{{- ¿Hasta cuándo es posible sostener un escenario que se queda en el discurso y no va a la acción? Donde se habla de que el 70 por ciento de los argentinos quiere que vuelva YPF y se siguen entregando los recursos; que se dice que hay que proteger el medio ambiente y por otro lado se postula a la Argentina como abanderado de la producción de biocombustibles en América; cuando se resalta la importancia de los derechos humanos y no se apoya decididamente los procesos a los represores.}}
– Estamos en un momento en donde la gente está para mucho más que muchos sectores militantes, organizaciones. La crisis de representatividad del 2001 no ha sido resuelta. Y el planteo de querer asustar con el pasado que vuelve para tener que bancarnos este presente de injusticias pero sin discutir el futuro real, sin construir poder real, cambio real, está estallando rápidamente. Aquí se abre una posibilidad clara para construir una propuesta que permita poner en terreno la iniciativa política que ha sido, no solamente aprobada en el 2002 en el Congreso de la CTA en Mar del Plata, sino que ha sido ratificada como fundamentalmente imprescindible en el 2006, ratificada, de esa manera, por 9.000 delegados que vieron como imprescindible la construcción de un Movimiento Político, Social y Cultural para resolver el futuro del país.
En la práctica, la cuarta Marcha de los Chicos del Pueblo, que hace un mes que se hizo recorriendo el país para terminar en la plaza de Mayo, me marcó para mí un punto de inflexión. La marcha siempre fue un cachetazo a los que mandan, nunca ningún gobernante nos recibió. ¿Qué gobernante puede, mirando a los ojos a estos pibes, explicarles siquiera un por qué? ¿Cómo explicás tener 40 mil millones de dólares de reservas, en un país que produce alimentos para 300 millones y en donde los pibes se siguen muriendo de hambre? Pero te hablaba de un punto de inflexión. Al inicio de la marcha un pibe dijo: “espero que sea la última”. Y la verdad que en ese momento sentí que también nos estaba interpelando a nosotros. ¿Hasta cuándo en el campo popular vamos a ser incapaces de unificar nuestra fuerzas, superar nuestro sectarismo y miedos para modificar este modelo perverso? Cada día que tardemos en concretar la unidad del campo popular, se mide en muerte de pibes, en viejos que se mueren antes de tiempo. En una situación de crisis que se mantiene privilegiando la concentración de riquezas y poder de los que verdaderamente mandan en nuestro país, que son las grandes transnacionales.
{{- Muchos dicen que el campo popular no está fracturado, sino en debate; ¿vos, qué pensás?}}
– El campo popular todavía está en un tránsito luego de lo sucedido en el 2001. En diciembre de ese año dejamos marcado lo que no queremos. Basta del terror para hacer política. Fue para nosotros un año espectacular de movilizaciones y de protago-nismo en la calle. Movilizaciones para instalar el Seguro de Empleo, la Universalidad de los Derechos. La constitución del FreNaPo. Empezaba un tiempo nuevo que en nuestro país comenzó el 19 y 20 de diciembre, pero que nos lo cobraron al otro día con 32 compañeros asesinados. Esos días fueron lo más parecido a lo que viví el 27 de junio del 75 cuando echamos a López Rega y a Rodrigo del país. Estuvimos todo el día en la plaza y nadie se había podido parar en el balcón, igual que el 19 y el 20 de diciembre. Podemos decir lo que no queremos, podemos decir “que se vayan todos”, pero no podemos decir quién viene o cómo gobernar, más allá que el 2002 creció en más resistencia y movilización, frente a una crisis que no se resolvía, con el cachetazo de una devaluación que nos afanó la mayoría de nuestro salario, llegamos a un paro nacional en donde la CTA, por primera vez, lograba unificar al conjunto de los sectores, sacando patente de central. Pero todo crecimiento en el campo popular tiene una respuesta, a los pocos días nos mataban a Maxi y a Darío. La contrarespuesta fue una marcha con todos los sectores populares que fue impresionante. Una marcha contra la muerte. Ese mismo día, a la mañana, el presidente convocaba a elecciones. O sea, terror y elecciones. Asustar diciendo que “no se puede” y división en el campo popular son la base para intentar una gobernabilidad que siga beneficiando a los grandes grupos económicos.
