Todo esto es parte de la impunidad y la arbitrariedad con la que las empresas se manejan, y sus consecuencias son minimizadas, relativizadas, cuando no rechaza-das, o justificadas con argumentos falaces.
Lo que queda claro, es que no hay posibilidad de evadir una realidad que, cada vez más, es tomada no solo por los trabajadores, sino también desde toda la sociedad, como insostenible.
Los que siguen son algunos reflejos de que la actitud de las empresas en este sentido, responde a una estrategia desarrollada para obtener la mayor cantidad posible de ganancias al menor costo:
“La demanda eléctrica no deja de crecer en la región” y “Advierten otro verano sin agua en Centenario”, son los títulos de dos notas del diario ‘Río Negro’ de la provincia de Río Negro, en referencia a las consecuencias de las faltas de servicio eléctrico.
“Prevén cortes de luz para el verano por la sobredemanda”, reza el ‘Los Andes’ de Mendoza. “No se podrían evitar cortes de energía durante el verano”, apareció en ‘El Ancasti’ de la provincia de Catamar-ca. “Cortes de luz y menos presión”, según ‘La Mañana del Sur’, de Neuquén. “Zona rural sin luz hace cuatro días”, publicó ‘El Día’ de La Plata. Todos entre la última semana de noviembre y la primera semana de diciembre. Ninguno incluyendo los cortes de los primeros días de noviembre en Capital Federal, donde el 2 de diciembre el diario ‘La Nación’ tituló “La crisis energética Edenor no descarta que haya nuevos cortes en el verano”, sobre una crónica que extractamos:
“Nunca hubo en la historia argentina tanto consumo de energía eléctrica como el martes de la semana pasada. El calor y el consecuente uso de equipos de aire acondicionado, sumados a la falta de inversión, saturaron los cables y los transformadores y, como casi siempre en la física, se dio la lógica: hubo cortes de luz. La distribui-dora Edenor no descarta que todo vuelva a ocurrir durante el verano. (…)
{{{Verano caliente}}}
La certeza del sector es que no se invirtió lo suficiente. Las concesio- narias tienen por ley la obligación de satisfacer el consumo. Pero las tarifas congeladas desde 2001 por decisión de los presi-dentes Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, según las empresas, jugaron en contra.
La descripción del escenario es casi elemental: la distribuidora Edenor decidió invertir menos justo en el momento en que la demanda empezaba a subir, en 2002. (…)»
{{{Cortes con el calor}}}
«Siempre hubo cortes con el calor en todo lados», dijo a LA NACION Alejandro Macfarlane, presidente de Edenor desde hace dos meses, momento en que la compañía fue adquirida por el empresario Marcelo Mindlin, después del retiro de Electricité de France (EDF) como principal accionista. Pero el directivo no está en condiciones, dice, de afirmar que aquellos días de saturación eléctrica no vuelvan en el fragor del verano.
«Es posible que vuelva a ocurrir esto, no digo que no. Por eso vamos a acompañar la demanda con inversiones, pero la situación va a llevar tiempo. Un tiempo similar al que llevó la desinversión», sostuvo. (…)
La duda del sector energético es cuál fue la motivación de los nuevos dueños para comprar una empresa que ya no interesaba a los franceses. Macfarlane dice que la situación ahora es distinta.
-Pero suponen que van a tener más aumentos.
-El acta acuerdo dice eso. Vamos a hablar de una tasa de rentabilidad razonable que saldrá del cálculo del valor de nuestros activos. No podemos pensar que nuestros activos valgan menos.(…)
-¿Si subiera la tarifa podría solucionarse la situación e incluso bajar la demanda?
-No siempre un aumento tarifario causa una restricción en el consumo. Debería ser muy alto…
-Pero sí aumentar la oferta con inversiones.
-Es cierto que, con más capacidad de caja, uno tiene mejores posibilidades de invertir. Pero nosotros estamos comprometiendo una inversión mayor al nivel de caja actual. Sin aumento de tarifas no lo podríamos hacer, pero lo vamos a hacer igual.
