_ Los millonarios subsidios a trenes y colectivos son entregados por el Estado a los empresarios que gerencian los servicios con el objetivo de mantener congeladas las tarifas que pagan los usuarios. Pero ¿cuánto cuesta poner en marcha los trenes en la Argentina? Elido Veschi, secretario de la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles (Apdfa) y un experto en la materia, dice que en la zona metropolitana, “el costo por tren-kilómetro es de 18 pesos”, mientras que “por la suma de pasajes y subsidios los concesionarios privados embolsan 43 pesos por tren-kilómetro”. En su opinión, con los actuales subsidios, el servicio podría funcionar igual sin cobrar pasajes. Las declaraciones de Veschi deberían abrir la discusión sobre la estructura de costos de la empresas privadas subsidiadas por el Estado. Lejos de evaluar estos costos, tanto en trenes como colectivos, la Secretaría de Transporte otorga la ayuda oficial en base a las declaraciones juradas de las propias empresas.
_ La pregunta sobre los costos es clave por una razón obvia: una cosa es que los subsidios vayan a cubrir los costos operativos del servicio público esencial, y otra es que sirvan para engordar los bolsillos empresarios. Este enfoque no apunta a desacreditar los subsidios al transporte, que dicho sea de paso se aplican de manera eficiente en los países desarrollados, sino la forma en que se asignan, y a alertar sobre los débiles controles que existen para evitar desvíos.
_ En diálogo con Página/12, Elido Veschi, uno de los máximos expertos en ferrocarriles, aportó datos fundamentales para motorizar la polémica:
– En la zona metropolitana, el costo operativo de los ferrocarriles rondaría los 18 pesos el tren kilómetro (unidad de medida convencional). Dentro de estos costos se incluye la reparación y mantenimiento de material rodante y vía, combustibles y lubricantes, energía (en algunos casos), personal de abordo, andenes, gastos administrativos, impuestos, seguros, etc. No contempla la amortización de las inversiones porque las mismas las realiza el Estado.
– En cambio, los ingresos de los concesionarios ascenderían a 43 pesos el tren kilómetro,sumando a los ingresos por boletos, alquiler de locales comerciales y publicidad, los subsidios.
– Según Veschi, son cálculos conservadores. También denuncia que las empresas no realizan el mantenimiento indispensable de vagones y vías, costo de reparaciones que es reemplazado por inversiones del Estado. En febrero de 2005, el fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, ya había advertido sobre el asunto: “… parte de los trabajos que se encubren bajo el concepto de reconversión/modernización en realidad implican trabajos de mantenimiento que debían ser absorbidos por el concesionario”, señaló Garrido en un dictamen sobre supuestos ilícitos en la contratación de obras para Ferrovías.
– Veschi afirma que hay un caso paradigmático del descontrol estatal: “El Ferrocentral (NCA-Emepa) es el tren más caro del mundo”, asegura. Con una frecuencia semanal a Tucumán, 2 a Córdoba y 4 a Villa María-Córdoba, recibiría un subsidio mensual que arroja un costo de 150 pesos el tren kilómetro. “Ese costo equivale a 350 pesos por pasajero. Se los podría enviar en avión”, ironiza.
_ Sería bueno que los números del secretario de la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles despertaran el interés oficial por examinar y transparentar la estructura de costos de los concesionarios privados.