Muchas veces hemos aprovechado la definición, más que adecuada y legitimada, del modelo sindical de la CTA, como ‘lo nuevo’. Dentro de esta conceptualización, y desde el mismo origen de la Central, la figura de Víctor de Gennaro ha sido fundamental. El escenario de este fin de 2006, nos encuentra con la Central de Trabajadores Argentinos habiendo renovado su dirigencia. Y sin embargo, ratificando los caminos que a lo largo de su historia fue llevando. Por eso titulamos esta nota de esta forma. Y por eso, no sacamos ni agregamos una palabra a las de Hugo Yasky. Desgrabación literal, para encontrarnos con un Yasky puro y concentrado, con ideas claras y firmes.
{{¿Cómo ha sido este año para los trabajadores?}}
“Para nosotros ha sido un año que termina con un hecho positivo, como es la elección de la Central de Trabajadores, que concretamos el 9 de noviembre en el marco de un proceso que ha sido muy participativo, una elección que se registró en todo el país, que no pasó inadvertido. Y que ratificó nuestra decisión de marchar en dos sentidos. .
Por un lado, el de conquistar la personería gremial, que para nosotros significará poder instalar un mapa de democracia sindical y liberad sindical que no existe en la Argentina.
Hoy, una gran cantidad de trabajadores se encuentran discriminados y no tienen los mismos derechos a la sindicalización y libertad de agremiación y de demanda, que tienen los que sí están protegidos por las leyes que garantizan la estabilidad laboral en casos de conflicto.
Así que éste es uno de los temas que se logró instalar. La CTA, en este sentido, hoy aparece legitimada socialmente. El gobierno aparece interpelado frente a la opinión pública ante la falta de respuesta a esta demanda.
Y por el otro lado, está el otro gran objetivo que nos planteamos y que tiene que ver con el ingreso de quienes están en convenio o vienen trabajando en negro; e incluso de los desocupados. Y es, precisamente, avanzar en una mejor distribución de la riqueza.
Estamos en una Argentina que, precisamente, este último año ha tenido un nivel de crecimiento que supera todas las previsiones. Y sin embargo no se distribuye esta riqueza en la misma medida en la que se crece.
Por lo tanto se sigue sosteniendo el viejo modelo de la concentración y de salarios bajos.
Esto es un balance de lo que ha sido este año y al mismo tiempo es el compromiso principal y prioritario para el año que se inicia.
{{Durante la conducción de De Gennaro quedó bien marcado un estilo, una tendencia. ¿Eso cambia ahora, por su extracción, por su origen? ¿Va a cambiar mucho la conducción ahora?}}
“Creo que Víctor es una referencia muy fuerte, histórica, no olvidemos que desde que surgimos con la Declaración de Burzaco, todavía no éramos central y ya Víctor estaba constituido en la principal referencia. De manera que reemplazarlo a Víctor va a requerir un trabajo mucho más colectivo.
Creo que en ese sentido, la presencia de dirigentes de mucho más peso, fundamentalmente vinculados a la actividad industrial, o a la actividad privada, como Victorio Paulón, como Pedro Wasiejko, como José Rigane, junto con otros dirigentes jóvenes como Pablo Micheli, que se incorpora desde ATE, le van a dar una característica más colectiva al desempeño de la CTA. Por otro lado, creo que -salvando estas diferencias- sí, vamos a sostener la continuidad de las políticas que venimos desarrollando con la conducción de De Gennaro.
Sobre todo, mantener el principio de la autonomía como parte de la práctica de nuestro sindicalismo, la democracia como el método para garantizar que el mandato de los trabajadores sea el que marque los lineamientos y los rumbos en los que se avanza; y este pluralismo que creemos que tiene que ser un componente ideal para mantener la autonomía. Debe estar claro que no es posible una práctica real de autonomía sin pluralismo”.
{{El año que está por comenzar trae elecciones. ¿Puede haber algún acercamiento a algún sector que contemple las necesidades y los requerimientos que pretende la Central?}}
“En la mayoría de los casos, no veo -salvo excepciones- la posibilidad de que la CTA defina posición en esos terrenos, lo cual no significa que nos descomprometamos o no participemos en procesos en los cuales el movimiento social tiene la posibilidad de protagonizar, como ha sido el caso de la consulta que determinó el triunfo de la oposición, del Frente por la Dignidad que se conformó en Misiones a raíz del intento del gobernador Rovira de la reelección indefinida. O como ha sido también la participación, con un gran protagonismo, en el proceso del plebiscito y la constituyente en la provincia de Neuquén.
Creo que en esos planos la CTA tiene vocación de participación, de desarrollar protagonismo, llevando en esos temas el rol de la clase trabajadora y su voz”.
{{En virtud de la fecha, es ineludible hacer referencia al recuerdo de los históricos 19 y 20 de diciembre de 2001.}}
“Creo que el 19 y 20 de diciembre, marcan el inicio de una gesta popular, que aunque a veces en la memoria colectiva aparece diluido, tiene un detonante, que para nosotros está muy ligado al memoria de lo que fueron las dictaduras militares en la Argentina.
El 19 de diciembre la gente salió a la calle a rechazar las intenciones de imponer el Estado de Sitio, por parte del gobierno de De la Rúa, que daba con esa medida una especie de ‘manotazo de ahogado’. Es decir, que el gobierno argentino estaba a punto de deslizarse en una vertiente autoritaria de consecuencias imprevisibles, de no haber sido por la reacción espontánea de la Capital Federal, y simultánea en otras grandes provincias y ciudades, que salió a manifestarse en la calle.
Creo que el estallido que sobreviene después es una gesta popular cuyas consecuencias todavía están presentes y abrieron un ciclo de renovación y de búsqueda de caminos alternativos que todavía no termina de completarse, de clausurarse.”