{{- Es tiempo de superar el debate y no quedarse sólo con eso…}}
– Nuestra autocrítica como parte de las organizaciones que habíamos creado una herramienta nueva, un actor social nuevo, que fue la Central de los Trabajadores Argentinos en la década del 90, fue decir “esto solo no alcanza, hay que fortalecer la CTA, pero gestando paralelamente un proyecto político diferente”. Y como la palabra política esta tan malversada y se asocia sólo a la candidatura y no a la construcción de poder real, llamamos a la construcción de un Movimiento Social, Político y Cultural, que a pesar de que las dificultades se expandieron, se sustenta en un pueblo que avanza, que le dijo, también en Mar del Plata, no al ALCA, no a Bush, que se tuvo que ir con la cola entre las patas, repudiado por todos y con un paro de la CTA que se extendió por todo el país. Hemos demostrado una gran capacidad para decir lo que no queremos, pero nos falta la fuerza y la organización para construir lo que queremos. Pero esta transición nos ubica en un debate superior al del 2001, donde hemos crecido en el campo popular, donde hay una conciencia diferente y esto muchos lo saben. Vos fijate que no hay consultas populares. Si le preguntan al pueblo si quiere recuperar YPF, y esto el presidente lo sabe, lo ha dicho, la diferencia es 80 a 20 a favor de la recuperación. Por eso no se pregunta. Esto pasa en un montón de cuestiones que tienen que ver con nuestras riquezas, nuestro medio ambiente, nuestro patrimonio. ¡Claro que en derechos humanos hubo gestos como devolver la ESMA, abrir espacios, pero fue la lucha popular la que permitió la derogación de la ley de Obediencia Debida y Punto Final ! Y es esa lucha la que hoy trata de llevar al banquillo de los acusados a los genocidas. El Estado podría unificar los juicios, hacerlo por regiones, podría tener una actitud más clara de ponerse al servicio de estos juicios que se sostienen por la lucha, el voluntarismo, el esfuerzo y el peligro, porque la desaparición, todavía no resuelta, de nuestro compañero Julio López, demuestra con toda claridad de que no quieren permitir que se avance. No tenemos que olvidarnos de que atrás de los militares están los grandes grupos económicos, clave fundamental de este modelo productivo que se sigue instalando en el país a pesar de que la mayoría de nuestro pueblo lo rechaza. Este debate superior, exige propuestas superiores, por eso para nosotros, hoy más que nunca, el tema es qué iniciativa tenemos. Y hemos aprobado en nuestra Mesa Nacional la necesidad de retomar una iniciativa que recupere nuestra fuerza, la conciencia de que se puede ganar, de acá surge la instalación de la Constituyente Social, un intento de darle protagonis-mo a nuestro pueblo, recorriendo todas las localidades, todas las provincias, y sintetizando qué es lo que se quiere, cómo juntos podemos construir una alternativa real para transformar este país.
{{
– Se puede pensar en una instancia superior en el campo popular..}}
– No hay organización que no esté integrada por vecinos, trabajadores, profesionales, estudiantes, el escenario que recién describíamos tiene que abrir a las organizaciones aún más a todos los sectores, desde asambleas, redefiniendo a las organizaciones en gente. Luz y Fuerza Mar del Plata ha caminado mucho en este sentido. Sus logros, en los últimos años, no hubieran sido posibles si no hubieran sido capaces de integrarse a la comunidad, defendiendo los derechos de los que menos tienen.
Las luchas sectoriales son fundamentales, porque permiten crecer en organización. Y las organizaciones sectoriales hoy son más que en el 2001. En la CTA hay más afiliados, más protagonistas, los jóvenes se han incorporado, tenemos casa propia. Los últimos conflictos en los que he estado han sido protagonizados por jóvenes, como es el caso de los repositores externos. Los fileteros de Mar del Plata son otro ejemplo, compañeros que han elegido delegados a pesar de que el sindicato de origen no los quiere reconocer, la empresa los tuvo que reconocer. Esos compañeros y compañeras en su mayoría son jóvenes. Los motosierristas de Misiones son todos jóvenes menores de 30 años. Los trabajadores de los call centers o los motoqueros. Indudablemente los ejemplos se multiplican. Hay otros protagonistas que son concientes de eso. Acá esta la base de lo nuevo. Abrirse a eso es empezar a mostrar que existe alternativa. El enemigo, que tiene hegemonía en la comunicación, ya no trata de convencerte que vamos camino al primer mundo, como en los ‘90. Hoy lo que te muestra es terror, muerte por todos lados, o fractura y división del campo popular, por eso la construcción de la unidad en este espacio es clave. Por la responsabilidad que yo tuve en estos últimos 15 años he recorrido el país muchas veces. He visto y veo, militantes y organizaciones por todos lados y me pregunto cómo puede ser que no nos juntemos, que no nos unamos, que no tengamos comunicación propia, que no tengamos la capacidad de formar, investigar, de movilizarnos al unísono, no sólo contra algo sino a favor de un proyecto alternativo. Esto, a veces, me desespera. La Constituyente Social es una convocatoria ideal para ir recuperando conocimiento, integrar las más de 3 mil experiencias radiales comunitarias. Participar de la disputa del sentido en la formación de nuestros jóvenes.
