Casi treinta mil compañeras y compañeros, entre los que se contaron militantes de organizaciones políticas, sociales y sindicales, marchamos el 28 de agosto por las calles de Buenos Aires y otras ciudades del país, todos unidos en el reclamo de un nuevo modelo de distribución de la riqueza y la exigencia del otorgamiento de la personería gremial para nuestra Central.
El acto comenzó frente al Ministerio de Trabajo, donde nos fuimos congregando para la jornada que se caracrterizó por el fervor y la alegría de participar y por la fuerza de los cánticos que surgían de las calles colmadas. Sobre la Avenida Alem, desde un palco armado frente al Ministerio de Trabajo, en los primeros minutos hablaron Edgardo Form, del IMFC, después Francisco Dos Reis, de APYME, y luego Eduardo Buzzi, principal representante de la histórica Federación Agraria. Por último habló el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, quien cerró el acto con un fuerte y emotivo discurso.
Luego de hacer un recorrido por la historia del movimiento obrero, Yasky expresó: “la CTA no nació de un repollo. Es el resultado de una tradición de lucha de la clase trabajadora que quiere discutir integralmente y en libertad la distribución de la riqueza”.
Reafirmando la convicción de que este proceso de construcción y de lucha no tiene retorno, en otro tramo dijo: “hoy empezamos a escribir otra historia. Junto a los movimientos sociales y barriales, debemos crear un instrumento que nos permita pelear por nuestros derechos. Con estos movimientos que escribieron parte de la historia de la organización de los desocupados en la peor etapa de las políticas neoliberales debemos tender a la unidad del campo popular, a la unidad de clase. Tenemos que ponernos de pie. El pueblo puso el cuerpo para que este tiempo histórico fuera realidad”.
La Central estaba en la calle, de eso no había dudas, y el discurso de Yasky daba cuenta de ello: “la Argentina creció, pero nos enfrentamos a un cuello de botella, y hay que pensar que este tiempo tiene que tener una agenda social que plantee la distribución de la riqueza para asegurarle a cada argentino la vida digna que se merece”.
Y en este mismo sentido continuó Yasky: “cuando nosotros vinimos aquí y dijimos la CTA exige la Personería Gremial, no lo dijimos para tener colgado en la pared de la Central un diploma, vinimos a plantear que hace falta la Personería Gremial para garantizar que la fuerza social, aquélla que luchamos en la década del noventa, se puedan expresar en libertad. No podemos seguir soportando una parte del movimiento de los trabajadores con las manos atadas, no podemos seguir discutiendo frente a patronales que siguen haciendo listas negras, que echan gente y toman represalias, queremos discutir bajo el paraguas que nos permita, en un país donde los empresarios eligen cómo y cuándo se organizan, esa misma libertad para que las trabajadoras y trabajadores vuelvan a ser protagonistas de la lucha que abra la discusión de la distribución de la riqueza”.
“Ninguno de los que esté acá tiene la verdad revelada. Ninguno de los que esté acá vale nada sin la fuerza de ustedes. Ninguno de los que gobiernan pueden hacer nada si no hay una base social organizada y ésa es la tarea, construir la correlación de fuerzas que haga posible el avance del campo popular para construir una nación sin injusticia social, sin excluidos”, expresó Yasky sobre el final, al tiempo que manifestó que el objetivo próximo es la Constituyente Social, “donde vamos a definir el modelo de Nación con justicia, independencia, el país que queremos para nuestros hijos”.