Partimos del debate en torno a:
– No al ALCA, Sí a la integración de los Pueblos;
– No Somos Deudores, Somos Acreedores de la Deuda Social;
– No a la Militarización, Sí a la Soberanía Popular;
– No a la Pobreza, Sí al Trabajo y a la Distribución de la Riqueza.
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En este aspecto, fundamental para los convocantes en general, y en particular para los trabajadores y para el gremio Luz y Fuerza Mar del Plata, se construye nuestra historia y nuestro compromiso, y se desarrolla nuestra acción gremial, política y social. Los objetivos de nuestra organización se acercan a los de la convocatoria de la Cumbre de los Pueblos, a partir de la exigencia de Democracia y libertad Sindical, de un cambio real y profundo en la distribución del ingreso y de la riqueza, y de nuestro rechazo a la concentración de la riqueza, así como del planteo de propuestas alternativas para revertirla.
{{{Pedido y reconocimiento en la Conferencia de la OIT}}}
Durante la última conferencia de la OIT volvimos a ratificar nuestro posicionamiento frente a los pseudo sindicatos empresariales, y en defensa de los derechos de los trabajadores. “Libertad no es poco. Por lo que significa para cientos de miles de trabajadores y organizaciones en nuestro país. Fue sin duda un hecho histórico”, afirmó al respecto José Rigane, Secretario General de Luz y Fuerza Mar del Plata, y Secretario General de la FeTERA, participante del nonagésimo Congreso de la OIT, como Secretario de Interior de la CTA. Allí se reunieron 166 de los 178 miembros de la Organización Internacional de Trabajo y participaron casi 4.000 delegados y consejeros técnicos, quienes reconocieron la validez de nuestro reclamo.
{{{El caso argentino tratado en la Conferencia.}}}
Ante el pedido realizado por la delegación argentina, la Comisión de Normas de la Organización Internacional del Trabajo resolvió sancionar al gobierno de nuestro país por la incompatibilidad de la Ley de Asociaciones Sindicales con el Convenio 87 de Libertad y Democracia Sindical de dicha organización internacional. “El Gobierno argentino tendrá que hacer las modificaciones de la Ley para tener compatibilidad con este Convenio. Hoy la OIT le hizo este pedido a las autoridades nacionales”, informó Horacio Meguira, integrante de la delegación de la CTA junto a Pedro Wasiejko y José Rigane, quien agregó que la medida salió “a pesar de la negativa y los esfuerzos realizados por la CGT para que el caso no se tratara” y recordó que “ya cuatro comisiones técnicas enviadas por la OIT han estudiado la incompatibilidad entre nuestra ley y el convenio 87 de la OIT y no se ha avanzado en este tema. Veremos qué pasa esta vez”.
{{{La construcción de un nuevo concepto de trabajo.}}}
Los trabajadores de América estamos convencidos de que un sistema económico y de intercambio justo debe reconocer niveles laborales básicos y otras medidas para incrementar el bienestar de la gente que trabaja, sin que estas definiciones queden exclusivamente en manos del mercado. Un proyecto que apunte a lograr un nuevo modelo de trabajo debe incluir disposiciones que garanticen los derechos laborales básicos, que aseguren una asistencia apropiada para los ajustes cuando se abran los mercados, y que promuevan el mejoramiento de niveles de trabajo y de vida para las personas trabajadoras y para sus familias, que cubran el retiro de los trabajadores y posibles etapas de desempleo, así como sus garantías y derechos sociales.
“Durante un siglo, los sindicatos y otras fuerzas progresistas han hecho campañas a nivel comunitario, nacional e internacional para que se reconozca que es necesario respetar y aplicar niveles laborales internacionales. Junto con la profunda agitación de 1917 en Rusia, y de los meses siguientes en otros países europeos, el reconocimiento de esta necesidad fue una de las fuerzas que llevaron a la creación, en 1919, de la Organización Internacional del Trabajo”. Esta definición de la Alianza Social Continental refiere claramente a la protección de estos principios fundamentales.
Si no damos pasos concretos para regular la economía y garantizar el respeto de los derechos laborales, la liberalización económica impulsada por los acuerdos de libre comercio, seguirá mermando los niveles de empleo y la seguridad laboral a lo largo del continente.
