“Que nadie le tenga miedo al socialismo que es fundamentalmente humano; que es amor, solidaridad. Es un socialismo originario, indígena, cristiano y bolivariano. Hoy comienza esa nueva época”, dijo el reelecto presidente Chávez como reafirmando que estos tiempos no son sólo tiempos de reconstrucción sino de reafirmación de los pueblos de América, cuyos ciudadanos tienen que estar convencidos de que deben ser protagonistas del cambio.
¿Cambios para qué? Cambios para los tiempos donde las administraciones, cuando hablan de crecimiento, empiecen a mirar a los pueblos y no al norte. Para que los términos macroeconómicos no le apunten más a los microbolsillos. Para que la justicia sea social y no de una élite. Cambios para los tiempos de iguales.
Según Fabián Arráez, Ministro Consejero de la Embajada de Venezuela en Argentina, en una entrevista concedida a FeTERA Semanal, “Venezuela abandonó la agricultura, tenemos una agricultura de puerto donde importamos lo que necesitamos, pero esto se está revirtiendo. Venezuela necesita, por razones de soberanía alimentaria, producir parte de los alimentos, no todos porque no nos sería posible por la calidad de nuestras tierras. Pero sí las cosas fundamentales, y hay una gran inversión que se está haciendo a partir del petróleo, de la renta petrolera: se está invirtiendo en salud, se está invirtiendo en educación, se está invirtiendo en agricultura, se está invirtiendo en información, lo que llaman las misiones allá. Todo esto se está haciendo con la renta petrolera.”
Un claro ejemplo de por qué los recursos naturales deben volver a manos del pueblo.
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Venezuela es una muestra de un gobierno que habla de revolución y asegura avanzar “rumbo al socialismo del siglo XXI”, sin dejar de jactarse de sus números macroeconómicos. Lo argumentan: un crecimiento del PBI en el 2005 del 9,3 por ciento y unas expectativas para que este año sea del 9, fundamentado en 12 trimestres consecutivos de expansión económica.
Pero es importante señalar cómo se mueve en Venezuela ese crecimiento.
La creciente expansión incluyó el aumento del salario mínimo y una baja sustancial del desempleo que, en el 2003, después del paro petrolero que paralizó al país durante 63 días, fue de un 23 por ciento y en la actualidad llega, según cifras oficiales, a un 8,9 por ciento.
Si en 1999 había en Venezuela un 55,4 por ciento de personas pobres, de las cuales un 24,7 por ciento vivía en condiciones de extrema pobreza, los acontecimientos señalados elevaron los porcentajes hasta el 61 y el 30,2 por ciento, respectivamente. Hoy en día los números dicen que el porcentaje de personas pobres es del 39,7 por ciento y el de extrema pobreza es de 12,9 por ciento. De cara a la cuestión social, la estrategia gubernamental son las misiones a las que en el 2007 se les destinará el 44 por ciento del presupuesto nacional. Se trata de 20 iniciativas, financiadas por el Estado en todo el territorio nacional, que crean estructuras paralelas con el objetivo de solucionar problemas urgentes.