El convenio fue cerrado entre la Secretaría de Obras de la Municipalidad, a medida de los intereses de la empresa: casi fue dictado por la empresa. Luego lo aprobó el Concejo Deliberante por unanimidad, incluso a pesar de declaraciones públicas de algunos concejales, que se dieron vuelta durante la sesión. Y para cerrar este camino de fantochadas sin razón, lo firmaron el Ejecutivo y la empresa, no sin antes una nueva presión de Camuzzi, que amenazó con no suscribir el convenio que ellos mismos pidieron. Exigieron que se eliminara o se aclarara que la ‘patriada’ de los ediles que ampliaron el artículo 5° para ‘gestionar’ que se incluyeran otros barrios, era solamente una declaración de buena voluntad. Así que la empresa sólo se comprometió con las Sierras para una obra a la que “la única forma de llegar es con este tipo de acuerdos», según dijo en el acto de firma el gerente de Relaciones Institucionales de Camuzzi Gas Pampeana, Gustavo Pedace.
Por si todo esto no alcanzara, en el mismo acto se dejó bien claro que la construcción de la red primaria en Sierra de los Padres correrá por cuenta de una licitación aparte, y que además el Municipio le entregará, sin costo, el lote en el que la empresa instalará la Estación Reguladora de Presión.
La firma de este convenio nos permite asegurar cuestiones que, para nosotros, siempre fueron certezas:
-* El Grupo Camuzzi no pensó, en ningún momento, pagar al erario público una deuda cuya obligación es innegable. En todo caso debería revisarse la facilidad con la que el ENARGAS trasladó el costo por el uso del espacio público a los frentistas. En todo caso los funcionarios municipales deberían terciar ante las autoridades nacionales en este sentido. En todo caso los concejales podrían, en vez de dar por cerrada la discusión y contentarse con la obra en las Sierras como único logro, legislar para defender los derechos de los usuarios, tanto en lo que hace a que las obras lleguen aunque no sean siempre un negocio (la cita en el encabezado de la nota refiere a declaraciones del Concejal Eduardo Salas a una emisora radial local).
-* El Grupo Camuzzi no deja de funcionar como un Estado dentro de otro Estado. Dicta a los funcionarios sus propias leyes, se siente habilitado a discutirlas y exigir que se amolden a sus intereses, y a no cumplirlas mientras vayan en contra de su negocio.
-* La actitud del Municipio de General Pueyrredon muestra una clara connivencia a la hora de buscar cualquier salida, por incoherente que sea, para beneficiar a este grupo multinacional. Por lo menos no se ve, en ningún nivel del Estado, el menor grado de preocupación para poner freno a las actitudes arbitrarias del Grupo Multinacional Camuzzi.
{{{Bienvenidas las obras.}}}
Ni siquiera hace falta que lo digamos, pero la confusión en la que se intenta mezclar todo -cuando no la intención de complacer a la empresa, o sacar tajada con este tema- han habilitado a que se ponga en duda nuestra histórica defensa de los usuarios.
Pero lo cierto es que la inversión para ampliar servicios esenciales no puede quedar sujeta en todos los casos a emprendimientos que generen ganancias. El marco regulatorio de la privatización deja claro el concepto de ‘compensación’ por el cual el enorme porcentaje de obras y servicios prestados que dejan una amplia ganancia a las empresas deben, necesariamente, valer por otros que son de la misma manera esperados, necesarios, y les corresponden al resto de los usuarios.
Es más (y la manera en la que termina por firmarse este acuerdo lo confirma): al final, el resto de los barrios en algún momento mencionados, se quedan sin siquiera la expectativa de obtener el servicio. La declaración de intención de gestionar el acceso al gas natural, voceada en la sesión del HCD en que se aprobó el convenio, quedará sólo en eso. La deuda perdonada supera en más de un 70% lo que Camuzzi, supuestamente, invertirá en la obra de gas en Sierras.
Las instituciones vecinales, ongs y algunas instituciones intermedias de la zona de las sierras, que salieron a mostrar su preocupación porque el proyecto no se cayera, no aparecieron para solidarizarse con los vecinos del sur que se quedaron sin la misma oportunidad, después de la amenaza de la empresa y la frenada de los ediles.
El mismo intendente advirtió, en el acto de firma del acuerdo, que los vecinos del sur deberán esperar a otro momento. Tal vez, ese momento llegue cuando la empresa vuelva a acumular alguna deuda impositiva semejante, de esas que el municipio no admite que un vecino común no pague, y lleva a juicio.
Y se fueron nomás.
Mientras la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (FATLyF) se reúne en Mar del Plata, toda la Patagonia se está desafiliando de su organización. Se trata de cerca de setenta distritos reunidos por el Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia constituido por la defensa de los trabajadores desde 1961, desde el sur de Río Negro hasta las Islas del Atlántico Sur.
Y según su sitio en Internet lo hacen por la indefensión a la que los ha llevado la entidad de segundo grado, que no les otorgó la indispensable y mínima autonomía para funcionar.
“Esto debe leerse como el resultado de un proceso que viene desde hace tiempo. La FATLYF está más dedicada a su faz empresarial, a sus negocios, que a contener a los trabajadores. No hay tanta preocupación por la afiliación como por la ART, las administraciones de jubilaciones, la cartera de créditos del sector. Por eso no debe sorprendernos que esto pase. A nosotros, que denunciamos estas prácticas desde siempre, no nos llama la atención. Sí hay que ver que no es un caso aislado, ésta es una crisis que viene sucediendo desde hace tiempo y en otros lugares del país, y que seguramente va a desencadenar otras movidas”, aseguró José Rigane, Secretario General de Luz y Fuerza Mar del Plata, y máximo referente a nivel nacional, de la otra entidad de segundo grado que reúne a organizaciones de trabajadores de la energía, la FeTERA, enrolada en la CTA.
Justamente, también se le preguntó a Rigane sobre si la CGT se quedaría tranquila viendo cómo se desafilia una masa tan importante de trabajadores. “No sólo es que sea un gran número, sino además que se trata de un sector estratégico, la fuerza de los trabajadores energéticos de la Patagonia es muy importante. Está dentro de las 10 organizaciones más importantes de energía del país. Y la CGT ya está haciendo, seguramente estará moviendo sus gestiones para tratar de impedir la salida, para tratar de convencer a los compañeros. Pero también hay que decir que esta situación es parte de los riesgos de una central como la CGT, que tiene sus prioridades y sus objetivos, su perfil”, dijo. Rigane también añadió que otro componente de esta situación tuvo su origen en la época de las privatizaciones, “cuando esta organización estuvo del lado de las privatizaciones, pero con el tiempo se dieron cuenta de la traición que iba a significar, de las consecuencias que empezaba a tener, y con eso, trataron de volver a lo representativo, y en eso se empezó a dar la división que termina en esta ruptura”.