{{{Instrumentos para la defensa del trabajador.}}}
La lucha constante de los gremios que mantienen con coherencia su función constitutiva de la defensa de los derechos del trabajador, ha ido formando una conciencia y un ejercicio vinculados a recursos y procedimientos para proteger a los trabajadores. Sin siquiera la necesidad de ahondar en ello, es posible, sí, poner en consideración un instrumento básico, que constituye la Declaración sobre Principios Fundamentales y Derechos Laborales de la OIT de 1998, y están avalados por varios convenios centrales de la OIT, a la que, ya dijimos, adhieren todos los gobiernos de nuestro continente; en la cual se establecen derechos fundamentales:
-* Los Convenios 29 y 105 sobre la abolición del trabajo forzado;
-* Los Convenios 87 y 98 sobre derechos a la libre asociación, la negociación colectiva y la acción sindical, incluido el derecho a elegir sus representantes sindicales sin interferencia patronal o gubernamental, así como el derecho a la huelga;
-* Los Convenios 100 y 111 sobre salario igual por un mismo trabajo, y sobre la prevención de la discriminación en los lugares de trabajo; y
-* Los Convenios 138 y 182, sobre la edad mínima laboral y la eliminación del trabajo infantil
El objetivo es lograr que haya mecanismos que hagan valer la obligatoriedad del respeto y promoción de los derechos laborales fundamentales definidos por la OIT. De esta forma, tanto los países como las compañías serían obligados a respetar y cumplir los derechos laborales fundamentales, se generalizarían prácticas acordes con los derechos fundamentales, y con ello:
-* Las formas más extremas de explotación laboral serían eliminadas;
-* Los trabajadores y las trabajadoras podrían luchar por mejorar sus salarios y sus condiciones laborales, sin padecer amenazas a sus empleos y a su bienestar físico; y
-* Trabajadores y patrones podrían resolver sus diferencias por métodos pacíficos.
{{{Fomento para la apertura de fuentes de trabajo.}}}
El principal argumento de todas las campañas electorales de nuestros países, al mismo tiempo el tema que le quita el sueño a los gobiernos, aquello por lo que transforman y manipulan las encuestas y los índices estadísticos, incluso los oficiales. Es el aspecto por el que nuestras organizaciones han desarrollado la mayor cantidad de sus luchas y reclamos, también muchas propuestas y proyectos. En épocas de privatizaciones de empresas prestadoras de servicios, en épocas de achique de los Estados, de puertas abiertas a tentadoras inversiones multinacionales que llegan con todos los beneficios promocionales de nuestros Estados para llenar sus arcas a expensas de explotación, sueldos miserables y el cierre de fuentes de trabajo locales. En países con estados achicados, ausentes, autistas, cómplices.
Por ello es importante que cualquier acuerdo de comercio e inversión incluya mecanismos que permitan a las economías nacionales ajustarse a los impactos de la competencia por medio de la creación de empleos de alta calidad, con especial atención a las mujeres. Según la OIT, estos mecanismos deben consistir en:
-* Fondos administrados en el ámbito nacional y pagados por los patrones, y en el caso de países subdesarrollados, por fondos internacionales, para compensar la pérdida de empleos que resultará de la reestructuración;
-* Programas de capacitación de mano de obra;
-* Desarrollo de infraestructura; e
-* Incentivos para creación de empleos.
Obviamente, será necesario un financiamiento compensatorio que se haga cargo de los niveles desiguales de desarrollo y de capacitación, con miras a ajustar las economías nacionales diferentes y, también, de regiones particulares dentro de los países. Se proveerán fondos específicos para programas de ajuste dirigidos a ayudar a mujeres y hombres que trabajen en las industrias o que vivan en áreas en que padezcan pérdida de empleos por la apertura económica.
La Unión Europea (UE) ha sentado un precedente para dicho apoyo financiero al ofrecer asistencia para el desarrollo estructural a los países con menores ingresos de la UE, así como a regiones geográficas específicas dentro de los países miembros con mayores ingresos que han sufrido por la reducción de las protecciones, o que no han sido capaces de cosechar los beneficios del mercado integrado.
{{{Otra distribución de los ingresos.}}}
Actualmente, existen diferencias enormes entre los países americanos en el área de los beneficios sociales y la mejora del ingreso en una tendencia de equidad salarial. Y hay una tendencia general continental hacia un serio deterioro de los salarios reales, como resultado de los recortes gubernamentales, de las cargas impositivas que llegan hasta el último eslabón de las cadenas de consumo, como consecuencia -por supuesto- de alzas constantes de los precios de las canastas básicas alimentarias. Incluso Canadá -por poner un ejemplo- que se enorgullecía de tener un nivel de protección social que la colocaba a la par de la liga de países europeos occidentales, actualmente se encuentra a la zaga de todos los países miembros de la UE en lo que respecta a mantener ingresos para hombres y mujeres desempleados. En otros países, los esquemas universales de pensión estatal están siendo privatizados o destruidos y en la mayoría de los casos no cubren al creciente número de trabajadores informales. De esta forma todos los trabajadores jubilados se ven afectados y en particular las mujeres que participan en menor proporción en los trabajos cubiertos por la seguridad social.
