{{Con la representación de delegaciones de todo el país, en el 8º Congreso Nacional Extraordinario de la CTA, que se realizó en coincidencia al 6º Congreso Ordinario, se llamó a una nueva Marcha Federal para abril de 2008 y se reclamó una Paritaria y una Constituyente Social. Los asistentes impulsaron la convocatoria a una Constituyente Social Nacional en la provincia de Jujuy para mediados de agosto y aprobaron la incorporación de la CTA a las confederaciones Sindical Internacional y de las Américas.
502 delegados se dieron cita en el Hotel Bauen, lugar donde se homenajeó a «los testigos de los juicios a genocidas». El secretario general, Hugo Yasky, señaló que el sector «está signado por un compromiso para profundizar la distribución de la riqueza». Señaló también que son necesarias una Paritaria y una Constituyente Social, en contraposición al Pacto Social que impulsa el Gobierno entrante, y subrayó que la gestión de Néstor Kirchner “deja una inmensa deuda interna de 10 millones de pobres”.}}
{{{Los invitados}}}
Junto a los representantes de todo el país que concurrieron al congreso, estuvieron presentes también, en calidad de invitados, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, el intendente de Morón Martín Sabbatella, la senadora por Tierra del Fuego María Rosa Díaz, Eduardo Buzzi, Ulises Forte y Nicolás Bossio de la Federación Agraria Argentina, Raquel Gómez, Patricio Etchegaray y Salvador Caputo, del Partido Comunista, Alejandra Testa, Oscar González, Ariel Basteiro y Mario Mazzitelli, del Partido Socialista, Edgardo Form, en representación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, Humberto Tumini e Isaac Rudnick, de la Agrupación Libres del Sur, Emilio Pérsico, del Movimiento Evita, Edgardo Binstock, Secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Luis D‘Elia, de la Federación Tierra y Vivienda, Abraham Gak, del Plan Fénix, Rubén Basualdo, de la FLACSO y Francisco Delgado, Consejero Político de la Embajada de Cuba.
En representación de otros países, se encontraron presentes también Mikel Noval, miembro del Comité Ejecutivo Responsable de Política Social de ELA (País Vasco), Yves Fortín, Secretario General del Consejo Regional de Québec, de Confederación Nacional de Sindicatos, Celso Woyciechowski, presidente de la CUT, Río Grande do Sul (Brasil), Xesús Ramón González, responsable de Relaciones Internacionales de la Confederación Intersindical Gallega, Pedro José Linares, por las Comisiones Obreras Estatales de España, Laureano Cuerdo, responsable para América Latina de Comisiones Obreras de España, Pedro Parra, representante de la CNT de Paraguay y miembro de la Confederación Latinoamericana de Trabajadores, y Víctor Báez, Secretario General de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores, entre otros.
{{{Conclusiones de las comisiones}}}
En un marco en el que se evaluó el accionar de la Central durante el último año, el conjunto de los trabajadores se manifestó receptivo a las iniciativas tendientes al mejoramiento de los trabajadores representados. A través de los informes elaborados por cada una de las siete comisiones (del Movimiento Político, Social y Cultural; de Derechos Humanos; de Organización Gremial; de Comunicación; de Relaciones Internacionales; del Instituto de Estudios y Formación, y el Informe Administrativo y Financiero) se fortalecieron reclamos que tuvieron en común la necesidad de acelerar la concreción de la Personería Gremial de la CTA.
{{{Declaración de Buenos Aires}}}
{El máximo órgano representativo y resolutivo de la Central de Trabajadores de la Argentina cerró el 8º Congreso Extraordinario Nacional de Delegados con la lectura de la denominada Declaración de Buenos Aires. Ésta discurre sobre los lineamientos fundamentales de la CTA para la etapa. La Declaración Final fue aprobada por el pleno de delegados por aclamación. La Declaración de Buenos Aires afirma textualmente:}
«Somos herederos de una historia de 150 años. En 1868, trabajadores de astilleros de la provincia de Corrientes fueron a la huelga para no contribuir con la masacre del pueblo paraguayo en la Guerra de la Triple Alianza. Conciencia de clase y conciencia nacional marcan a fuego la identidad del movimiento obrero argentino.
