– Si, pareciera que la memoria de este sector se licuara o se perdiera. Como la de muchos argentinos. Y los que se cobijaron, en el movimiento obrero, dentro de las políticas neoliberales hoy aparecen en el escenario como si no tuvieran historia o como dignos representantes de los intereses de los trabajadores.
En realidad es un nuevo intento del sindicalismo ortodoxo, representado por la CGT, para ocultar su transformación en verdaderos holding empresariales, necesaria -según ellos- porque nos subía al tren del primer mundo.. ¿y a quién no le gustaría ingresar al primer mundo?, ¿a quién no le gustaría que le canten el número que va a salir en la lotería?…
{{- Pero a costa de qué?..}}
– Claro, aunque no sólo a costa de algo, lo peor es que se mimetizaron en las políticas neoliberales, utilizando viejos refranes para meterse en el inconciente de la población y del trabajador. “Hay que desensillar hasta que aclare”, decían, “las transformaciones son desde adentro” o “no queda otra que sumarse”.
{{- Juan Carlos Lingeri, hombre fuerte del sindicato de los trabajadores del Agua, dijo alguna vez , justificándose, que “tuvimos que elegir subirnos al tren o quedarnos en el andén con el pañuelito”.}}
– Ese fue el claro ejemplo de la opción planteada desde el poder, que era el discurso único, el único camino. Una época en donde, además, no se estaba permitido refutar a los gurúes del momento que hablaban del fin de la ideología, de la historia y que no había otra alternativa.
Así nos encontramos con un sindicalismo empresarial que se desarrolló no desde la defensa de los intereses y derechos de los trabajadores sino redefiniendo el concepto de trabajador para llevarlo al de cliente. La FATLyF es el ejemplo más sólido de este tipo de proyecto. Esta federación, antes de la privatización y su reconversión en un holding empresarial, tenía 62 mil trabajadores, hoy apenas llega a los 25 mil. Con sindicatos que han desaparecido o que tienen más trabajadores jubilados que en actividad. Con ámbitos de trabajo ganados por las tercerizaciones, desarrolladas en el impulso de los microemprendimientos, por parte de la federación. Empresas que ellos mismos conformaron y en donde muchas veces forman parte.
{{- ¿Empresas que, hoy, siguen siendo parte de la federación?}}
– Exactamente, con lo que ello significa. LUZ ART es la Aseguradora de Riesgos de Trabajo de la federación, un sistema que los años han demostrado que no tiene como objetivo prevenir riesgos, ni proteger a los trabajadores, convertidos nuevamente en una mercancía.
FUTURA AFJP es otro de los caballitos en materia empresarial de la federación. Amparando un sistema que dejó a millones de trabajadores sin posibilidad de jubilarse y que pone entre la espada y la pared al gobierno, ante esta situación, para volver a impulsar el Sistema de Reparto.
La FATLyF también vende turismo como si se tratara de una operadora internacional (VOLTS) y tiene su propio correo privado (TRANSLYF), además de seguir ofreciendo sindicalistas de traje y corbata para los directorios de las empresas del sistema. Esa es hoy la realidad, aunque el discurso sea otro.
{{- La propuesta que se le hizo a este sector sindical en los 90 fue una propuesta comercial: “dame y te doy”. “Dame flexibilización, mano de obra barata y explotable, te doy saco, corbata y ganancias.”}}
– Yo tengo una imagen grabada de aquellos años, como miembros -todavía- de esa federación. Mientras los compañeros estatales inundaban las calles oponiéndose al proceso privatizador, la federación la balconeaba como esperando alguna promesa anticipada por quienes estaban preparados a articular las medidas más infames. Mientras repetían que a Luz y Fuerza no le iba a pasar nada.
Yo también fui testigo activo cuando Menem ganó las elecciones y el Secretario de Energía nos prometía, en un congreso de la FATLyF en el 89, que todo se privatizaba, menos las empresas de energía. Luz y Fuerza iba a ser el testimonio de que las empresas de servicios podían seguir desarrollándose dentro del Estado. Fue una gran mentira. La política era otra y las decisiones iban por otra dirección. La FATLyF acompañó y actuó en connivencia con esas mentiras, es por eso que hoy no pueden lavarse las manos. Son los mismos que dijeron “primero la gente” y abrieron las puertas para la aplicación de las peores políticas de flexibilización laboral, empujaron los convenios a la baja, firmaron a las sombras la pérdida de derechos históricos y nos vendieron -a los trabajadores- como espejitos de colores, las cifras no remunerativas y los tickets canasta.
Son los mismos que aceptaron las privatizaciones con reducción de los planteles básicos y se calzaron el saco y la corbata para ocupar un lugar en los directorios de muchas de esas empresas.
Son los mismos que alguna vez fueron el grupo de los 15, que pasaron por el gobierno de la mano de Alfonsín, que luego adularon a Menem y que hoy no tienen empacho de decir que acompañan a Kirchner.
