{{{Fue NO. Un NO rotundo, convencido, cansado de manoseos.}}}
{{La conciliación obligatoria con EDEA S.A. había tenido el final que la mayoría imaginaba. La mentira y la impunidad volvieron a primar en la propuesta de la empresa. ¿Alguien esperaba otra cosa? No, lo que todos sabíamos es que nos espera más lucha para arrancar lo que nos corresponde. Y ése era el espíritu, lo que se respiraba en una asamblea numerosa el jueves 13 en el sindicato.}}
Zárate había concluido el detalle del final de las negociaciones y el silencio de los compañeros tenía significado, eran más que mil palabras. Más que mil acciones. Rigane supo resumirlo: “nosotros tenemos algo que no se compra ni se vende (como está acostumbrada la empresa), es la dignidad”.
La empresa había puesto en la mesa de negociaciones un millón de pesos por todo concepto. Sí, hablamos de la misma multinacional que factura 430 millones al año. Sí, la misma que en su servicio es sostenida por los esfuerzos de los trabajadores que recibían, ante una inflación que no refleja en los bolsillos lo que dice el INDEC, sólo un millón de pesos. Irrisorio millón de pesos, si es que a la situación que viven los argentinos desde hace varios meses le sumamos la astronómica cifra anual de la empresa. Más increíble si le sumamos la afirmación “en todo concepto”. “En todo concepto” significa que la cifra es mentirosa. Hay que descontar los aportes patronales (el 33 por ciento); la empresa no suma ese concepto por arriba del millón de pesos, sino que además, ilegalmente, descuenta las horas de paro. De esta manera el insuficiente millón de pesos (si lo comparamos con la situación inflacionaria que se vive y con la extraordinaria facturación anual de la empresa) se convierte en apenas 1.000 pesos para cada compañero, dividido en los meses que restan del año.
Pero la farsa no termina acá. Lo que fue un reclamo para mejorar nuestra remuneración salarial, se transformó en una bonificación por única vez. Podríamos referirnos tranquilamente a una suma en negro. Sí, una suma en negro presentada de esta manera en las narices de los representantes del Ministerio de Trabajo de la Provincia. El mismo gobierno que, tanto a nivel provincial como nacional, asegura, en la publicidad estatal y en los discursos de sus principales funcionarios, que luchan contra el trabajo en negro. Una cifra irrisoria, que se paga en cuotas hasta diciembre, pero que no queda en nuestro salario.
Una violación más que se suma a otras que rompieron la “paz social” (este término tan de moda para los empresarios) o la conciliación obligatoria, como la seguimos llamando los trabajadores. En ese marco, y burlándose de lo que marca la ley, EDEA sancionó compañeros, en muchos casos con fuero gremial por ser integrantes de la Comisión Directiva de este Sindicato, y descontó las horas de huelga. Nuevamente la empresa instaura sus propias leyes y se burla de las que rigen para todos los argentinos. Lo hace sentado a la mesa de organismos de gobierno.
Es por eso que la palabra “dignidad”, expresada por Rigane, sonó muy fuerte en el corazón y la cabeza de todos. No sólo por los abusos y la impunidad puestas en escena nuevamente por EDEA sino porque, además, esquivó hablar, en la mesa de negociaciones, de la Propiedad Participada, de las tercerizadas, de las persecuciones que diariamente sufren los compañeros cansados de tanto atropello.
{{{Dignidad.}}}
“En junio decidimos ir por un aumento salarial y nos propusimos un objetivo. Una meta que no tiene tiempo, que forma parte de las cosas -en esta vida- que no se compran ni se venden, como sí lo cree esta multinacional poderosa que hoy es nuestro enemigo y que tiene un único dios: el dinero”, aseguró, en la asamblea mencionada, José Rigane.
“Nosotros tenemos algo que no se compra ni se vende: la dignidad. Esa misma palabra que es la primera de muchos argentinos que quieren un país solidario, democrático, soberano y participativo. Y no este sistema que las únicas libertades que garantiza son la de los poderosos.”
