En una solicitada publicada en los medios de Mar del Plata, el viernes 24 de marzo, con motivo de los 30 años del golpe de la dictadura militar -y sus cómplices- que instauró en el país no sólo un modelo de terror y muerte sino uno económico que se profundizaría, décadas después, desde la miseria, el hambre, la desocupación y la entrega de nuestros recursos naturales, decíamos que “a 30 años, los sueños no se esfuman, se fortalecen”.
Son los sueños de la Argentina justa y sin pobreza que 30 mil hombres y mujeres pintaron como horizonte.
Y los que hoy, aquéllos, los que están y los que no, los que se fueron sumando, después de 30 años de resistencia y madurez, volvíamos a encender como sociedad.
La CTA está a horas de celebrar un nuevo Congreso. Muchos del millón doscientos mil trabajadores que integran la central, militantes de la Argentina posible, motores de la resistencia en el terror y con entrega, nuevos estrategas de la esperanza, saben del tiempo que se transita. Vieron encenderse nuevamente el horizonte, encontraron los cimientos de lo que una sociedad convencida está dispuesta a edificar; y comprobaron, por sobre todas las cosas, que desde lo construido se podía seguir construyendo. Nos dimos cuenta que podemos ser protagonistas hacia una Argentina que recupere su patrimonio y distribuya sus riquezas con justicia social, para que no haya un hogar pobre en la Argentina.
Nos dimos cuenta de que podemos ser protagonistas.
¡Bienvenidos compañeros! Los sueños siguen intactos.