La crisis energética de Argentina, no constituye un problema coyuntural y menos tiene solución en un aumento de tarifas eléctricas.
Desde la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina, FeTERA y el Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orienta-dora, MORENO, queremos expresar nuestra convicción de que la Crisis Energética que sufre la Argentina, recientemente admitida por el presidente Kirchner, no forma parte de un problema coyuntural. Constituye la exposición de una serie de dificultades originadas en el modelo privatizador desarrollado en la década de 1990, mantenido y profundizado en nuestros días. No es el frío, o el calor, o la falta de lluvias, o el aumento de la actividad industrial, o la utilización de estufas, o aire acondicionado, lo que ha provocado la falta de gas por redes, electricidad, querosén, gas envasado o fuel oil.
Desde que se privatizaron YPF y Gas del Estado, Argentina exporta irresponsablemente gas y petróleo. Con gas y petróleo se genera energía eléctrica. Sobra energía en el país.
Lo que falta es una política soberana que planifique su utilización en función del crecimiento económico y que planifique también este crecimiento en función de las necesidades reales de nuestra sociedad.
Cuando se privatizaron los recursos, se dio libre disponibilidad a las empresas para exportar hidrocarburos. Por este motivo, se construyeron (aprobados por el Estado Nacional), diez nuevos gasoductos para satisfacer únicamente las necesidades energéticas de Chile (siete), Brasil (uno) y Uruguay (dos).
Al tiempo que recursos no renovables son exportados, al día de hoy, como si fueran una simple mercancía, muchos argentinos quedaron sin posibilidad de contar con las cantidades de energía mínimas diarias para su sustento familiar. Los cortes y faltantes que hoy llenan las tapas de los diarios, son sufridos por muchas familias argentinas desde el momento mismo de las privatizaciones; tanto es así, que la FeTERA reclama la Tarifa Social eléctrica desde 1999, y la restitución de medidores de electricidad y gas desde antes de esa fecha.
La falta de reservas de hidrocarburos se debe a la exportación de recursos, y a la falta de una política de ahorro a través de la exploración.
La escasez de querosén, fuel oil o gas envasado, tiene su origen también en las privatizaciones y en el fracaso del modelo privatizador.
Cuando se denuncia la falta de inversiones, se quiere decir que no se construyeron los gasoductos, las líneas de alta tensión, las usinas y represas y las destilerías que acompañaran el crecimiento del consumo. Pero no se dice que el dinero para construir todo eso lo giraron las empresas privadas al exterior, porque la política de protección de los intereses privados, que hoy existe en Argentina, así lo garantizó y lo garantiza a través de decretos ilegales.
Nunca faltó dinero para construir infraestructura, lo que faltó y falta es una política que obligue a invertirlo. Es más, las empresas privadas gozan del privilegio de vender gas y petróleo extraído en Argentina, a precio internacional, en nuestro propio mercado interno, como si lo importaran de Arabia Saudita. El Estado resigna soberanía y permite indexaciones a favor de empresas multinacionales.
Ahora se define quién está a favor del Modelo Neoliberal o en contra, ya que la única solución a la actual crisis estructural son las inversiones multimillonarias en dólares y la decisión pasa por resolver quién las paga: o lo hacen las multinacionales del petróleo que manejan el 92 % del petróleo y el gas de la Argentina y el 100% de la refinación y comercialización y de los servicios públicos esenciales; y para ello hay que recuperar, esencialmente, las áreas productivas, mediante la revolución de la ley, tal como lo hicieron Evo Morales, Hugo Chávez, Arturo Illia, Marcelo T. de Alvear y Lázaro Cárdenas; o el pueblo argentino, vía tarifas en forma directa o indirecta (costos e inflación) para que quienes lucraron y no invirtieron sigan enriqueciéndose a costa de los argentinos.
Todos los privilegios legales que han permitido exportar hidrocarburos, hasta reducir dramáticamente las reservas, girar ganancias al exterior evitando el crecimiento de la infraestructura y generar la escasez de energía cuando debería sobrar, constituyen el cuerpo legal del Modelo Neoliberal, y la situación a revertir para superar la crisis.
No es cierto que un aumento de tarifas terminará con la falta de energía. El aumento de tarifas se pide para ganar más de los 15 mil millones de dólares anuales que las empresas se llevan de Argentina.
Para terminar con la crisis energética, que todavía no llegó a su punto más duro, hay que cambiar el modelo energético. Recuperar los recursos para el pueblo y Estado argentinos, conservar la renta para hacer las obras que no fueron hechas y juzgar y castigar a los responsables de este saqueo que además de gas y petróleo se llevan los puestos de trabajo y los sueños de millones de argentinos.
{{Fernando “Pino” Solanas}}
Presidente del MORENO
{{José Rigane}}
Secretario General
FeTERA – CTA