No es cierto que la Republica muere ante el denominado “proyecto de los superpoderes”, agoniza hace tiempo por los 14 millones de pobres que tiene nuestro pais. Es cierto que al eximir al Poder Ejecutivo del articulo 37 de la Ley de Administracion Financiera y del 15 de la ley de Responsabilidad Fiscal, este podra modificar el destino de los recursos que el Parlamento establezca (Ej.: podra, si quiere, destinar recursos autorizados para salud hacia otros rubros, por ejemplo, Educacion; o podra también transformar partidas salariales en aportes a una obra de infraestructura; podría incluso asumir gastos sin contrapartida de recursos). Es cierto también que el Proyecto al implicar una delegación permanente de facultades sin objetivos precisos, plantea abiertamente una contradicción con el texto Constitucional que no solo delega en el Parlamento la potestad para decidir sobre el destino de los recursos públicos, sino que además le prohíbe al Congreso Nacional delegar sus facultades sin plazos y objetivos definidos.
_ Podra decirse, que el Ejecutivo no ha hecho abuso de las facultades que se le delegaron en el 2004 y el 2005 y que los fondos administrados vía “superpoderes” no son significativos. Efectivamente, este no ha sido el mecanismo central a la hora de administrar recursos sin control parlamentario.
_ La estrategia real fue otra. Consistio en presentar presupuestos “dibujados” con pautas de recaudacion deliberadamente bajas y que luego en la realidad, terminaban siendo superadas. Se presupuestaba recaudacion por $100, luego se obtenian recursos por $150, y la diferencia se administraba sin discusion. En terminos estrictos, este mecanismo permitio administrar $13.400 millones en el 2004; $10.700 millones en el 2005 y casi 9.000 millones este año. Practicamente $34.000 millones en tres años o, lo que es lo mismo, el 40% del Presupuesto de la Administracion Nacional. En todos los casos, estos excedentes presupuestarios se administraron en base a Decretos de Necesidad y Urgencia que se transformaron, asi, en verdaderos instrumentos de creacion de recursos que el Parlamento jamas autorizo para su gasto. Es interesante observar que el Proyecto de Superpoderes que el Ejecutivo ha puesto en discusion sigue reservandole al Parlamento la facultad de “fijar el monto total presupuestado”. _ Casualmente, lo que via DNU el Ejecutivo violento en los ultimos años. Por cierto, de mantenerse la situacion como hasta ahora, o con un regimen donde los DNU adquieran legalidad si el Parlamento no los discute (es decir si la bancada mayoritaria decide no hacerlo), el Ejecutivo obtendría con los DNU y este proyecto el manejo absoluto de la administración Presupuestaria.
_ Hacerse cargo en profundidad del debate politico que este tema plantea implica considerar dos cuestiones:
-Que el remanido tema de la transparencia institucional debe ser puesto en linea con lo “sustancial”, es decir, con el destino de los recursos.
-Que la posibilidad de que este proyecto no solo exista sino que se apruebe, descansa en el profundo deterioro del sistema politico institucional y en particular del Parlamento. Dicho con mas claridad, “nadie cree que si el Parlamento debate la asignacion de recursos publicos, esto mejore la situación”. Este es el problema.
_ Respecto al primero de los puntos es indispensable aclarar que la mayor parte de los excedentes presupuestarios tuvieron por destino el pago de deuda pública en línea con el objetivo oficial de sostener su estrategia de desendeudamiento. Debe entenderse por lo tanto que el control Parlamentario sirve en tanto y en cuanto hubiese permitido que evaluaramos si era conveniente elevar los pagos por deuda pública en un contexto donde el pais tiene 7.500.000 de pibes en situacion de pobreza.
_ Probablemente hubieramos podido coincidir que en tanto la “infantilización de la pobreza” pone en cuestión el futuro de la Argentina, “postergar deuda” para resolver el tema de la niñez hubiese sido una inversión más adecuada. _ Corresponde preguntarse por cierto cuantos de los que hoy se “desgarran las vestiduras” con este proyecto y lo minimizan ubicando el debate en terminos electorales (el gobierno con esto busca potenciar sus candidatos), estarian dispuestos a optar por los pibes de nuestro pais poniendole un limite a los acreedores.
_ Respecto al segundo punto, esta claro que el deterioro institucional es tan profundo que nadie cree que el Parlamento y sus debates mejoren nada. Frente a esto es interesante destacar dos cuestiones. Por un lado, que esta situacion debilita la posibilidad de construir un sistema institucional capaz de resistir las presiones de los factores de poder que, una y otra vez, demandan recursos publicos en su favor. Que todo dependa de un sola firma, por más convicción y decisión que tal persona tenga, es sin duda un problema. Alguien podra decir que el Presidente actual es una “persona integra”, otros podrán argumentar que, aun reconociendo esto, no se pudo impedir que en la primera licitación del nuevo regimen de promocion, una sola empresa se apropiara del 67% de los recursos publicos en juego. En este sentido, cuanta mayor institucionalidad haya (y no solo de la existente sino de las tantas instituciones de participación popular que es necesario promover) más facil sera defender el interés del conjunto (“el interes publico”).
_ El otro elemento en relacion a este punto es que esto no se resuelve conformando un “frente opositor” que frene el proyecto en nombre de una supuesta transparencia que una y otra vez en mancillada por mucho de los que hoy cuestionan pero ayer demandaron poderes iguales o mayores.
_ El unico modo de resolver esta cuestión consiste en eludir el debate cerrado y abstracto basado en el dilema “oficialismo vs oposicion”, y proponer un “compromiso politico parlamentario” que convoque al Ejecutivo con dos objetivos muy precisos:
-Discutir una ampliación presupuestaria que incluya los excedentes de recaudacion correspondientes al año 2006 (cerca de $9.000 millones).
-Comprometernos a que esos recursos sean invertidos en politicas de promocion y atencion de la niñez pobre de nuestro pais.
_ Superar falsas discusiones y debatir el pais que hay que hacer es el imperativo de la etapa. {{¡Nuestros pibes urgen!}}