Es evidente que cuatro años de funcionamiento del Consejo simplemente han servido para convocar reuniones en momentos determinados y establecer caprichosamente la cifra del Salario Mínimo Vital y Móvil. Nuestra propuesta era de carácter más integral y no convocar para sacarse la foto” aseguró José Rigane, uno de los representantes de la CTA en el Consejo del Salario. Nuestro secretario general destacó que desde la central se “llevó una propuesta que tenía que ver con rescatar el instrumento del Consejo del Salario porque nos parece un instrumento importante, pero en la medida que funcione como tal”.
“Pedimos que se fijara el monto real y concreto de la canasta básica (de acuerdo a la Ley de Contrato de Trabajo, artículo 116, y también la Ley 24.003, artículo 135). Esta canasta básica, en base a la encuesta de gastos, no se hace más en el país, desde 1997. Hoy, esa canasta, conforme a los estudios de la CTA, estaría en un valor de los 2.680 pesos”, expresó Rigane.
“Llevamos también un planteo para mejorar el sistema de asignaciones familiares: que los hijos de todos los trabajadores reciban esta asignación. Que a todos los trabajadores les paguen el salario, cualquiera sea su condición”, explicó el también Secretario de Organización de la CTA, quien dijo que la propuesta contemplaba la creación de un Seguro de Empleo y Formación para todos los jefes y jefas de hogar desocupados, pidiendo paralelamente que se aumenten las asignaciones: llevar los 150 pesos a un monto superior.
Los planteos de la comitiva de la CTA se atuvieron también a consideraciones del sector previsional y la asignación de la jubilación de carácter universal para todas las personas de 65 años o más, temas que de ninguna manera estuvieron incorporados en la agenda de la reunión.
Estadísticamente, para el gobierno, una familia que gane 923 pesos por mes ya no es pobre. Pero en la vida real resulta una cifra que no se ajusta a una lógica concreta. A los cuestionamientos de la CTA se le suma los de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE).
La Central de Trabajadores Argentinos reclamó dentro del Consejo del Salario un mínimo de 1.290 pesos, mientras que la FIDE calcula que una familia de ingreso medio bajo requiere un presupuesto de 1.900 pesos. Esas cifras determinarían que la cantidad de pobres es considerablemente mayor a los 6,5 millones que surgen de la metodología oficial.
Es más, los técnicos del INDEC, que denuncian la manipulación de los números por parte del gobierno nacional, hablan de una línea de pobreza que ascendería a los 1.023 pesos.
¿Hay lógica o capricho en la cifra decidida por el tandem empresarios-gobierno-CGT? Todo huele a lo segundo, más cuando uno se pregunta qué se tiene en cuenta para estimar las mediciones de la pobreza.
¿Se piensa en los hogares que no cumplen con al menos una de cinco condiciones como el hacinamiento, la vivienda precaria, la falta de retrete, la inasistencia escolar o la existencia de cuatro o más personas dependiendo del ingreso de una persona con baja educación?
¿O se hace hincapié en los ingresos, calculando cuántos hogares y personas no cubren el valor de una canasta básica o, lo que es lo mismo, están por debajo de la línea de pobreza?
¿Desde allí tendremos que encontrar la lógica que tanto se reclama?
¿Podrá algún día sumarse a la canasta básica un vino tinto que tantas bondades destacan los especialistas médicos para el corazón? ¿Se podrá pensar en una canasta que se anime a incorporar la posibilidad de alimentos para festejar un cumpleaños o invitar a la familia a comerse un asadito el domingo? ¿O en una canasta que no sólo cubra requerimientos calóricos de subsistencia y otros gastos extremadamente elementales, sino que también incluya una salida en familia al cine, un servicio de peluquería y algún gasto para que los pibes de la familia realicen una actividad artística o deportiva?. Más allá de estas valoraciones cuesta aceptar que el ingreso decidido por el Consejo del Salario alcance para evitar privaciones básicas (descartando que para las mediciones no sea lógico un asado en familia, la salida al cine en familia, el fútbol del pibe) con los precios de lo básico burlándose día a día de cualquier acuerdo.
Para José Rigane “hablar de la canasta básica de la pobreza, después de cinco años de crecimiento en el país, no tiene ningún sentido. Antes hay que fijar el monto de la canasta básica”. El secretario general del sindicato Luz y Fuerza Mar del Plata afirmó que “el Consejo del Salario debe tener otro tipo de desarrollo y compromiso en la distribución de la riqueza en Argentina”.
Como deben primar otras lógicas. Menos caprichosas y más reales, que en el marco de un país en crecimiento busquen mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Y calidad de vida no es un pedazo de pan.
{{{Luchamos por la libertad sindical.}}}
El monopolio sindical de la CGT no va más. La libertad sindical sólo puede hacerse concreta si definitivamente la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) obtiene la personería gremial que viene reclamando al gobierno desde agosto de 2004.
“La personería a la CTA tiene que ser otorgada porque es una cuestión de derecho”, aseguró en conferencia de prensa Hugo Yasky, Secretario General de la Central. También agregó: “lo que nosotros queremos es que los trabajadores tengan la libertad de elegir la organización que ellos quieren que los represente».
Fue contundente el pronunciamiento con el que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reclamó al Gobierno argentino una definición sobre la solicitud de personería gremial de la CTA cuando se realizó la 96ª Conferencia Internacional del Trabajo, en Ginebra.