{{FÉLIX HERRERO:}} Muchas gracias, es un gusto saludarlos y pedirles que no se aburran los que ya han escuchado esto muchas veces, porque el MORENO y la FETERA están trabajando muy cerca los esquemas energéticos son comunes. Los dirigentes principales de FETERA son fundadores del MORENO; en la vicepresidencia el Secretario General de FETERA es vicepresidente del MORENO, hay una relación muy completa entre ambas instituciones.
Nosotros desde el MORENO aportamos los elementos que tenemos mas hacia el tema de las recuperaciones de las energías perdidas. Eso significa MORENO, Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora o sea que hacemos un trabajo de orientación sin reemplazar la acción de los muchos movimientos organizadas para ese tipo de militancia.
La tarea del MORENO de alguna manera nos recuerda los trabajos de fuerzas como FORJA, que orientaba y daba elementos para que la gente que hacía política o acción en sus bases tuviera fundamentos doctrinarios para el debate.
Claro que el MORENO se ciñe a la energía, pero con una visión política y amplia de la misma, incluyendo en ella la energía mayor que es el desarrollo cultural de los pueblos.
Con respecto a la pregunta acerca de qué la Argentina puede hacer para la integración de América Latina tenemos que tener en cuenta dos principios básicos; nosotros creemos que es necesario cambiar el modelo, es decir, nosotros no estamos en la línea de los cambios dentro del modelo, y este documento lo dice claramente.
El documento de la FETERA afirma que se debe cambiar el modelo, no corregirlo para mejorarlo o empeorarlo. Por eso, se debe nacionalizar, no reprivatizar ni renegociar continuamente.
Y es que acá debemos analizar un punto fundamental: ya estamos en presencia de un modelo neoliberal fracasado.
Hay algunos que aún quieren mejorarlo, regular un poquito más o un poco menos. Nosotros no estamos en esa posición; nosotros creemos que los servicios públicos, los recursos naturales esenciales deben ser propiedad común, o sea propiedad del Estado.
Ahora se ven muchos analistas que hacen muy buenos diagnósticos y coinciden totalmente con nosotros en eso de que el modelo ha mostrado en todas partes su fracaso, pero después no proponen salir del modelo, sino mejorarlo.
Y hay muchas formas de quedarse dentro del modelo, para lo cual debemos pensar y hacer cuenta de lo que hemos perdido nosotros con el «neoliberalismo y el menemato».
Es claro que hemos perdido nuestros recursos naturales, los recursos naturales del pueblo ya no son de dominio público; los han reconvertido en concesiones que se prolongan, que se han prolongado como en Loma Lata, prorrogado con simples resoluciones de funcionarios que acatan solicitudes.
Las de Total han sido prorrogados por simples decretos; o sea que hemos perdido los recursos naturales y no hay control de esos recursos naturales, no hay posición del Estado que diga «extraiga racionalmente» así que buscando dentro de 30 años o 45 años no nos encontremos con hábitat destruido.
Entonces, una cosa son los recursos naturales y otra es la renta que da ése recurso natural; la renta que genera hoy el sector petrogasífero es increíblemente grande. Si tomamos el costo de producción de 3 dólares, o tomemos los que Repsol da en sus memorias del orden de los 6 dólares, cuando se vende a 50 y más, evidentemente esto es parte del dinero del mundo, esto más la droga, mas la venta de armas y los negocios financieros es fácil saber quién maneja el dinero del mundo.
Entonces, además de la renta lograda por las empresas, tenemos las pérdidas de YPF y Gas del Estado. Los países de América Latina no deben perder la gestión energética. Hay alguien que dice «bueno, tomemos la gestión (hagamos una empresa pública) y ya se acabó el problema, ya cambiamos el modelo».
No, la sola gestión no cambia nada mientras no recuperemos la propiedad de los recursos naturales y la renta de los hidrocarburos.
Alguien puede decir que «recuperemos la renta tributariamente» porque a través de los impuestos los Estados pueden participar de las rentas (monopólicas o diferenciales) en pocas horas, con impuestos como hace Europa y los países organizados cuando hay suba de los precios del petróleo.
Con la recuperación de los recursos tampoco porque puede hacer un Estado donde esos recursos realmente propios están, como es en Bolivia y en la Argentina, adueñados por las empresas multinacionales del petróleo.
Esto por un lado. La otra respuesta para que la integración se logre se necesita de otro cambio: el cambio del sujeto histórico.
Hasta ahora, ¿cuál es el sujeto en América Latina? Y las grandes empresas petroleras, las multinacionales que utilizan a sus empresarios locales muchas veces para las tareas y los trabajos sucios, especie de maximizadores de comisiones.
El modelo de integración de los empresarios debe que cambiar.
