{{{¡QUÉ BRONCA!}}}
La bronca no conduce a nada. La impotencia genera ese estado por todos conocido, cuando de imposibilidad se trata.
Pero ¡qué bronca y qué impotencia se siente, cuando se tienen derechos que se avasallan y se ningunean sin sentido y sólo para hacer daño!
¡Qué bronca y qué desánimo al comprobar que las leyes y lo legal se pueden burlar con algunos artilugios!.. y ¿algo de plata? ¡¡Qué bronca y qué impotencia!!
Ése es el sentimiento de cientos de trabajadores y compañeros en la empresa EDEA SA, cuando uno comprueba que han pasado nueve años!! Y sólo había un plazo legal de 120 días para entregar y reconocer a los trabajadores bajo convenio colectivo de trabajo, que adhirieran, como dueños del Programa de Propiedad Accionaria del Personal (PPAP), de las acciones clase C, ese 10% que la Ley 11.771 de privatización de ESEBA SA, establece como un derecho de los laburantes, obligatorio para la empresa.
¡Qué bronca se siente, con la mentira y la caradurez que son como un látigo que deja huellas de sangre en la piel!
¡Cuánta ilusión, cuántos proyectos, cuántos sueños, cuánta esperanza, cuánto futuro es capaz de enterrar, en un segundo,“la verdad” de quienes, sin escrúpulos, usurpan los derechos establecidos!
{{{Y ¿Qué pasó con lo legal?}}}
Para cumplir con la Ley 19.550 de sociedades anónimas, la misma -expresamente- dispone que ninguna sociedad puede constituirse si no es, como mínimo, con dos sujetos físicos o jurídicos.
La circular 36 (A) que integró el contrato originario de suscripción accionaria (venta de las acciones en poder del Estado provincial) determinaba que las acciones de los trabajadores debían ser dadas bajo el modo de contrato fiduciario al Banco de la Provincia de Buenos Aires (BAPRO) para que éste tuviera en su poder, además, de los títulos, el control político de la sociedad EDEA.
El BAPRO, en consecuencia, debía convertirse en FIDUCIARIO y supervisar el cumplimiento de los pasos administrativos (aceptación de los trabajadores a ser accionistas, cantidad de acciones que les correspondía a cada uno, entrega de las acciones en la medida que fueren adquiridas, etc.) como también la designación de dos funcionarios que supervisen la marcha de la sociedad.
Mientras no se entregaran las acciones, los derechos políticos (designación de un director titular y un suplente, un síndico titular y un suplente) serían ejercidos por un representante de la FATLyF.
También el BAPRO, como fiduciario, debía participar como representante de los accionistas clase C en las asambleas ordinarias donde se tratan los balances de la companía.
{{{La maniobra y la trampa.}}}
Recientemente llegó a nuestras manos, por el proceso judicial que llevamos adelante desde agosto del 2002 contra EDEA SA, «EL CONTRATO DE ADMINISTRACIÓN FIDUCIARIA» que, el 11 de agosto de 1998, firmara la sociedad Inversora Eléctrica de Buenos Aires SA. (IEBA) y el Banco de la Provincia de Buenos Aires.
Allí comprobamos que el BAPRO no actúa como FIDUCIARIO, de acuerdo a lo que establece la Ley, sino como simples administradores, es decir, no ejercen derechos políticos ni participan en las asambleas y además no tienen la potestad de entregar las acciones a los legítimos dueños, sólo -reiteramos- administran.
El contenido de la maniobra fraudulenta consistió en que IEBA SA. no transfirió la propiedad fiduciaria de las acciones clase C y retuvo para sí el 10% de las mismas que, ulteriormente, le correspondían a los trabajadores de EDEA SA.
Asimismo, los dividendos a los que tenemos derecho, de conformidad con la circular 36 (A) y el 50% de los bonos de participación, no tuvieron por efecto integrar parcialmente las acciones que nos corresponden, sino que fueron a integrar directamente el patrimonio de IEBA SA, siendo desviados dolosamente del destino legal para el que fueron creados.
{{{La violación y la elusión.}}}
Del análisis del mencionado Contrato de Fideicomiso surgen gravísimas irregularidades cometidas por IEBA S.A. y por todos los órganos de EDEA S.A.: administración, ejecutivo y control.