Dignidad, una y mil veces. En infinitos espejos que nos alientan. Que nos muestran en el medio de una batalla en donde estamos convencidos de que vamos a arrancar lo que nos corresponde y que tenemos con qué hacerlo.
Encuentros con el gobierno de la provincia con la ley en la mano (una de las armas más poderosas que tenemos); si es necesario, encuentros con el gobierno nacional. Infinitas acciones. Los compañeros no pararon de proponer. Acciones ya, acciones mañana, acciones en cada momento. De las tradicionales y las que son producto del ingenio.
Porque, como también decía Rigane, “a nosotros no nos pagan para defender los derechos que nos corresponden. Para decirnos lo que tenemos que hacer”. Los derechos son nuestros.
{{{La impunidad de EDEA.}}}
Lo dijimos innumerables veces: esta empresa multinacional actúa como un Estado dentro de nuestro propio Estado.
Siendo consecuente con esa política, EDEA hizo público en los últimos días, sin denuncia previa, un comunicado que asegura que el corte que afectó, el miércoles 12 de septiembre, a un importante número de usuarios en la zona céntrica se debió a un “atentado” en las instalaciones del centro de distribución subterránea ubicado en la plaza Colón.
Un hecho de tales características no puede plantearse antes en el terreno de lo público, desde un documento, sin fundamentos concretos y desconociendo que, por las características del mismo, una presentación policial y judicial inicia un proceso donde el secreto de sumario debe garantizar la objetividad de la investigación.
Según declaraciones del titular del Cuartel Central de Bomberos de Mar del Plata capitán Jorge Núñez, a distintos medios de comunicación, la dependencia se enteró de la denuncia de atentado por los medios de comunicación y no por la intervención de la policía o la justicia, lo que hubiese motorizado, en lo inmediato, a personal especializado de la dependencia de bomberos con el objetivo de completar las tareas de investigación.
Además, Núñez ratificó a los medios que, cuando llegaron al lugar, las puertas de ingreso al centro de distribución subterránea no se encontraban forzadas, como puede ocurrir en hechos como los denunciados públicamente por EDEA.
¿Cómo ingresaron las personas desconocidas que -según EDEA- “atentaron” contra el centro de distribución en Plaza Mitre?
¿Por qué el personal de Bomberos, calificado para la investigación, se entera de la denuncia de EDEA por los medios y no por la Justicia?
¿Por qué la empresa no denunció con la misma intensidad un corte de más de tres horas y que afectó a más de 30 mil usuarios de la zona que comprendida entre la avenida 180, la rotonda de Carrefour hacia Constitución y la 224?
¿Será que en esa zona no es valida la teoría del “atentado”?
¿Por qué no habla la empresa del accidente de un trabajador en Miramar, el segundo en pocos meses, por falta de elementos y de personal capacitado que lo acompañe, como lo denunció un compañero en la asamblea del 13 de septiembre pasado? ¿Por qué no se hablan de estos accidentes que son constantes y que ponen en riego la vida de trabajadores y usuarios?
Nuestra organización, con 64 años de historia, ha repudiado todo hecho de violencia como mecanismo válido para resolver conflictos gremiales. Esa historia es el mejor fundamento, mostrándonos en documentos, medios públicos y acciones, como garantes en la discusión y el reclamo, pero también en la construcción y el desarrollo de los marcos que establece la democracia y sus instituciones.
Por eso, respetando esos marcos, es que no vamos a dejar de denunciar nuevamente la impunidad de EDEA, no sólo por no respetar la conciliación obligatoria, sancionando trabajadores y descontando las horas de paro; presentando como propuesta de recomposición salarial una bonificación por única vez, en negro (cuando el gobierno nacional intensifica su campaña para terminar con el trabajo en negro); sino, también, denunciando un “atentado”, sin fundamentos claros y escondiendo otros desperfectos importantes en el servicio, producto de la falta de políticas preventivas e inversiones.
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¿No será que los únicos que atentan contra la continuidad y seguridad del servicio son los responsables de EDEA-Grupo Camuzi?}}