El modelo empresarial multinacional de América Latina no puede lograr la integración verdadera que permita que los recursos naturales, las rentas y la gestión sean de los pueblos. Tiene que ser un modelo de los pueblos; pueblos que tengan sus Estados.
Entonces del empresario multinacional tenemos que ir al trabajador organizado, éste es el cambio, el otro cambio grande porque el trabajador es el sujeto de la historia.
Ahora, en esto es muy importante ver qué es lo que se está haciendo y qué puede hacer la Argentina para la integración energética de la región, de América del Sur.
Hoy tenemos presente una cosa: se plantea, que ahora va a haber un anuncio energético (en realidad es un anuncio gasífero) de un plan por las multinacionales: Petrobrás Andina (en Bolivia) con Petrobrás de Argentina, Petrobrás de Brasil con Petrobrás de Bolivia, BP (British Petroleum) con BP, es decir es un conjunto de arreglos interempresarios que han dicho «bueno, como Bolivia está nacionalizando su petróleo, esta haciendo la letra que no nos gusta otra vez, ayudemos a Bolivia».
No es un anuncio energético, es una cuerda de horca de Bolivia donde el anillo sirve para presionarla diciendo: si no nos da su gas, lo extraeremos de otro país como Perú (es amenazar diciendo lo traeremos de donde no lo hay).
Pero veamos el mapa, es lo que dijo Chávez en Asunción: hagamos un cono, hagamos gas del Sur, así con las empresas estatales; no puede ser que en una integración gasífera de Sudamérica no estén el primer país de reserva gasífera en América Latina, que es Venezuela y el segundo país que es Bolivia.
Es, como dice Ortíz Rada -que ha estado en unas charlas del MORENO- sobre el tema de Bolivia, que han hecho y quieren así mantenerlo: Bolivia es un mapa vacío.
No son los proyectos de llevar gas a California los que lograrán la integración energética de Sudamérica.
Entonces nosotros qué tenemos que distinguir y tener clara conciencia que hay dos integraciones: integración energética empresaria y la integración energética de los pueblos; la integración que se está proponiendo en el resto del mundo es la integración empresaria multinacional.
Nosotros lo que queremos es hablar de «cono gasífero de América Latina», de la empresa Gas del Sur, de las empresas Estatales que tiene América Latina.
Argentina tiene que tomar cada vez más conciencia, y sobre todo en Argentina, porque hay dos países extremos en la aplicación del modelo neoliberal: que son Argentina y Bolivia, o sea, los dos países donde se ha privatizado más en el mundo.
Hay quiénes hablan de Rusia por la privatización de su petróleo (que ahora está volviendo al Estado ruso), pero debemos recordar que Gazprom, la mayor empresa gasífera del mundo, nunca fue privatizada. En Rusia ya hay empresas petroleras estatales y se van creando otras nuevas; pero Bolivia y Argentina perdieron todo; sufrieron una combinación de saqueo final.
Bolivia y Argentina perdieron todo, entonces yo creo que en la conciencia lo que puede hacer Argentina es tomar estas decisiones, tomar las decisiones de que la integración será de su pueblo o seguirán siendo de las multinacionales.
Si elige el modelo multinacional, se seguirá manteniendo el modelo, si cambiamos de sujeto se podrá cambiar el modelo energético.
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{{{ {{Ahora transcribimos la charla de Ricardo De Dicco}} }}}
“…que los Estados recuperen la renta hidrocarburífera y se haga realidad la creación de empresas multiestatales”
Ricardo De Dicco: Bueno, muchas gracias a Gabriel Martínez, a los amigos de la FETERA y del MORENO, y al público presente.
Estoy en representación del equipo de investigación energética del IDICSO-USAL, entre mis colegas está aquí el amigo, el ingeniero Alfredo Fernández Franzini, que es parte del equipo del IDICSO, también del MORENO y de la FETERA.
Nosotros hemos comenzado a estudiar las reformas estructurales en el sector energético de América Latina y el Caribe, en particular las iniciadas luego del Consejo de Washington, y bueno, nos hemos encontrado con unos resultados que demuestran justamente el fracaso se esas políticas de ajuste estructural, y más precisamente en el mercado ampliado de la energía: en los segmentos petróleo, gas natural y electricidad.
Hemos iniciado dicho estudio en el caso argentino, analizando los programas de privatización de YPF y de Gas del Estado, la diversificación estratégica de los diversos conglomerados petroleros-financieros extranjeros y también de los grupos económicos locales que operan en todos los eslabones del circuito productivo del petróleo, de la cadena gasífera y del segmento eléctrico de Argentina, identificando así las prácticas ilegales del oligopolio energético que saquean el país.
Este mismo estudio lo estamos replicando a los demás países de la región, y bueno… nos encontramos con un negocio bárbaro… sólo para ellos, claro.
