{{ {{{«A Desalambrar»}}} }}
Telesur es un emprendimiento informativo-cultural que reconoce el primer impulso y algo más del presidente venezolano, que en los últimos años quizás se dio cuenta de la importancia de los medios al atender su programa dominical de radio y televisión «Aló presidente».
Es una hipótesis. A lo mejor no fue así y resultó una sugerencia de algunos de los intelectuales venezolanos y de otras nacionalidades que pusieron el hombro a la iniciativa.
La criatura nació el 24 de julio. Fue un alumbramiento por cesárea, para que coincidiera con el 222º aniversario del nacimiento de Simón Bolívar, el Libertador de medio continente. Los argentinos sabemos quién hizo el resto de la proeza anticolonialista.
Las condiciones periodísticas están dadas para que la criatura eche a andar pues hay profesionales de buen nivel. La conducción está a cargo el uruguayo Aram Aharonian secundado por la argentina Ana de Skalon, el presentador brasileño Beto Almeida y otros.
Aharonián dijo que la meta era «desambrar» el latifundio mediático, parafraseando a su compatriota Daniel Viglietti.
En el Consejo Asesor hay 26 pesos pesados como el estadounidense Danny Glover, el cubano Silvio Rodríguez, el argentino Pino Solanas, el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, el periodista paquistaní Tariq Alí, el uruguayo Eduardo Galeano, etc.
La idea es dedicar 45 por ciento de la programación a las noticias y el resto a la cultura, con las películas del cubano Tomás Gutiérrez Alea, el chileno Miguel Littín, el brasileño Glauber Rocha y Pino Solanas; a ciclos históricos, musicales y culturales.
Que se haya querido guardar cierta distancia con Miraflores no disminuyó el antiimperialismo del canal, cuyo lema es: «Nuestro norte es el sur».
No es un juego de palabras pues se apunta a la integración de los pueblos con una mirada distinta a la CNN.
{{ {{{«Al Bolívar»}}} }}
La reacción de la administración Bush no se hizo esperar. Al día siguiente de la salida al aire de la señal se votó en la Cámara de Representantes una iniciativa republicana-demócrata para contrarrestarla.
Diez días antes, el 15/7, el republicano por La Florida Connie Mack había presentado un proyecto para crear una radio y televisión contra Caracas. Según Prensa Latina, aunque Mack dio el nombre, la verdadera autora sería la legisladora Ileana Ross Lehtinen, cubana-americana promotora del bloqueo estadounidense contra La Habana. Ella fue una de las responsables del secuestro del niño cubano Elián González en 1999.
{{ {{{Una Necesidad}}} }}
Las críticas llovieron sobre Washington por esa decisión de fabricar un medio de comunicación antiChávez. Por eso su embajador en Caracas trató de morigerar la gravedad del asunto. William Brownfield declaró que esa idea se llevará a la práctica «sólo si los mensajes de Telesur son antiestadounidenses», comprometiéndose en tal caso a no invadir «el espacio radioeléctrico» del país sudamericano.
El director de información de Telesur, Botero, comentó en un reportaje a Semana.com que estaba valorando una lista de temas a tratar. Entre otros mencionó «el ALCA, la famosísima Triple Frontera entre Paraguay, Brasil y Argentina; las bases y la presencia militar de EE.UU. en América Latina; las torturas e impunidad en Guantánamo; tenemos también lo que llamamos la deuda eterna».
Con semejante agenda y puntos de vista se puede pronosticar sin riesgo de error que la agresividad estadounidense hacia el poder constituido en Venezuela pegará un salto. En esa tarea Bush no estará solo pues, aunque minoritarios, cuenta con amigos propietarios de medios en todo el continente.
Por caso, un diario de Buenos Aires tituló así su comentario sobre la primera transmisión: «Se lanzó Telesur con un mensaje contra EE.UU. Hubo un fuerte contenido ideológico en la inauguración. Canal 7 emitió en vivo el programa. La idea responde a una iniciativa de Venezuela, Cuba, la Argentina y Uruguay. Habrá señal todos los días» (La Nación, 25/7).
La señal que bajará desde Caracas contará con la sección «Trabajo y Tierra», donde hablarán los protagonistas de actividades agropecuarias pero no precisamente los popes de la 119ª Exposición Rural de Palermo. La idea es cubrir «la actividad del MST (Movimiento de los Sin Tierra en Brasil), la recuperación de fábricas por parte de obreros argentinos, la Revolución Bolivariana en Venezuela, etc.».
El tiempo dirá si la iniciativa que salió al aire el 24 en el teatro Teresa Carreño de Caracas pudo mantenerse o no. Si sus noticieros de una hora al mediodía y otra a la noche son de calidad o no. Si tantos buenos asesores lograron entregas culturales de nivel adecuadas a códigos de la televisión o no.
Eso no se puede saber hoy. En todo caso el intento habrá valido la pena porque es una necesidad. Los argentinos no pueden seguir prisioneros en el horario central del duelo entre Susana Giménez y Marcelo Tinelli.
Aunque la solución de fondo no vendrá mágicamente con el zapping a Telesur, puede que así se vea algo más que la mediocridad de políticos en campaña, chimenteros, magos, vedettes y chicos aguijoneados por la fama y sus padres.