{{- ¿Por qué muchos sectores siguen viendo en el gobierno nacional una alternativa de transformación?}}
– El pueblo argentino, dice la Constitución, no gobierna, ni delibera si no es a través de sus representantes: esto está hecho añicos. Nuestros representantes en la mayoría de la nación no representan hoy los intereses populares. ¿Gobierna el pueblo de San Juan cuando ve que le están volando sus cerros y llevándose el oro? ¿Gobierna el pueblo de Gualeguaychú cuando ve que lo están contaminando con ese proyecto que es un verdadero modelo productivo no sólo de contaminación sino de expropiación y explotación? O, ¿gobiernan los pueblos de Misiones o de Formosa donde la contaminación es igual o más que las que provocan las pasteras de Fray Bentos?
Yo tengo mucho respeto y no soy quién para inhabilitar a nadie, porque creo que mientras no hay un consenso mayoritario de organizaciones populares en nuestro pueblo, con una identidad que hoy está en crisis, es legítimo y lícito que todos los compañeros traten de construir alternativas. Pero debemos dejar de sobrevivir para empezar a vivir. Es cierto que sin sobrevivir no se puede vencer al genocidio y nosotros tuvimos uno. Los sobrevivientes que hoy declaran ante los jueces pueden señalar a los responsables. Hoy Evo Morales puede decir “dejamos atrás 500 años de resistencia” porque sobrevivieron los pueblos originarios. Es tiempo, entonces, de empezar a explicitar lo que deseamos para empezar a vivir, esto nos va a permitir construir lo nuevo.
En el 91 tuve una crisis muy grande, ya había abandonado el peronismo. Yo provengo de esa cultura. Otros provienen de otras culturas, se cayó el socialismo a nivel mundial, el peronismo se usó para entregar al país y el pueblo votó, en el 91, a Menem y Cavallo. Fue un golpe muy fuerte. Pero muchos creímos, nos animamos a tener sueños, no sólo a resistir sino a construir. Y con el mismo pueblo no sólo construimos la CTA, sino que, además, gestamos el 2001, una verdadera puerta a la esperanza que se potencia además en una Latinoamérica que creció. En ese proceso hubo un dato que me sorprendió: el día que anunciaron el pago de la deuda externa.
ç Si había un tema que cualquier militante, que cualquier organización tenía definido hace más de 30 años, era la inmoralidad de la deuda externa y el no pago de la misma. No importa por qué lo hizo Kirchner, Lula o Putin. Es más, yo no tengo ningún prejuicio, si a mí al otro día me explican, me permiten discutir, le consultamos al pueblo a través de una consulta y resolvemos todos pagar porque se termina el hambre en la Argentina a los 3 meses, o los recursos naturales vuelven a manos de la nación o el pueblo, a lo mejor, de esta manera, pagar 20 o 30 mil millones lo valen. Pero no hubo consulta, ni debate. Fueron tres minutos de televisión que lo único que me dejó en claro es que la plata se puede usar, las reservas se pueden usar. Está bien, no se las utilizó para parar el hambre o provocar el desarrollo sino para pagar la deuda ilegítima, pero las reservas se usaron. Aunque, lo que en verdad más me preocupó fue que esos tres minutos de televisión provocaron en un alto porcentaje de la militancia el creer que lo hecho estaba bien. Creo que la supervivencia te genera estas cosas que justifican el cómo nos salvamos. Debemos superar estas instancias y animarnos a discutir con nuestro pueblo, desde asambleas y consultas populares. Hoy no quieren consultas populares porque si se hubiese, en ese momento, consultado al pueblo si había que pagar o no, el pueblo hubiera sido categórico, hubiera dicho no.