Implica lo anterior que, por un lado, en la práctica la sociedad es dirigida por un solo accionista, violando de esta forma la prohibición de la Ley de Sociedades Anónimas y, por el otro, que se pretende hacer una ELUSIÓN de un Programa de Propiedad Participada, donde los trabajadores nunca accederemos a nuestros derechos, ya que el BAPRO no puede -por el contrato firmado- hacernos entrega de las certificaciones pertinentes.
El Comité Ejecutivo no está formado por dos miembros del Banco Provincia y tres miembros de la FATLyF, sino que los cinco miembros pertenecen a la FATLyF.
Una flagrante violación a las leyes y normas regulatorias de la privatización y la licitación por las que se adjudicó EDEA S.A. a IEBA S.A., que por sí misma ameritaría la nulidad de la concesión de distribución de energía eléctrica otorgada a esta última.
Una violación a los estatutos de EDEA S.A. por cuanto en los mismos se establece que el 10% de las acciones deben entregarse en propiedad fiduciaria al Banco Provincia hasta su distribución y entrega a los trabajadores adquirentes.
IEBA S.A. es responsable, ilimitada y solidariamente, por todas las obligaciones contraídas por EDEA SA.
EDEA S.A. ha estado presentando balances falsos, ya que en ellos siempre indicaba que el 10% de las acciones pertenece al Banco Provincia.
IEBA S.A. se ha presentado en concurso de acreedores, el cual se encuentra en trámite ante el Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Comercial Nº 3 – Secretaría 5 , sito en Callao 635, 6º piso, Ciudad de Buenos Aires, Expte. Nº 100.390. En la declaración de su activo ha excluido fraudulentamente, en perjuicio de sus acreedores, el 10% de las acciones que nunca transfirió en propiedad fiduciaria al Bapro. Lo grave es que, al pertenecer a su patrimonio las acciones clase C de EDEA, por no haber sido transferidas al Bapro en el Contrato de Fideicomiso, son susceptibles de ejecución por parte de todos sus acreedores junto con el resto de los activos. Por el contrario, si IEBA S.A. hubiera cumplido con la Ley y transferido las acciones clase C al Bapro, éstas estarían excluidas del referido concurso, no pudiendo ser ejecutadas por los acreedores de IEBA.
{{{El sindicalismo empresarial y las multinacionales.}}}
También se ha producido una falsa representación de quien ha concurrido a las asambleas de EDEA S.A. en representación de los accionistas clase C (o sea, de los trabajadores de EDEA S.A.) celebradas desde sus inicios hasta la del 19-5-06, por cuanto en todas ellas, expresa que representa al Banco Provincia de Buenos Aires, titular de 30.400.100 acciones ordinarias escritúrales clase C y 10.000.000 de acciones preferidas escritúrales clase C sin derecho a voto, cuando -de conformidad al Contrato de Fideicomiso firmado- el Banco Provincia no es titular fiduciario de dichas acciones, y los trabajadores tampoco han sido representados.
Es decir, IEBA, conjuntamente con un mascaron que son los representantes de la FEDERACIÓN ARGENTINA DE TRABAJADORES DE LUZ Y FUERZA (FATLyF), designados en el directorio, pretenden burlar los derechos de los trabajadores, ya que, si nunca se nos entregan los certificados que reconocen nuestra calidad de accionistas, nunca podremos asumir como tales y al no existir el fiduciario no tendremos a quién reclamar. Es decir, estamos ante un acto que linda con el fraude, ya que IEBA SA, controlante de EDEA SA., que pertenecen al GRUPO CAMUZZI SA, mediante el artificio descrito, nunca nos entregará las acciones que nos corresponden.
¡¡Como para que no dé bronca y se sienta impotencia!! ¡¡Como para que no den ganas de no creer, de bajar los brazos!!
No es el camino, sólo es un momento, un estado de ánimo.
La sangre vuelve a su curso y ahí uno ve con claridad, que hay una sociedad, el sindicalismo empresarial, que acompañó, que facilitó, que entregó y se entregó a las políticas liberales y neoliberales, en la década del 90, se mantiene fiel a un compromiso y a los socios que se beneficiaron con los padeceres de la inmensa mayoría de nuestro pueblo: las multinacionales, como parte del elenco principal de esta realidad.
También hay un camino: ser fuertes, unirse cada vez más. ¿Bajar los brazos? ¡¡Nunca!! Apretar los dientes, maldecir si es necesario, pero organizarse junto a la sociedad, a los demás, movilizarse y luchar, luchar.
Porque al fin y al cabo: “la única lucha que se pierde es la que se abandona”.