A comienzos de los ‘90, anunciamos y denunciamos las consecuencias del modelo privatizador. Cuando muchos ya empezaban a callar. Y otros se miraban al espejo y se convencían de que sus nuevas ropas les quedaban bien. Los trabajadores de Luz y Fuerza Mar del Plata estábamos en la calle, denunciando, reclamando, construyendo. Fueron momentos difíciles, de resistencia, pero siempre nos encontró concientes de nuestra responsabilidad, consecuentes con nuestra propia trayectoria.
Es en ese lugar de la historia, que seguimos reivindicando, donde nos encontramos también hoy. Confiados en los tiempos que corren, pero convencidos de que no tenemos que entregarle a nadie la construcción de ese futuro más justo que todos soñamos. Por eso seguimos denunciando y reclamando, mientras vemos como aquellos otros siguen prefiriendo, como en los ‘90, el silencio. Seguimos redoblando las acciones de fuerza en el ámbito de EDEA S.A. para descongelar un salario después de más de una década, y con el objetivo de llevarlo al sinónimo de la dignidad, en un país cuya administración de turno se ufana de un crecimiento sostenido del PBI de casi tres años.
Por la historia y por el presente es que decidimos multiplicar el protagonismo en cada rincón de nuestra jurisdicción, porque los tiempos más justos, en un país que crece, empiezan a construirse desde una distribución equitativa de las riquezas.