Semanas atrás ha sido anunciado por los presidentes de Argentina (Kirchner) y Chile (Lagos) la creación de un anillo energético sudamericano que abastecería con el gas natural del reservorio peruano Camisea a la Argentina, Brasil, Chile y Uruguay… anillo al cual se podrían sumar más tarde Bolivia y Paraguay.
{{Félix Herrero}} lo explicó muy bien: se trata justamente de un buen negocio para la construcción de gasoductos, cuyo beneficiario sería Techint.
Y también para aquellas petroleras que van a extraer por dos mangos el gas natural y lo van a vender a 2 o 3 dólares como mínimo el millón de BTU a los demás países de la región, nos referimos aquí a Pluspetrol (controlada por Repsol YPF), al consorcio estadounidense Aguaytia Energy, a la brasileña Petrobras, a la estadounidense Hunt Oil y a la surcoreana SK Corp., y también beneficioso para la belga Tractebel a cargo de la distribución troncal en Perú.
Es decir, se supone la extracción irracional de gas natural de un país que tiene menos de la mitad de las reservas que posee Argentina.
Cabe destacar que Perú concentra apenas el 3,3% de las reservas certificadas de gas natural de América Latina y el Caribe y el 3,9% de las ubicadas en Sudamérica.
Por otra parte, cabe señalar que el Proyecto Camisea nació con el objeto de exportar gas natural licuado a la costa del Pacífico mexicana y al Estado de California (EE.UU.), y quizás para abastecer parte del mercado doméstico peruano.
Pero la verdadera razón, ocultada por cierto, de este tan anunciado anillo energético que distribuya gas peruano es la manipulación de la política exterior de Argentina y Brasil como mecanismo de extorsión de las transnacionales que operan en Bolivia para que la nueva Ley de Hidrocarburos, aprobada antes de la renuncia de Carlos Mesa, no afecte los volúmenes de exportación de gas boliviano a la Argentina y Brasil.
También estamos viendo cómo se lleva a cabo la depredación de las reservas gasíferas en Bolivia, país que concentra el 10,6% de las reservas certificadas de gas natural de América Latina y el Caribe y el 12,5% de las ubicadas en Sudamérica; con lo cual estamos hablando que el único país netamente gasífero de la región es Venezuela, quien concentra el 57% de las reservas gasíferas de América Latina y el Caribe y el 68% de las ubicadas en Sudamérica.
En este sentido, bienvenidas las palabras del señor presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, cuando propone crear un «Cono Energético Sudamericano» comenzando por un «cono gasífero» donde las reservas de gas natural de Venezuela sean socializadas con la Unión Sudamericana y no expatriadas hacia la Unión Europea o hacia Estados Unidos.
La propuesta bolivariana, entonces, se caracteriza por la creación de redes de gasoductos, oleoductos y electroductos que posibilitarían la provisión de gas natural, derivados del crudo y electricidad a los pueblos que en nuestra región todavía no tienen, o se les ha negado, acceso a la energía. Es en este sentido que nacen los proyectos Petrosur, Gas del Sur, Petrocaribe, etc.
Estamos hablando aquí de Integración Regional Sudamericana, y en este sentido es necesario señalar que no sólo se encuentra el eje energético, sino también están los ejes de desarrollo industrial y desarrollo científico-tecnológico, y nosotros consideramos que, justamente en el eje científico-tecnológico, Argentina y Brasil deberían aportar, entre otras ramas de esta actividad, en la socialización del conocimiento de la tecnología nuclear, pues la generación nucleoeléctrica podría independizarnos de la dependencia hidrocarburífera que estamos sufriendo la gran mayoría de los países de la región.
Salvo Venezuela, todos nuestros pueblos se van a quedar sin petróleo y sin gas natural en muy pocos años, en el caso de Argentina antes a mediados de la próxima década, y en el caso de Bolivia quizás para el primer quinquenio de la década del ’20, considerando los acuerdos de exportación de gas boliviano hacia Brasil y el gran volumen que se deberá exportar a la Argentina cuando ésta agote definitivamente sus propias reservas gasíferas. Entonces, cuando vemos la alta dependencia hidrocarburífera que tenemos en la matriz energética de nuestro país, ¿de qué vamos a vivir, si consideramos que la importación de petróleo rondará con base 100 dólares el barril de acá a unos pocos años?
Por consiguiente, es necesario que nuestras naciones encaren un proceso de reindustrialización y avance científico-técnico autónomo en un contexto de Integración Regional Sudamericana, y para tal iniciativa emerge la necesidad de que los Estados recuperen la renta hidrocarburífera y se haga realidad la creación de empresas multiestatales que operen en los mercados ampliados de la energía en toda la región. Muchas gracias.