La nota y el reportaje firmados por Francisco Olivera, más allá del alegato del sector empresarial, deja pistas (en negrita y subrayado) que nos permiten seguir ratificando nuestros reclamos, y alinear la situación de las empresas en una estrategia que define su política de obtención de ganancias.
Vamos a detenernos en otra publicación. En este caso, el diario ‘La Vanguardia’ de Balcarce, difundió el 4 de diciembre, una copia de un documento original de la Empresa Transba en el que se anuncian cortes y falencias serias en el servicio en la zona de Olavarría, Tandil, Balcarce y Mar del Plata, y todo el corredor costero entre Necochea y San Clemente del Tuyú.
“El sistema carece de la reserva necesaria para afrontar contingencias simples. En situaciones extremas de demanda, o en condiciones de red incompleta, pueden presentarse problemas mantener el perfil de tensiones dentro de valores admisibles, lo que sólo podría solucionarse mediante cortes de cargas”, declara el informe. También admite las “deficiencias en las líneas en la estructura de la red y/o de la falta de generación, lo que puede poner en un compromiso su operación”. La misma nota destaca que “la zona de mayor afectación va desde Necochea hasta San Clemente del Tuyú, donde la linea de abastecimiento más importante constituye el corredor Olavarría, Tandil, Balcarce, y Mar del Plata”.
La información es tomada a su vez por el ‘Ecos Diarios’ de Necochea, donde además la Fatlyf, como es su costumre, intenta una desmentida, en defensa de la patronal:
“Desestiman versiones sobre cortes de energía en la costa. En fuentes gremiales locales se restó importancia a la denuncia”
Mientras el Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata advirtió sobre posibles cortes en el servicio eléctrico este verano en la costa atlántica, en fuentes gremiales de nuestro medio se desestimaron esos pronósticos y se interpretó que forman parte de un plan de lucha que viene realizando el nucleamiento de la vecina ciudad, que conduce José Rigane.
La organización a cargo de este sindicalista enrolado en la línea dura, que no integra la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza (Fatlyf) que lidera Guillermo Moser, alertó sobre el contenido de un documento oficial de la empresa Transba, en el que se anuncian cortes y falencias serias en el servicio en la zona de Olavarría, Tandil, Balcarce y Mar del Plata, y todo el corredor costero entre Necochea y San Clemente del Tuyú.
Se hizo referencia a que en un artículo periodístico publicado en un diario de Balcarce, se consigna que «la zona de mayor afectación va desde Necochea hasta San Clemente del Tuyú, donde la línea de abastecimiento más importante constituye el corredor Olavarría, Tandil, Balcarce y Mar del Plata». (…)
{{{Mejor que el verano pasado}}}
«En este sector se está un poco mejor que el verano pasado», se expresó en fuentes gremiales locales, para recordarse que operarios de Necochea participaron de los trabajos ejecutados antes de la reunión de los presidentes en la vecina ciudad.
A su vez, se tomó conocimiento que, mientras las seccionales de Luz y Fuerza enroladas en la Fatlyf aceptaron el acuerdo salarial con Transba, el nucleamiento sindical marplatense no compartió el arreglo. (…)
La primera afirmación posible, a partir de semejante nivel de instalación del tema en los medios y en la sociedad, y de las repercusiones y de nuestras denuncias, es que, como muchas veces plantea la empresa, las nuestras no se tratas simplemente de denuncias vacías. No es posible esconder tras la idea de grandes tormentas ni consumos record como dice EDEA S.A., una crisis estructural de todo el sistema eléctrico. Que, más allá de sectorizadas y selectas zonas en las que se pudo haber trabajado con objetivos puntuales y eventuales (como puede ser para la IV Cumbre de Presidentes, en la zona de hoteles 5 estrellas de nuestra ciudad), en general no ha habido inversiones ni tareas significativas que ajusten el servicio a la demanda, o permitan el mantenimiento de las redes de transporte y distribución en forma suficiente y adecuada.
La otra definición contundente es que a las empresas no les importa que los trabajadores y los usuarios seamos permanentemente víctimas de cortes permanentes en el servicio y falencias graves para recuperarlo a causa de su falta de infraestructura, personal e inversiones indispensables, para satisfacer el derecho de todos de acceder a la energía.