Reconocimiento y orgullo

{{{62 años reproduciendo la historia.}}}

«Por Isabel Rauber[[*Doctora en Filosofía. Directora de la Revista “Pasado y Presente XXI”.]]»

Antes de conocer Luz y Fuerza Mar del Plata, siempre me sentí atraída por la personalidad, identidad y trayectoria de un referente lucifuercista, al que considero paradigmático en la historia del movimiento obrero argentino, Agustín Tosco.

Fue desde ese apasionamiento e investigación que me encontré con la historia de Luz y Fuerza Mar del Plata. Me preguntaba cómo podía ser que en los 90, existiera en este país, un gremio que reivindicara la historia de Tosco. Verdaderamente me llamó la atención y logre un contacto con José Rigane y la conducción del sindicato. Con el correr del tiempo y las investigaciones, llegué a la conclusión que no se trataba únicamente de una reivindicación histórica, sino que todo el colectivo construía desde los conceptos del líder sindical cordobés. El discurso del gremio en esos años de entrega, la acción, la construcción desde la unidad, en trabajo desde la base y la discusión con todos los trabajadores, la relación con la comunidad, el compromiso por formar parte de una problemática social más amplia (la tarifa social es sólo un ejemplo) fueron la comprobación de mi hipótesis.

Sin lugar a dudas, este sindicato ha sido un verdadero precursor de innumerables temas. También en los 90 (cuando el modelo privatizador arrasaba), casi en soledad, impuso el debate en torno a la propiedad de los recursos energéticos, hoy esencial y preponderante en la agenda actual.

Como decía anteriormente, lo destacable de este gremio es no haberse quedado en el debate, de haber sido así los recientes tiempos de la historia lo habrían devorado. Construyó. Buenos ejemplos son la FeTERA o las alianzas a nivel internacional. Y lo hizo trasladando siempre, al presente, la historia e identidad de los trabajadores que construyeron estos 62 años.

{{{Los herederos de Tosco}}}

«Por Víctor de Gennaro[[Secretario General de la CTA]]»

El Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata es el sindicalismo que representa la coherencia, la conducta y un proyecto acorde, no sólo a los postulados que aprendí a valorar conociendo a dirigentes de décadas anteriores sino, fundamentalmente, a una esperanza de país que se enfrentaba a una grave crisis en todos sus niveles, donde nos decían que la historia se acababa, que había que entregarse o trasvestirse, en nuestro caso, en un sindicalismo empresarial.

Luz y Fuerza Mar del Plata y José Rigane fueron vitales en esa resistencia y lucha, porque nos demostraron que había otra alternativa y que la podíamos comenzar a construir desde la CTA. Que se podía encarar, desde esa construcción, la defensa de nuestros compañeros, y que hoy la lucha va más allá, en la recuperación del patrimonio nacional, para la construcción de un país más justo y soberano.

Indudablemente, creo que Luz y Fuerza Mar del Plata se ha convertido en el heredero de las utopías de Agustín Tosco y aquel Luz y Fuerza de Córdoba.

{{{La lucha de ayer y de siempre}}}

«Por Víctor Mendibil [[Secretario General de la Federación Judicial Argentina.]]»

Sin lugar a dudas, el Sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata es un pilar fundamental de la lucha y organización de clase de los trabajadores de uno de los sectores estratégicos, esencial para la construcción de un país soberano.

Retoma las mejores tradiciones de lucha de los trabajadores en la Argentina y encarna en estos tiempos, como ningún otro, la ideología e identidad de Agustín Tosco. Esa política hacia la construcción de un gremialismo independiente de patrones, grupos económicos y gobiernos.

Un sindicato que se ha animado a profundizar, con la herramienta de la unidad, las bases para la construcción de una nueva sociedad que, parada frente al avasallamiento del modelo neoliberal, se levanta decidida, propugnando un mundo sin explotados ni explotadores, con futuro y protagonismo para todos.