El petróleo y el gas natural satisfacen casi el 90 por ciento de las necesidades energéticas de la Argentina. Desde la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Sociedad del Estado, en 1992, la extracción de ambos hidrocarburos se ha incrementado significativamente, alcanzándose el pico máximo en el caso del petróleo hacia 1998; por consiguiente, el horizonte de vida de las reservas certificadas de estos recursos naturales no-renovables era de apenas 9 años en petróleo y 10 años en gas natural a comienzos de 2005, con la posibilidad de convertirse Argentina en un país importador neto de ambos hidrocarburos hacia 2009. [i]
En efecto, con la privatización de YPF el Estado ha perdido su instrumento clave para explotar racionalmente los yacimientos de hidrocarburos y captar su renta para financiar el desarrollo de fuentes alternativas de energía.
Ahora bien, un dato que explica la drástica caída del horizonte de vida de las reservas de petróleo y gas natural es el concerniente a las bajas inversiones de capital de riesgo realizadas por las compañías petroleras extractoras, que si bien tuvieron un supuesto protagonismo durante el período 1993-1996, a partir de 1997 fueron disminuyendo drásticamente.
Durante el período 1980-1989 se registró un promedio anual de 117 pozos exploratorios, durante el período 1990-1999 el promedio descendió a 94 pozos (casi un 20% inferior al decenio anterior) y en el quinquenio 2000-2004 fue de apenas 23 pozos exploratorios anuales (un 76% inferior al registrado durante los ’90 y un 80% inferior al de los ’80). La baja inversión en exploración registrada en éste último quinquenio no puede explicarse cuando se comparan los precios del barril de crudo en este período respecto al de los ’90, considerando que el argumento de las compañías petroleras sobre fines de esa década, cuando el barril de crudo había descendido por debajo de los U$S 11 (en 1998), era que los esfuerzos exploratorios serían significativos una vez que el barril superase la barrera de los U$S 30.
En el primer trimestre de 2002 -devaluación de la moneda y pesificación de los costos operativos del sector energético en general e hidrocarburífero en particular mediante- la administración Duhalde pactó con las compañías petroleras un precio para el barril de crudo en el mercado interno de U$S 28,5; el cual se alineaba con el precio internacional de referencia de Argentina, el WTI (West Texas Intermediate). Sin embargo, al año siguiente se realizaron apenas 19 pozos exploratorios, cantidad similar a la de 2002, y en 2004, con un precio internacional promedio del barril de crudo que se ubicaba por encima de los U$S 36 y con un precio para el mercado interno que se encontraba en U$S 34,5, apenas se realizaron, según la Secretaría de Energía de la Nación, 25 pozos exploratorios (21 pozos exploratorios según el IAPG, 2005).
Repsol YPF es el principal titular de concesiones de explotación gasífera, concentrando en forma directa el 39,4% de las reservas, y un 46,3% considerando las de su controlada Pluspetrol. En relación a las reservas petroleras se replica una situación similar de liderazgo, ya que esta compañía petrolera concentra en forma directa casi el 38% del crudo que se encuentra en el subsuelo argentino, o 39,4% incluyendo las reservas petroleras de su controlada Pluspetrol. Con respecto a la extracción gasífera, Repsol YPF concentra el 32,6% en forma directa, y el 41,3% incluyendo la participación de Pluspetrol. Mientras que en la extracción petrolera concentra en forma directa el 42,7%; incluyendo la participación de Pluspetrol el 44,8%.
Como resultado de tal concentración económica de reservas de hidrocarburos, del precio promedio internacional del barril de petróleo durante el ejercicio anual 2004 (superior a los U$S 36), del costo total de producción de un barril de petróleo situado en apenas U$S 6,1 y de los resultados operativos acumulados en igual fecha equivalentes a U$S 2.638 millones, de los cuales el 64% provino de Argentina (Repsol YPF, “Informe Anual 2004”), se observa que las inversiones resultantes de tales ganancias extraordinarias realizadas en el país por este conglomerado energético-financiero controlado por “La Caixa”, se orientaron más precisamente al desarrollo de pozos existentes, ya que las inversiones de capital de riesgo fueron casi nulas: sólo 6 pozos de exploración (1 de gas natural y 5 de petróleo), [ii] mientras que los pozos de hidrocarburos en desarrollo totalizaron 308 (284 de petróleo y 24 de gas natural) y los de avanzada 65 (2 de gas natural y 63 de petróleo).
La información precedente señala que los datos geológicos en base a estudios sísmicos realizados por el Estado nacional durante las décadas del ’60, ’70 y ’80 indican que prácticamente no hay nuevos reservorios hidrocarburíferos de importancia por descubrir.
Pero claro, para el “señor” Antonio Brufau, presidente de Repsol YPF, esto se explica por los “bajos incentivos fiscales” en materia de exploración… Explicación propia de quien cree en la existencia de un cuadrado redondo…