{{
-¿Cómo se supera esa cultura de que sólo estamos para sobrevivir?}}
– Confiando y arriesgándonos. Por eso nosotros pensamos en el Movimiento Político, Social y Cultural. Estas cualidades marcan la diferencia. Es como en el amor, vos tenés que confiar en alguien, para toda la vida, que ni siquiera conocés. Te arriesgás a confiar, y acá no todo es racional. Yo confió en el pueblo, tengo orgullo de dónde vengo, creo de que realmente se puede y hay que arriesgarse. Claro, para un sobreviviente, arriesgarse es poner en peligro el futuro. Si vienen y te echan del laburo, en esa situación no dudás, te pusieron entre la espada y la pared. Si vienen a robarte y te quieren tocar a tus hijos, tampoco dudás. Ahora, jugarte por lo que pensás, sentís y amás, eso es arriesgarse y estamos en ese punto. Y para arriesgarse hay que atreverse a conocerse, como lo hacemos para amar. Uno no ama lo que no conoce. Por eso, para nosotros, construir el mapa del campo, esa Constituyente que demuestre que puede haber una nueva experiencia política, social y cultural que permita gobernar la Argentina para los argentinos, popular, integrar a los miles de comunicadores que existen, hacer periódicos propios, radios propias, construir un debate de la identidad de clase, recuperar nuestro orgullo como clase trabajadora, es lo nos tiene que animar a arriesgarnos. Enfrente hay un modelo con 4.800 procesados, militantes sociales que, además, son los que siguen engrosando la lista de los muertos. Porque no hay un solo caso, el de Carlos Fuentealba, que fue asesinado cuando crecía la pelea para recuperar nuestros derechos. Los que mandan en ese modelo, a través de distintos sectores, instalan que éste es el único modelo posible. Y cuál es el modelo; ellos dicen que un modelo productivo. Nada nuevo. En el 92 se juntaron unas cuantas empresas en Bélgica y decidieron que había que trasladarse al tercer mundo. Y pusieron 4 condiciones para instalar capitales: quedarse con los recursos naturales, medio ambiente para contaminar, bajos costos laborales y manejar la generación y consumo de la energía, ya que son todas industrias electrointensivas. Para que se cumplan estas condiciones se necesita mantener el hambre, la pobreza y la desocupación, para que vos aceptes condiciones indignas.
{{-Y también necesitan la falta de libertad y democracia sindical…}}
– Es por eso que, no es que no nos dan la personería gremial a la CTA, no le dan la personería gremial a más de 2.000 organizaciones, no permitiendo que haya delegados en los lugares de trabajo para revertir esta situación de explotación. Más allá que está claro que en la ultima reunión de la Organización General del Trabajo (OIT), en donde para la central hizo uso de la palabra José Rigane, en nombre de todos nosotros, sin olvidarme de destacar el gran trabajo de Fito Aguirre y Horacio Meguira, fueron la CGT y el gobierno los que abiertamente demostraron que no quieren la libertad y la democracia sindical en la Argentina, en alianza con los grupos empresariales que quieren avanzar en la lógica de empresas sin representación laboral. Pero la libertad y la democracia sindical no la quieren para los trabajadores porque el Estado la utiliza y el trabajador público puede elegir a qué sindicato quiere afiliarse. Y los empresarios también hacen uso de la libertad y democracia sindical y ustedes en Mar del Plata lo saben bien. Cuando, en plena privatización, Luz y Fuerza Mar del Plata se plantó para defender los derechos de los trabajadores lucifuercistas, la empresa creo un sindicato paralelo que respondiera a sus intereses.
{{-Cuando te referís a la energía, hoy hay un debate sobre eso. Se instaló el tema de que estamos en crisis…}}
– Es cierto, fue instalada por los trabajadores. Pero vos fijate que el tema se puede discutir desde la crisis, pero no se debate sobre quién la genera, cómo se distribuye la energía y a quién beneficia, porque todo eso es para ellos. Y esta condición es una de las más importantes dentro de un modelo que hace mas de 30 años se construye de esta manera y sigue creciendo aunque la gente ya haya dicho ¡basta!. Que sabe que no va. Por eso nos planteamos que es momento de buscar la unidad popular para cambiar nuestra suerte de sobreviviente, para vivir. Pero además, porque tenemos una oportunidad única en todo nuestro país y en Latinoamérica. En este marco es importante señalar que el gobierno no alienta la construcción de la unidad popular, ya que se ha convertido en garante del modelo de explotación. Por eso no se convoca a constituyentes, elecciones, referéndum, movilizaciones, eso sería escuchar al pueblo, construir la unidad popular y poner en discusión el modelo para modificarlo. Y no se convoca porque tenemos con qué y es lo que tenemos que hacer conciencia en todos los argentinos. Somos el único pueblo que, en el siglo 20, con el emblema de los pañuelos de las Madres y las Abuelas, logramos, sin un ejército invasor, poner en el banquillo de los acusados a los que provocaron el genocidio. ¡Nos falta!.. ¡Claro que falta!: hay que poner a Martínez de Hoz y a todos los grupos empresariales que se beneficiaron con la dictadura -que la impulsaron y sostuvieron- en el banquillo de los acusados. Pero logramos instalar una certeza: no se puede volver para atrás.
