Esta declaración se produce en un contexto de alta conflictividad entre el gobierno y los franceses, donde predomina un discurso confuso por ambas partes.
El 26 de julio, el directorio de Aguas Argentinas se encuadró en las cláusulas previstas en el contrato de concesión como paso previo a la rescisión por incumplimiento del concedente (el Estado nacional), y lo emplazó a que en 30 días hábiles restablezca el equilibrio de la concesión. Después, Aguas Argentinas dio a conocer un discurso del directivo francés Jean Bernard Lemire manifestando intención de seguir operando en la Argentina.
Unos días más tarde, el embajador de Francia confirmó al gobierno una entrevista entre Kirchner y Chirac en setiembre próximo y reiteró el apoyo de Francia en el FMI, pero dijo que la situación de Aguas Argentinas es un tema por considerar.
Simultáneamente se reanudaron conversaciones entre la empresa y el ministro de Planificación, Julio De Vido, y por último, ayer Mestrallet se quejó de las dificultades en las tratativas.