alcanzar las aguas en la zona de la ciudad de Santa Fe”.
Contrastando con el ya tristemente célebre “a mi nadie me avisó”, los peritos expresan en forma contundente que “los estudios realizados permiten afirmar que la crecida del año 2003 (3.954 m3/s) fue la mayor dentro del período 1875-2005. Aún así, pudo establecerse que existían elementos que permitían considerar a la misma como estadísticamente previsible (sic)”.
La inundación era previsible El informe pericial también menciona los siguientes indicios por los cuales se podía creer que la crecida del Salado era previsible *se sabía que el suelo de la cuenca estaba saturado por eventos recientes; *porque las precipitaciones que generaron la crecida se produjeron desde el 23/04/03 al 29/04/03; *porque la rama ascendente del hidrograma tuvo una duración de 6 días (24 al 30/04/03); *porque existe 1 (un) día de diferencia en la ocurrencia de los caudales máximos entre las secciones de la RP70 y la ciudad de Santa Fe.
Sin embargo, el informe que el juez de la Torre tiene en su poder también dice que “en el momento de la ocurrencia de la crecida de abril/mayo de 2003, no se contaba con ningún tipo de sistema (ni organizado ni precario), que permitiera establecer un pronóstico de la evolución en el tiempo, tanto de caudales como de niveles”.
La importancia de evaluar las crecidas anteriores En el tercer interrogante del Juez se pretende saber “si con los registros existentes en poder de las autoridades de la Provincia de Santa Fe, resultaba probable establecer tanto la fecha, como la cantidad de agua, y velocidad de la misma (m3 por segundo), que pasaría por la margen oeste de la ciudad de Santa Fe”.
Los peritos respondieron que “es importante destacar (…) que la conformación de un sistema de pronóstico no requiere, necesariamente, de la implementación de sofisticados componentes (instrumental de medición, modelos de simulación, sistemas de transmisión, etc.). (…) A modo ejemplo, en el marco de esta pericia se ha podido establecer que existían herramientas técnicas disponibles como para haber implementado un sistema de preaviso suficientemente adecuado”.
En la pericia queda planteada la hipótesis de que, “si después de la crecida de febrero de 1998 se hubiera realizado la calibración del modelo matemático de simulación hidrológica y si se lo hubiera tenido listo para su aplicación en cualquier evento, se lo podría haber utilizado como herramienta de pronóstico en el evento de abril de 2003”.
De forma mas contundente aún, los peritos Bachiega, Mazza y Bertoni afirman que “con los registros existentes en poder de las autoridades de la provincia de Santa Fe y la utilización de modelos matemáticos de fácil y libre disponibilidad, era técnicamente factible establecer tanto la fecha, como la cantidad de agua (m3/s), y velocidad de la misma (m/s), que pasaría por la margen oeste de la ciudad de Santa Fe”.
“Para tomar previsiones en la materia, es necesario contar, además de altura del agua, la velocidad de la misma, y con que antelación al arribo de las aguas”, quiso saber el juez en el cuarto punto.
Sobre las medidas tomadas en el momento de ingreso de la masa hídrica, los peritos hicieron saber al juez que “todas estas medidas de emergencia, analizadas y consideradas en un marco no planificado, tenían severos riesgos de falla, constituyéndose en paliativos de acciones estructurales que no fueron consideradas con antelación al inicio de la inundación en el propio casco urbano de la ciudad”.
Cuatro días antes se podía saber la crecida del río “Sobre la base de estos resultados, se podría haber establecido el día 25 de Abril que los niveles en la sección del Hipódromo hubieran superado el nivel de desborde, con el consecuente ingreso a la ciudad, el día 29”.
Se destaca que este pronóstico es realizado sobre la base de la implementación de un modelo simplificado que, sin embargo, “hubiera tenido la precisión suficiente como para predecir el ingreso del agua”.
Según la pericia “la información disponible al momento de la emergencia resultaba suficiente como para establecer un pronóstico en la medida que se hubiera contado con un sistema de previsión adecuado”.
Otro dato significativo es que “la necesidad de implementación de este sistema de pronóstico no se establece en la emergencia del mes de abril de 2003 sino que es anterior a la misma a la luz de los recurrentes eventos de crecida que sufrió la ciudad a lo largo del tiempo, en particular el ocurrido en 1998”.