La convocatoria del encuentro, que se desarrolló en Montevideo, resaltaba que “los trabajadores en general, y los de la energía en particular, hemos tratado de ir hacia políticas continentales comunes como repuesta a la ofensiva imperialista neoliberal en nuestro continente”. Bajo ese contexto, en noviembre de 2005, en el Foro Energético de Mar del Plata, en el marco de la 3° Cumbre de los Pueblos, se diagnosticó que “las luchas realizadas hasta ahora no alcanzan para rebatir estas políticas nefastas, y que se debía alcanzar otro escalón en intensidad y organización. Ya no alcanza generar agendas de reuniones, el camino obligado es armar una agenda de acción política, ya que ella será uno de los caminos para recuperar para los estados nacionales la propiedad de los recursos energéticos, así como un nuevo modelo superador, de gestión democrática y con control popular en la dirección de las empresas de servicios públicos (…)”. El de Montevideo fue un encuentro que se inscribió en esa perspectiva y avanzó hacia la elaboración de políticas organizativas y programáticas concretas, que dan contenido y sustento, a días del Segundo Foro Energético Latinoamericano y Caribeño que se realizará en México, en mayo del 2006. Es importante señalar que en todo el encuentro (ya sea en las intervenciones o declaraciones, como en las tres expresiones de comisiones) la coyuntura política que se vive en el continente, donde los pueblos apuestan al cambio rechazando las políticas liberales y neoliberales, más allá de si los gobiernos electos son fieles o no a las claras definiciones y aspiraciones de los sectores populares. Del evento participaron diez países: Uruguay, Chile, Brasil, Paraguay, Argentina, Venezuela, México, Perú, Ecuador y Bolivia. El acto de lanzamiento se realizó en la Universidad de la República y contó con la presencia de las autoridades de la casa de altos estudios del Uruguay, autoridades del gobierno, del ámbito de la energía, como de las empresas ANCAP (petróleo), UTE (electricidad), PETROBRAS (Brasil) y Salto Grande (represa eléctrica binacional argentina-uruguaya).
Las tres comisiones que se conformaron abordaron temáticas como:
-# El Mercosur y los desafíos de la integración de los pueblos. Discusión de alternativas, (como el ALBA), a los planteos imperialistas del ALCA, TLC, etc.
-# Gobiernos progresistas, políticas energéticas y vinculación con el movimiento sindical. La energía como “motor” de la integración de los pueblos latinoamericanos y caribeños a partir de la complementación productiva.
-# Balance de los organismos sindicales de la energía del Mercosur. Necesidad de avanzar hacia estructuras organiza-tivas superiores de los trabajadores latinoamericanos y caribeños de cara al encuentro de México. Plataforma continental que unifique y oriente la lucha. Compromisos concretos en torno a la jornada del 20 de abril.
En síntesis se abordaron conclusiones como:
-* que existen condiciones políticas objetivas para avanzar en el proceso de integración de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
-* se rechazó a los actuales planteos del ALCA y de los TLC que se contraponen a las políticas de integración que concebimos los trabajadores;
-* se reivindicó el Mercosur como un instrumento válido en la medida que sea profundizado en su contenido para la erradicación de la pobreza y la desigualdad social de los pueblos. Propugnando su ampliación a todos los países de América del sur para actuar como un solo bloque.
-* se reafirmó el compromiso de que los trabajadores de la energía haremos los máximos esfuerzos para concientizar a los trabajadores en general y a la sociedad en su conjunto, para que los recursos energéticos sean puestos al servicio de la comunidad como un bien social y no como mercancías para el lucro de los grupos económicos.
-* se resaltó que no hay en los trabajadores del sector una concepción única sobre qué es ser progresista, ni de cuál debe ser el vínculo de los gobiernos que se definen como tales con el movimiento obrero.
-* que somos concientes que no hay recetas que puedan sintetizar la realidad en fórmulas abstractas.
-* que desde el gobierno de Bachelet hasta el de Chávez son calificados de progresistas, por más que sus contenidos difieran sustancialmente, aunque no necesariamente esta calificación responde a posturas antineoliberales.
-* se arribó a la conclusión de que lo que sí está claro es que el neoliberalismo ya no es paradigma imperante, ni el destino inevitable.
