Por un lado, avanzamos con un tema soñado por mucho tiempo, vinculado a la crisis energética del Centro Sudeste de la provincia de Buenos Aires, que culminó con la decisión de los gobiernos nacional y provincial de repotenciar la Central “9 de Julio” de Mar del Plata, la de Villa Gesell y realizar la línea de 132 KW/h que uniría a Mar del Plata y Gesell. Es un sueño por el cual, desde hace siete años, el gremio venía luchando, por momentos, en la absoluta soledad.
Este objetivo, cumplido con la firma del Convenio de Inversión Pública de Modernización del Parque Energético de Centrales de la Costa Atlántica, a la que asistimos en la Casa Rosada, es parte de la solución al crecimiento de la demanda energética en la zona mencionada.
Ha sido un año de intensa discusión con las cooperativas eléctricas. Intentamos resolver los distintos sucesos que se generaron a partir de la decisión del gobierno nacional de producir aumentos salariales que comenzaran en el 2003 y continuaran con decretos del 2004 y 2005. Este año, por primera vez después de 1991 dimos continuidad a la política de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores con una negociación directa con estas empresas por aumentos salariales propios.
Hay que reconocer, no obstante, que se registra un atraso, en algunos casos, en el pago de las recomposiciones que oportunamente se acordaron. Eso es producto, con frecuencia, de una actitud negativa por parte de los concejos administrativos de las cooperativas, pero también de la clara intencionalidad de que “el hilo se corte por lo más delgado”. En este caso, en perjuicio de los trabajadores, los que no cobran en tiempo y forma, de acuerdo a los correspondientes decretos, los ajustes salariales, usando como excusa la supuesta crisis administrativa por culpa del nivel de salarios. Sin embargo, en más de un caso, se esconde detrás de ese argumento, la mala administración de las autoridades de turno.
La complejidad de esta situación nos generó una exigencia de trabajo que es particular y no generalizada, como en otros momentos, porque se han conformado escalas salariales distintas, dependiendo del nivel de acuerdo con cada empresa, algo que necesitaremos ir regulando, a fin de estructurar una misma escala salarial para todas ellas.
De la misma forma, nos espera la pelea por recuperar los derechos convencionales iguales para todos, cosa que fue quebrada en la década del 90 con el proceso de privatización y las políticas llevadas adelante por la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLyF). Ésta avaló dichas privatizaciones y quebró el Convenio Colectivo de Trabajo Único 36/75, firmando convenios “a la baja” de acuerdo con los lineamientos de las privatizaciones y políticas liberales y neoliberales que establecieron que los derechos de los trabajadores no sean iguales, a pesar de tener las mismas tareas, obligaciones y responsabilidades.
También este año se logró avanzar con la empresa multinacional Camuzzi-EDEA lo referido a la discusión de dos aumentos salariales después de los 90. Fue discutido en el ámbito de la empresa, la que, pese a los incrementos significativos en la recaudación producidos en el último tiempo, tiene “tarifa congelada” en el sector de usuarios residenciales, no así en otras tarifas, que experimentaron aumentos importantes.
EDEA es una empresa que, además, hace alharaca de determinados resultados: es capaz de invertir cientos de miles de pesos para demostrar su preocupación por el medio ambiente (no así en el mantenimiento preventivo del sistema), que tiene certificaciones de reconocimiento -como las ISO-, que es una empresa que, en su discurso, invita a trabajar con entusiasmo, pero, en los hechos, les da la espalda a los trabajadores, ya que resolver con ella cada cuestión, “cuesta un Perú”.
EDEA no tiene la cantidad de personal necesario para atender un servicio cuyo suministro ha crecido, ni ha realizado las inversiones que necesitaba. Es una empresa que sólo piensa en su máxima rentabilidad en el menor tiempo posible, y que adopta posturas que poco contribuyen a superar las problemáticas sociales, siendo que durante tiempo ha sostenido una de las tarifas eléctricas más altas de la región y que, sin embargo, no devuelve a la comunidad, con mayor empleo, lo que está le da.
{{{En la defensa de la fuente de trabajo}}}
Es cierto que en la organización existe un estado de debate alrededor de problemas que forman parte de la actividad cotidiana. Uno de los más importantes de los últimos tiempos es el estado de plena discusión por distintos asuntos con EDEA. Éstos tienen que ver con nuestro reclamo de revisión de la política de ingresos, nuestra resolución de poner fin a la tercerización; de poner en marcha mecanismos capaces de revertir la realidad que impusieron los procesos de privatización hasta hoy. Y, por supuesto, la cuestión salarial, en la que recientemente de manera verbal hemos acordado antes de fin de año por un aumento significativo que regirá desde el 1º de enero de 2007.