Si se busca que la interre-lación económica en el continente tienda a un mejoramiento generalizado de los niveles de vida, la rápida erosión de la protección social que ha tenido lugar en la década pasada tendría que ser revertida.
Debido a los niveles tan diferentes de desarrollo entre los países americanos, no es posible un salario mínimo común a lo largo del continente, pero sí niveles mínimos de bienestar internacionalmente definidos, que deben ser cubiertos por el salario mínimo de cada país.
Estos procesos serían establecidos con la participación de los gobiernos, junto con los sindicatos representativos y las patronales.
Oportunidades laborales y el flagelo de la desocupación en los jóvenes.
Seis de cada diez desocupados son jóvenes de entre 15 y 29 años, según un estudio realizado por docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral, en Argentina. El trabajo fue publicado por Ediciones UNL en el libro “Inserción laboral de los jóvenes” que coordinó la contadora Norma Zandomeni de Juárez.
La problemática de la inserción laboral se acentúa en los más jóvenes, en aquéllos con menor nivel de instrucción y especialmente en las mujeres. Este dato, que se reproduce en toda la región, incluso con agravantes según las características específicas de cada zona, implica un amplio sector de la sociedad que al no conseguir empleo ve frustradas sus expectativas de autonomía financiera, y la concreción de sus proyectos profesionales y personales. El sector juvenil no sólo sufre la falta de ocupación sino también el subempleo, la precarización laboral y el empleo no registrado.
{{{La voz de los jóvenes.}}}
Los propios jóvenes destacan que las condiciones actuales para insertarse en el mercado de trabajo son desfavorables. Sin embargo, las apreciaciones subjetivas que realizan son mayoritariamente positivas. En tal sentido, los que tienen estudios superiores son los que manifiestan menor grado de conformidad, debido a que las tareas que desempeñan requieren, en muchos casos, niveles de instrucción menores a los alcanzados.
Entre los valores laborales que más destaca el grupo, se inclinan por los que permiten lograr su autorrealización en el trabajo: un trabajo que les brinde oportunidades de aprender, un trabajo con responsabilidad y poder aplicar su iniciativa.
Frente a la imposibilidad de lograr estabilidad en un empleo y hacer carrera en una misma organización, los jóvenes priorizan aquellos aspectos que les permiten mantener y mejorar su empleabilidad, es decir, su posibilidad futura de conseguir nuevos empleos.
Por otro lado, un dato a destacar entre los factores que -en opinión de los jóvenes- obstaculizan la concreción de un empleo, es la falta de estudios y de contactos personales. El estudio concluye que el fenómeno del desempleo juvenil es uno de los mayores desafíos que deben afrontar los gobiernos a través del sistema educativo. Si lo que se pretende es detener el proceso de marginalidad y exclusión social y lograr una mejor adaptación a los nuevos requerimientos del mercado de trabajo, se requiere la implementación de medidas o programas adecuados, que faciliten el proceso de inserción laboral de este vulnerable sector.
{{{Las razones y el origen de este flagelo.}}}
“Durante la década del ’90 se generaron importantes cambios económicos, tecnológicos y sociales en el país, que impactaron en el mercado de trabajo, afectando particularmente a los jóvenes, que se constituyeron en uno de los sectores más vulnerables del sistema económico”, explicó Zandomeni de Juárez. “Fenómenos como la desocupación, la precarización y el empleo no registrado se convirtieron en rasgos predominantes de las nuevas condiciones laborales”, añadió.
{{{Acciones para revertir la situación.}}}
Hace algún tiempo, y justamente en Mar del Plata, la Central de Trabajadores Argentinos realizó un encuentro en el que participaron alrededor de mil jóvenes con la idea de conformar la Juventud de la CTA, en todo el país.
El objetivo de este nuevo espacio de organización justamente se vincula con el ingreso laboral, con la incorporación a la vida y a la acción gremial, ayudar a la erradicación del trabajo en negro desde su propio origen, e impulsar el desarrollo de un espíritu crítico en los nuevos trabajadores.
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Sin dudas, la generación de puestos de trabajo es un tema fundamental en todos los frentes. Y la recuperación del trabajo, como un valor y una fuente de dignidad, deben acompañar la idea de que los trabajadores somos el motor de este mundo. Y de que, por lo tanto, debemos tener participación y poder de decisión, y libertad sobre nuestra forma de organización, defensa y trabajo.