{“Las mujeres, como los hombres, son reaccionarias, cristianas o revolucionarias. No pueden, por consiguiente, combatir juntas la misma batalla. En el actual panorama humano, la clase diferencia a los individuos, más que el sexo.”
_ José Carlos Mariátegui.}
A casi un siglo del incendio asesino, provocado contra las mujeres trabajadoras que se encerraron en su lugar de explotación para reclamar por condiciones dignas, queremos estar presentes en un homenaje que consideramos un reconocimiento y una reafirmación, más que un día de celebración.
Porque a pesar de las luchas, esfuerzos y logros parciales, creemos que es indispensable profundizar el compromiso, con el fin de luchar por los derechos humanos universales, los derechos fundamentales de los trabajadores y los derechos específicos de la mujer trabajadora. La diferencia de género no significa división sino complementariedad. Y contamos, entre esos logros parciales, la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo “para actuar conjuntamente contra la discriminación, la explotación, la pobreza, la violencia y a favor del trabajo digno y empleo decente”, y a la que se alinean todas las organizaciones de trabajadores, aunque luego no actúan en consecuencia, que es lo que consideramos aún pendiente, y por lo que hay que seguir luchando.
Extendemos este saludo a todas aquellas mujeres que en el trabajo, en el hogar, en la militancia y en todos los ámbitos sociales contribuyen diariamente a la construcción de una sociedad más justa, solidaria, y equitativa, con igualdad de condiciones para todas y para todos y por un futuro mejor.