De cualquier manera, EDEA sigue siendo una empresa que actúa con desprecio de los derechos de los trabajadores y con una elevada cuota de impunidad. Eso lo estamos viviendo hoy a partir de un despido sin causa. El movimiento obrero no puede aceptar despidos sin causa porque la pobreza está instalada y la desocupación sigue siendo parte de la realidad, de igual manera que la precarización del trabajo en sus distintas vertientes sigue siendo consecuencia de la falta de distribución equitativa de la riqueza. La estabilidad laboral tiene que ver con garantizar el futuro y la organización familiar, y todo lo que significa “tener trabajo”. Pero tener trabajo en condiciones precarizadas, en negro, sin reconocimiento de los derechos, es vivir sobre un volcán. Por eso, no podemos aceptar un despido sin causa porque equivaldría a admitir que, permanentemente, cualquiera y en cualquier circunstancia, bajo la simple decisión de una empresa (o un directivo de ésta, que es peor aún), con poder para hacerlo, eche a la calle a un trabajador, negando su perspectiva de vida.
En el mismo sentido, sostenemos que esta empresa no tiene derecho de actuar como lo está haciendo en el marco del conflicto presente en la Cooperativa Eléctrica de Balcarce, a la que pidió la quiebra, porque, más allá del incumplimiento (o no) del Consejo Administrativo de la cooperativa, hay 150 familias que viven de esos puestos de trabajo, que EDEA SA pone en total peligro sin importar las consecuencias sociales y políticas de tamaña acción. Sin embargo, no pone el mismo celo y compromiso en el otorgamiento de la propiedad participada que hace nueve años bebería haber ayudado adjudicar a los trabajadores convencionalizados de la misma.
Esta organización, a pesar de que algunos especulan y otros hacen sesudos análisis, sostiene una única postura, que no llegó con esta conducción ni se irá cuando finalice su mandato: siempre hemos defendido y defenderemos los derechos de los trabajadores y la prueba cabal está en que esta organización no tiene ni un solo compañero cesante que, permaneciendo en ella, no haya recuperado su fuente laboral.
{{{Unidos, para adelante}}}
Este año fue importante, además, porque hemos logrado el objetivo de construir la pileta de natación para adultos en el Campo Recreativo de Laguna de los Padres, proyecto que tiene mas de diez años. Y esto, gracias al aporte, la contribución y el desprendimiento de los compañeros afiliados a la organización, como siempre ha sido en sus 63 años.
También hay que rescatar otro de los aspectos positivos de este año: la firma de un convenio marco con el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el Arquitecto Daniel Medina. Éste nos habilita para la firma de convenios particulares para el desarrollo de una serie de iniciativas y compromiso de trabajo de parte de ambas instituciones, lo que obrará en beneficio, no sólo de la familia lucifuercista, sino de toda la comunidad marplatense. En ese sentido, la universidad está trabajando en el desarrollo de acciones culturales de importante nivel que se realizan en nuestras instalaciones y en los próximos meses se pondrán en marcha otras alternativas, como el laboratorio de idiomas, entre otras.
Valoramos esto por el acercamiento que las acciones conjuntas propician entre los trabajadores y los estudiantes, cuestión que no es menor, cuando se trata de entramar dos sectores que históricamente han estado íntimamente ligados y, en oportunidades, han compartido objetivos políticos comunes, en la búsqueda de un país mejor para todos.
También hay que recordar que este año, miembros de la Comisión Directiva fueron electos en distintos niveles de conducción, como integrantes de la lista 1 “Germán Abdala”, en las elecciones de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), lo que nos permitirá seguir unidos a otros trabajadores de distintas ramas, en la defensa del sindicalismo autónomo, la pluralidad, la profundización de una democracia participativa, la soberanía, una nueva distribución de la riqueza y la instauración definitiva de la democracia y libertad sindical en nuestro país.
Esto, que está lejos de ser un balance, porque para ello habría muchas cosas más que abordar, intenta ser una breve síntesis y, sobre todo, la ratificación del compromiso ineludible en la hora actual de mantener inalterable la lucha, la organización, la movilización, de construir cada día más poder de los trabajadores para lograr la liberación definitiva de nuestro país, en marcha hacia un proyecto político, social y cultural que nos permita hacer realidad tanta esperanza frustrada.
{{¡¡¡Felicidades!!!! }}
Mar del Plata, 1 de enero de 2007.