Estamos jugándonos el destino. Recuerdo que cuando aprobamos la creación del Movimiento Político, Social y Cultural, en el Congreso de Mar del Plata, salió una frase emblemática: el Congreso fue por nuestros hijos.
Está en juego el futuro y es ese futuro el que nos tiene que convocar. ¿No vas a arriesgarte por tus hijos? ¿No vale eso la pena?…
{{-¿La Constituyente Social es el motor que nos lleva a ese futuro que nos convoca?}}
– Es el llamado a construir una nueva conciencia política, social y cultural en la Argentina. Y este proceso no se hace por decreto y se dice “la organización primero y luego es el turno de la política”. Son todos los sectores sociales, culturales, religiosos, vecinales, partidarios, que participen, los que irán definiendo el proceso. La constituyente llama a convocarse este año para discutir el para qué, el proyecto de país que queremos, con la idea de constituirnos en mayo del año que viene, para ir viendo cómo lo vamos haciendo. Romper con la cultura de que cuatro tipos adentro de una pieza definan un programa a seguir.
{{-Y romper con la cultura que nos lleva a pensar que son esos cuatros tipos los únicos que pueden resolver y definir nuestro futuro.}}
– Hay que redefinir el concepto de hacer política y quién la hace. Hay que sacarnos la idea de que los genios son los Cavallo, como se creía en los 90. Genios, en este país, son las mujeres de los barrios que, sin nada, salvan la vida de los pibes. Eso es hacer economía, agua de las piedras sacan esas mujeres. Tenemos que recuperar esa cultura, ese conocimiento, entendiendo que el conocimiento está en nosotros. Por supuesto, lo tenemos que hacer organizadamente, tenemos que saber mostrar esos ejemplos para demostrarnos que podemos ganar. Tenemos que mostrarnos que somos millones, lo que este modelo se encarga de ocultar desde la represión de la información popular. Las marchas, las movilizaciones, no son noticia en los medios de comunicación tradicionales, porque se descartan estos hechos y porque se sobreinforma lo que no sirve. Conocernos, saber, informarnos, autoformarnos, son los elementos claves en esta etapa. Es la disputa por el sentido. Ellos saben que esta lucha por el sentido es importante y por eso el gobierno extendió las licencias por quince años más a los medios de comunicación manejados por los grupos económicos que se vienen beneficiando hace más de 30 años en el país. Los mismos grupos concentrados de la economía a los que el gobierno les extendió, en el sur, los contratos para la explotación de las áreas petroleras. Por eso esta extraña solidaridad, dentro de nuestro país, contra la decisión del gobierno de Venezuela de no renovarle la licencia a RCTV, un medio de comunicación manejado por uno de esos grupos concentrados. No es que Chávez le sacó la licencia, no se la renovó, como le puede pasar a una persona normal a la que no se le renueva el alquiler.