-* se señaló que un rasgo presente en la actual realidad, es la no aceptación y ausencia de estímulo de la participación organizada de los trabajadores en la elaboración y puesta en práctica de la política general que afecta los destinos de los países. Al contrario, se fomenta la desmovilización frente a equipos económicos tecnocráticos que manejan los hilos fundamentales de la economía, a lo que se suma en ciertos casos las deficiencias organizativas de las organizaciones sindicales, lo que permite que se las mantenga al margen.
-* se consensuó que no planteamos la necesidad de participar en todas y cada una de las acciones de gobierno, pero no puede obviarse que sin la movilización de los trabajadores, estudiantes, campesinos, cooperativistas, etc, muchas de las fuerzas políticas hoy en el gobierno no hubieran alcanzado el mismo, y sobre todo, no podrán poner en práctica los programas por los cuales fueron elegidos.
-* se arribó a la conclusión de que es necesario revalorizar el papel de la clase obrera en esta lucha, rescatando la imprescindible independencia de clase, desde la cual tiene que posicionarse, pero sin caer en la indiferencia del “que se vayan todos” o “son todos iguales”. La construcción de una perspectiva propia y el abandono de la tentación de hacer seguidismo de tal o cual candidato, puede contribuir a posicionarnos correctamente frente a los gobiernos progresistas sin desconocer que su existencia genera mejores condiciones políticas para desarrollar nuestra lucha.
-* “… nuestros esfuerzos tendrían que tender hacia la búsqueda de recuperar y afianzar la denominada soberanía de la renta energética. Es decir, asegurar el control de los recursos del sector en manos estatales, con participación de trabajadores y usuarios en su gestión.”
-* “… cuando decimos integración energética, como motor de la complementación productiva, debemos apuntar a superar las contradicciones ficticias levantadas por nuestras clases dominantes y entender que sin un frente común nunca podremos enfrentar el poder del capital financiero monopólico industrial y sus iniciativas de supuesta integración que sólo sirven a sus intereses.
Algunos párrafos de la Declaración Final pueden ayudarnos a entender el valor de la unidad en el camino de lucha que se emprende.
“Entendemos que hoy más que nunca los latinoamericanos debemos apostar por la democratización y participación de los trabajadores, en las estructuras comunes representadas por el Mercosur y la CAN, respetando nuestras peculiaridades como pueblos. Ya que son herramientas ineludibles a partir de las cuales nos insertamos en la economía planetaria, en camino hacia la unidad de todos los países al sur del Río Bravo, como plantearon Bolívar, Sucre, San Martín, Artigas, O’ Higgins, Martí, etc.” “Los pueblos han demostrado que no quieren continuar con las políticas neoliberales que han profundizado la miseria y el hambre. Combaten y luchan día a día por ser dueños de sus destinos, y es a ellos que los gobernantes se deben.” “Exigimos a los gobiernos sumarse a la lucha de sus pueblos para fortalecernos y enfrentar las estrategias del imperialismo norteamericano, y de sus aliados locales, quienes socavan a los organismos de integración regional.” “Al mismo tiempo que rechazamos cualquier otro tipo de imperialismo continental.” “ En ese marco es que los trabajadores de la energía de América del Sur, reunidos en Montevideo, exigimos que se escuchen nuestras propuestas, que se abran canales reales de participación a nuestras organizaciones, junto al resto de la sociedad, para definir el rumbo de las políticas energéticas que implican el destino de nuestros compatriotas.”
Una lucha decidida. Protagónica. Que necesariamente tiene que multiplicarse. Y que tiene un horizonte: la recuperación del patrimonio energético.
{{{Un dato que no es menor.}}}
Mientras el tema de las pasteras de Fray Bentos, desde el tratamiento de los gobiernos uruguayo y argentino, parece convertirse en un conflicto que retardaría el diseño de un bloque regional con todas las letras, el Encuentro de Trabajadores de la Energía del MERCOSUR, que se realizó en Montevideo, demostró que los trabajadores están dispuestos a construir la unidad Latinoamericana y que ésta debe potenciarse desde abajo, desde lo que la gente ya se ha animado a construir.