Durante una visita realizada hace unos días a Mar del Plata, invitado por FM De la Azotea, una radio comunitaria de la ciudad, le pedimos que nos dejara algunas impresiones acerca de su visión sobre todos estos temas.
“Discutir sobre el significado de la libertad y las implicancias de los pedidos de mayor seguridad, es entrar en la idea de que lo uno implica lo contrario de lo otro. Aunque muchas veces no nos demos cuenta de eso, y terminemos resignando nuestras libertades por pedir mayores seguridades. Lo que debemos considerar es que es la sociedad la que, al exigir mayores medidas, va cediendo en sus propias garantías y derechos, en su libertad”.
Responsabilizarnos a nosotros mismos por las acciones que los gobiernos desarrollan en el marco de políticas criminales, penales y punitivas, puede ser un poco chocante. Sin embargo, para el doctor Scalia “la legitimación de políticas duras parte de un aparente pedido de la sociedad, del engaño que significa que sectores de la sociedad salgamos a pedir cosas a partir de un sentimiento que muchas veces es mayor a los hechos que realmente ocurren. Que otras veces viene impulsado por supuestas recetas para prevenir y resolver situaciones de inseguridad. Y que generalmente determinan medidas que no están referenciadas en los hechos reales y ni siquiera en las demandas, sino en el interés del propio Estado, o de los poderes que lo dominan”.(…)
“El manejo simbólico de la seguridad tiene repercusiones en el armado de ‘alarmas sociales’, que son las que originan esas demandas. Muchas veces son las fuentes comunicacio-nales, los medios, los que operan en la intención de ejercer presiones, trabajan para los aparatos represores, o buscan salir después a pedir cosas bajo esas presiones”.
Uno de los conceptos más gráficos que aportó el criminólogo fue el de ‘censuras sociales’. Para Scalia se trata de “procesos de estigmatización de la ley penal y hacia los sujetos ofensores. El delincuente es el ‘chivo expiatorio’ de todos los males sociales, y a veces de todos los problemas que muchas veces no tienen que ver con la delincuencia, pero en el marco de la doctrina de mayor seguridad, sirve para justificar medidas y descargar la fuerza sobre un eje que no es el verdadero causante de los problemas que nos afectan”. (…)
“Evidentemente, los fenómenos son los mismos en todos los países, a nivel político no se pueden diferenciar mayores inclinaciones de izquierda o derecha en estos temas. Es como si los gobiernos definieran una receta que, además, se van copiando porque se toman como legitimaciones a partir de que se imponen en otros Estados, aunque está claro que necesitarían de mayor atención y trabajo en función de las particularidades de cada región, de cada sociedad”.
En este momento volvió a destacar que las sociedades igualmente tenemos parte de la responsabilidad en cuanto “cuando reclamamos mayor seguridad, estamos renunciando a mayores libertades”.
En referencia al tema de la Cumbre, está claro que todo lo que pase en estos tiempos, no sólo en la ciudad sino también en cualquier rincón del mundo, los atentados de Londres por la participación de Inglaterra en la invasión a Irak, o los ataques a los grupos de protesta que se manifestaron ante la reunión del G8 en Escocia, y cada evento que signifique o se identifique como un hecho de terrorismo, un atentado, servirá para que se anuncien, se lancen, y se tomen medidas. Que significan mayores presencias de fuerzas armadas en la calle, mayores controles a cuestiones que en situaciones normales no tendrían semejantes controles o actitudes de censura o represivas como se van a ver en estos tiempos.
“Para ello se toman de las demandas sociales, aunque eso luego da lugar a que se militarice, a que se importen fuerzas de seguridad, a que se sature el ambiente de presencia policial, o militar incluso, con la facilidad con la que EEUU aporta recursos humanos para luego avanzar en sus intentos de imposición de fuerzas, militarización de zonas que les interesan, y el amparo de cualquier tipo de acciones” que puedan tener en su interés dentro de nuestro territorio, expresó el abogado. “No en vano se habla de que la presencia de fuerzas estadounidenses en la triple frontera no responde sólo a garantizar la seguridad en los pasos internacionales, sino a una primera avanzada que garantice la extracción de nuestros recursos naturales en esa zona. Así como el desembarco en Paraguay apunta a objetivos similares, o la presencia en Colombia es un plan estratégico dirigido a mucho más que combatir el narcotráfico del que supuestamente no conocen responsables”. (…) “En el caso de Mar del Plata, mientras se habla de que haya un acompañamiento a los mandatarios, y principalmente al presidente de los Estados Unidos, no podremos controlar a partir de qué momento empezarán a circular por la ciudad, cuáles serán sus atribuciones, sus incumbencias y la relación con nuestras fuerzas”, dijo a 8 de Octubre el doctor Paolo Scalia, en su paso por Mar del Plata.