{{-Podemos decir que Chávez, como presidente de un ejecutivo, hizo uso de las facultades del Estado para garantizar el derecho a la comunicación de los venezolanos.}}
– ¡Claro! Esta medida, es decir, podemos tener nuestra propia comunicación. Por eso el campo popular, si nos queremos unir, tenemos que tener nuestra propia comunicación, nuestra propia formación, nuestra propia historia. No hay, en las universidades argentinas, historia de las clases trabajadoras y la clase trabajadora ha hecho historia en los últimos 150 años. Es por eso que la disputa por el sentido es una de las claves de nuestro tiempo. Hay que mostrar que tenemos orgullo, tenemos historia, tenemos herramientas para la transformación, tenemos una unidad resistente, hay una oportunidad. En este marco, pensamos la instalación de la constituyente, construir otra experiencia de una manera distinta, es lo que a nosotros nos enamora y nos entusiasma. Decía Einstein que si uno hace los mismos procedimientos, después uno no se tiene que sorprender de encontrarse con los mismos resultados y eso es lo que tenemos que repetir y multiplicar por todo nuestro país. Vamos a convocar en cada localidad, en cada provincia, vamos a construir la Nación a partir de cada uno de nosotros. Lograr expresar qué piensa cada uno, cómo logramos la unidad del campo popular, cómo construimos un proyecto de país distinto, que no sea decretado por cuatro tipos en una pieza. Se trata de discutir qué país queremos entre todos y por supuesto que esto nos llama a motorizar un cambio cultural, porque ya la diferencia no puede ser la excusa para fracturarse, la diferencia debe ser el enriquecimiento para la verdad colectiva. Y para eso tenemos que animarnos a redefinir, a desterrar las palabras que nos dividen, como por ejemplo, “interior”, para terminar con los varios países dentro de nuestro país, o ideas que aseguran que lo que nos proponemos es complicado. ¡Claro que la realidad es compleja, pero también depende de la actitud que tengamos ante esa realidad! Tenemos que empezar a creer que podemos cambiar esa compleja realidad entre todos. Animándose a aceptar el conjunto. Nadie puede venir a decir “esto es lo que hay que hacer y el que no lo hace son todos traidores”. Hay que trabajar, debatir, convencer y aceptar lo que una asamblea decida, se esté de acuerdo o no.
{{-¿Cuál es el horizonte que ves de la Constituyente?}}
– Mi sueño es encontrarnos con un 2008 con un campo popular más unificado. No estamos convocando a nuestra Constituyente, lo que planteamos es la necesidad de que todos los sectores populares se unifiquen para construir un proyecto distinto de país. Ese proceso irá marcando los conceptos, ideas para avanzar y en eso no hay que tener límites. El único límite es el “no se puede”. Y debemos desterrar el concepto de que “la victima es el responsable”. “Si te torturaron por algo será”. “Si no hay trabajo es porque no lo buscas”. “Si hay derecha es porque el progresismo no tuvo respuestas”. Cada uno es responsable de las decisiones que toma y hay que terminar con la cultura de delegar y nos cabe a todos. Por eso es necesario abrir un espacio como la constituyente para que todos, sin delegar, podamos construir en conjunto. Es lo que nos va permitir construir una voluntad política organizada; que nos va a permitir saltar de estar concientes de lo que no queremos a construir un proyecto de país alternativo. Necesitamos vivir una nueva experiencia política, social y cultural en la Argentina, y hacia eso vamos, porque se juega nuestro futuro, ya que los que insisten con el modelo de hambre, desocupación y miseria son capaces de cualquier cosa y desde nuestra historia reciente podemos sacar muchísimos ejemplos.
{{
-¿La constituyente puede tener lo electoral como horizonte?}}
– Sí, pero no debe ser lo único. Como lo único no debe ser el reclamo sectorial, que es vital, pero no tiene que quedarse sólo en eso. Pero debemos ser capaces de integrar en un proyecto a toda nuestra sociedad. Y esa política la debemos hacer entre todos, no los 4 que elegimos mientras los demás nos matamos pensando cómo sobrevivimos. Hay que entender que la política es la vida.
Tenemos con qué soñar
“Cuando conocí a los compañeros de Luz y Fuerza Mar del Plata estábamos peleando contra el inicio de las privatizaciones. Un día me invitan a un acto. Uno de los primeros junto a los compañeros lucifuercistas. Era algo muy importante por toda la historia que tienen los compañeros, un sindicato combativo con todas las letras. Fue impresionante, el salón estaba lleno, la claridad de José presidiendo el acto, la predisposición de los compañeros. Me habían invitado junto a Silenzi De Stagni. Ese día se dijeron cosas que parecía imposible que fueran ciertas. Como por ejemplo, que éramos un país petrolero y no sólo ganadero. En ese tiempo el barril de petróleo valía 5 dólares y se decía “tenemos que preservar esa riqueza, estamos arriba de un barril de petróleo, ¿se imaginan cuando ese barril valga 50 dólares?” ¡Yo no lo podía creer! Impresionante: hay gente que ve abajo del agua. Luego nos fuimos dando cuenta que de esos hay miles y miles, los que, como los compañeros de Luz y Fuerza Mar del Plata, nos permiten saber que podemos soñar en un país distinto.”