La realidad puede ser percibida de distintas maneras, y a veces podemos sorprendernos a nosotros mismos sumergidos en sucesos que, aunque familiares, vistos desde adentro alcanzan una dimensión nueva y profunda.
_ Desde hace algunos años hemos podido seguir los avances de la Misión Milagro, esta construcción de solidaridad revolucionaria que unió en un abrazo gigante a cubanos y venezolanos. Pero hoy, gracias a su latinoamericanización, hombres y mujeres de los barrios populares organizados en el Congreso Bolivariano de los Pueblos-CBP, hemos podido sumarnos activamente.
_ Recibidos este sábado por un equipo de coordinación oficial y la lluvia cálida de Maracay, llegamos acompañando al primer contingente de pacientes argentinos que buscan recuperar su visión en Venezuela. Palabras como «pterigio» o «cataratas» ya no tienen lugar en sus corazones cuando sienten la alegría de conocer por dentro la revolución bolivariana y poder acceder a los beneficios que trae la interacción entre nuestros Pueblos. Y en cada conversación, las sonrisas se mezclan con una sensación de enorme responsabilidad al saber que ya no son solo testigos de esta lucha, sino que ahora también son protagonistas.
_ Este domingo comenzaron a ser operados en el Hospital General «Simón Bolívar» del estado de Miranda, parte de este numeroso grupo de pacientes. Cada uno de ellos tiene una historia, construida como una lucha diaria contra oscuridades, dolores y temores. Son años de reconocer a los afectos por sus voces, de quedarse sentados en el patio escuchando la radio, de necesitar más ayuda de la que quisieran, de esperar algo que ahora sí podrán cumplir.
Ramón Gregorio ya roza los 40 años y padece cataratas congénitas en ambos ojos. Mientras realiza sus análisis preoperatorios dice: «…estoy nervioso pero contento, la atención hasta ahora ha sido muy buena (…) Siempre he andado guiándome con mi bastón, y ahora quiero tener aunque sea el 50% de visión, porque ahora es solo un 3%, así voy a poder trabajar, ocuparme, voy a poder estudiar computación y algo más (…) Tengo esposa y 5 hijos, ellos me ayudan mucho gracias a Dios, ahora los veo, pero con poca claridad, solo como un «bulto». Cuando les dije que venía para Venezuela a operarme se pusieron todos muy contentos»
_ Pero la Misión Milagro no es solo la decisión del Presidente Hugo Chávez, es el compromiso de todo un Pueblo; son los choferes de los buses, el personal de la cocina, los médicos, las enfermeras…
_ Ada es Licenciada en Enfermería, y combina un excelente nivel profesional con una gran calidez y dedicación, lo que ha permitido que los pacientes puedan operarse llenos de tranquilidad. Eso también es parte de lo que ellos necesitan. En una moderna sala pos-operatoria, Ada resume: «La Misión Milagro forma parte del Compromiso Sandino, al igual que el Hospital Gral. Simón Bolívar hay otros siete centros que participan a nivel nacional. En nuestro caso, las instalaciones comenzaron a modernizarse en el año 2002, y las hemos inaugurado hace pocos meses. Contamos con una capacidad de atención de 250 operaciones mensuales, y el contingente argentino es el segundo que recibimos desde el resto de latinoamérica, el anterior fue uno proveniente de las Islas Galápagos, Ecuador (…) Ahora contamos con tecnología de punta, m oderna, y mayor cantidad de personal para poder atender a pacientes de otros países y venezolanos, porque los hospitales funcionan para atenderlos a ambos. Es mucho lo que se ha logrado y todavía queda mucho por conseguir».
_ La tarde transcurre. Los primeros pacientes vuelven al hospedaje recién operados, esperando dormirse lo antes posible y que amanezca, porque esa será la señal de que deben volver al hospital a retirarse las vendas de los ojos.
_ {{Fuente: Congreso Bolivariano de los Pueblos}}