{{- Podemos decir que este sector sindical avaló el genocidio económico de los 90. ¿Por qué creés que hoy es más fácil repudiar la acción de quienes llevaron adelante el terrorismo de Estado del 76 y no de los que provocaron los altos índices de desocupación, que hoy siguen imponiéndose, los planes sociales que no se cambian por empleo y el trabajo en negro?}}
– Lo de las Madres de Plaza de Mayo es desencadenante para explicar por qué hoy se repudia y se juzga a quienes impusieron el terrorismo de Estado en el 76. Ellas y los organismos de derechos humanos instalaron con una fuerza inclaudicable la denuncia de lo que no se veía o no se quería ver.
En Mar del Plata, el movimiento obrero dejó muchos vacíos en los 90, cuando debió tomar las banderas de la denuncia ante la pérdida de los derechos de los trabajadores, se readecuaron a las circunstancias del momento. Esas banderas las tomaron, en un momento, las asociaciones de fomento. En el sindicalismo se empieza a exportar la idea del sindicalismo múltiple, que tan bien patentó la FATLyF, donde a la mañana se podía ser miembro del directorio de una empresa y a la tarde, con overol, atender el reclamo de los trabajadores. Cualquier disidencia a esta reconversión del sindicalismo se solucionaba con la expulsión, como le ocurrió a nuestro gremio. Por eso, quienes intentamos construir un sindicalismo diferente, construyendo protagonismo de los trabajadores, identidad de clase y recuperando el prestigio de las instituciones sindicales tenemos la necesidad de no olvidar, no por un problema de diferentes posiciones o miradas, sino desde la urgencia de tener organizaciones capaces de organizar, movilizar y reproducir protagonismo desde los trabajadores. El sindicalismo ortodoxo, expresado en la CGT, no confrontó las políticas neoliberales, ni las intentó detener, las permitió y permitió el beneficio a muchos de sus representantes. Fue necesario para la lucha que crecieran otras organizaciones como la CTA o las que nuclean a los grupos de trabajadores desocupados que salieron a la calle y confrontaron, mientras el otro sindicalismo, el ortodoxo, hacía negocios con su holding empresarial.
{{-¿Por qué el actual gobierno construye una alianza con este sindicalismo?}}
– Porque sirve al presente y al dominio y desmovilización de la clase obrera. Presente que ata los aumentos salariales en un 19 por ciento, por temor a un rebrote inflacionario, que es lo mismo que decir que no se está de acuerdo con la redistribución de la riqueza. La disputa entre salarios y precios es una disputa de clase y este sindicalismo es afin -como lo fue con el poder en otros momentos- a la política de centralización de las riquezas en pocas manos, la que sigue siendo imperante hoy en día. Es el sindicalismo que en el ámbito de la energía eléctrica dice firmamos un acuerdo de aumento salarial siempre y cuando aumenten las tarifas y se ponen a tono con las multinacionales y el oligopolio que maneja el sistema energético en la Argentina. ¿Qué beneficio tienen los trabajadores?: ninguno. O lo que es peor, sigue desarrollándose la brecha entre trabajadores, día a día más pauperizados, y dirigentes sindicales cada vez más ricos.
Nosotros… los empresarios.
La prensa se ha convertido en un documento elemental para ratificar o refutar la historia reciente. En el archivo del gremio encontramos una crónica del 8 de enero de 1993, en el diario La Nación, titulada “Nace el holding sindical”. En ella, el periodista Fernando Laborda asegura que la muestra más cabal de esta transformación que empieza a registrarse en las entidades sindicales es la FATLyF. Y lo confirma reproduciendo algunas de las resoluciones del Congreso de la federación realizado en Mar del Plata, en diciembre de 1992 (el mismo en donde expulsan a nuestro gremio):
“-Detectar, analizar, seleccionar y ejecutar proyectos de corte empresario, dirigidos al mercado en general y no sólo a los afiliados del gremio.
-Participar activamente de las modificaciones que se puedan llevar a efecto en el sistema de seguridad social y, en particular, en las obras sociales. En caso de que se produzca la desregulación del régimen, se conformará una sociedad de medicina propia.
-Participar directa y comercialmente en el mercado de los medicamentos.
-Conformar una sociedad de fondos de jubilación privada, tanto entre los trabajadores de Luz y Fuerza como en el mercado en general. De ser necesaria para el desarrollo de tales actividades una compañía de seguros asociada, se optará por algunas de las existentes en plaza o por la creación de una entidad propia.
-Participar activamente en el mercado nacional e internacional de turismo, tanto a nivel mayorista como minorista, para generar explotaciones rentables dirigidas al público en general.
-Autorizar al secretariado nacional de Luz y Fuerza para que participe en los procesos de privatización de las distintas empresas energéticas nacionales o provinciales, para lo cual podrá actuar en forma individual o asociada con empresas privadas o no y acceder a los circuitos de crédito nacional e internacional que se requieran.
-Analizar la factibilidad de establecer en forma total o parcial una institución bancaria propia o asociada, que opere como agente financiero del holding.”
Sic. Textual. “El sindicalismo que viene” le decían. “Sindicalismo Sociedad Anónima.” Historias, acciones y una forma de actuar que no se puede olvidar.