Es cierto que no sabemos dónde está. Y que ése debe ser el eje que coordine todas las acciones. Pero sí hay muchas certezas en torno de la desaparición de Jorge Julio López, ocurrida hace un año. Como, por ejemplo, las responsabilidades políticas de distintos ámbitos de Estado que dejaron que pase, que dicen investigar sin obtener ningún resultado, o directamente no hacen nada. Y debajo suyo, la certeza de que no pueden ser las fuerzas de seguridad -sospechadas en muchos casos, responsables en tantos otros, de una violencia similar a la sufrida por López- las que tengan a su cargo su búsqueda.
La CTA, junto a la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, APDH-La Plata, Madres de Plaza de Mayo-La Plata, entre otras organizaciones de derechos humanos, sindicales y sociales, difundieron un comunicado al cumplirse un año de la desaparición forzada de Jorge Julio López. Reproducimos algunos conceptos, en los que coincidimos desde nuestra organización.
“Este grave crimen ha sido cometido por sectores vinculados a los genocidas de la última dictadura, a las fuerzas armadas y de seguridad y a los servicios de inteligencia. No es posible hacer desaparecer impunemente a una persona sin la colaboración de sectores enquistados en el propio Estado” (…) “El propósito de la desaparición de López ha sido detener el proceso de Verdad y Justicia, que estamos transitando gracias a la lucha del pueblo. En ese mismo objetivo se encuadra la multiplicidad de amenazas, intimidaciones y agresiones producidas, desde hace un año, hacia los más diversos ámbitos de la militancia y personas con actuación en los juicios. Los poderes del Estado Nacional y Provincial están lejos de dar una respuesta adecuada a esta crítica situación, habiendo resignado la iniciativa en orden a descubrir qué pasó con Julio”. (…) “El juzgado que investiga su desaparición no dispone de un equipo especial confiable y específicamente destinado a ese fin. El grave cambio de situación originado por la desaparición de López no ha sido registrado por la mayoría de los jueces federales, que siguen otorgando prisiones domiciliarias automáticas para que los genocidas continúen conspirando contra el pueblo.”
{{{En Mar del Plata.}}}
Varias actividades, incluso algunas realizadas durante la semana previa al 18 de septiembre, terminaron por confluir en un acto y marcha que comenzó en Mitre y Avenida Luro y recorrió las calles del micro centro, bajo una muy intensa lluvia. Este fenómeno climático, que se dio al igual que en otros lugares del país, desafió a los militantes de diferentes organizaciones, y a una numerosa cantidad de ciudadanos que participaron.
Durante la semana previa, una multisectorial organizó actividades artísticas en el complejo universitario, el lugar desde donde salió una de las principales columnas en la tarde del 18. Además, hubo representantes de organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales y políticas, barriales, y gremiales, que nos concentramos en la plaza San Martín, desde donde, sin un orador general, partió una numerosa marcha que se encolumnó tras la demanda de la aparición con vida de Jorge Julio López.