Desde nuestros orígenes como clase, la lucha reivindicativa ha estado ligada a la lucha política. Hoy como ayer, la contradicción principal sigue siendo la misma: Liberación o Dependencia.
Ni los grandes monopolios industriales y agropecuarios ni los beneficiarios del saqueo de las privatizaciones fueron tocados en la médula de sus intereses. El modelo productivo depredador de los recursos naturales y la matriz de distribución de la riqueza permanecen intactos.
El crecimiento económico a partir de la salida de la Convertibilidad les ha permitido cosechar rentas extraordinarias. Pero van siempre por más. Si los precios de los alimentos se cotizan en alza en el mercado mundial, ellos presionan para trasladar esos aumentos al mercado interno. Si hay que ceder parte de la rentabilidad en las discusiones paritarias, se resarcen apropiándose, a través de la remarcación de precios, de los aumentos que debieron ceder en la negociación con los gremios.
Es necesario transformar estructuralmente el patrón de distribución de la riqueza impuesto a partir del 76 y profundizado en los 90.Entre el año 1993 y el 2002, la participación de los trabajadores en el reparto de la Renta Nacional cayó del 40% al 25%. Esto significó miseria y retroceso social a niveles antes nunca conocidos, en tanto los factores de poder celebraban la “integración responsable de la Argentina al mercado global”.
La reactivación de las luchas por la recomposición salarial en el contexto de una economía en sostenido crecimiento ha permitido elevar esa participación en una cifra que oscila entre los 6 y los 8 puntos. Sin embargo, los grandes grupos económicos ya pusieron el límite y empiezan a mostrar sus armas que son las de siempre, remarcación, inflación, desabastecimiento, persecución sindical y lock-outs patronales.
Frente a esto el Gobierno empieza a mostrar la inconsistencia de un discurso que se agota en los guiños amistosos y las apelaciones a la responsabilidad del empresariado.
Lo cierto es que profundizar la recuperación de la pérdida de los asalariados en el reparto de la Renta Nacional, con el objetivo de terminar con la indigencia y la existencia de más de 10 millones de compatriotas viviendo debajo de la línea de la pobreza, no será posible sin la adopción de políticas públicas que avancen hacia reformas estructurales que configuren un nuevo modelo económico sustentado en la justicia distributiva y el desarrollo social. Esto significa que hay que dejar de hablar de techos salariales y empezar a discutir los techos de la rentabilidad empresaria.
¿Es factible hacer esto con la condescendencia de aquellos que se benefician de la desigualdad? El capitalismo de rostro humanitario ya sabemos que no existe. Su único rostro, de frente y perfil, muestra lo mismo: interés y máxima ganancia. Para meterse con ese núcleo duro hacen falta dos cosas: un Estado dispuesto a desarrollar a pleno su capacidad de intervención en la economía y un pueblo organizado y movilizado para disputar por un reparto más justo de la riqueza.
En el contexto de la etapa histórica de transformaciones que se viven en nuestra región, cualquier intento de buscar caminos intermedios será de hecho una involución. El mandato que tenemos las organizaciones de trabajadores y los movimientos sociales es luchar para la profundización de los cambios que conduzcan a más justicia social, más democracia y más soberanía nacional.
Para ello hace falta construir articulaciones sociales que amplíen nuestra capacidad de disputa y que, al mismo tiempo, permita ir configurando una nueva correlación de fuerzas que exprese la unidad más amplia posible en torno a un proyecto nacional de liberación. En ese rumbo, la Paritaria Social y la Constituyente Social impulsadas desde nuestra Central, constituyen las distintas secuencias temporales del mismo proceso de acumulación de fuerzas del campo popular para tributar a un proceso de emancipación.
La historia del Movimiento Popular en la Argentina y el papel central de la clase trabajadora a lo largo del mismo nos pone frente a un desafío muy grande. Sin un nuevo sindicalismo integrado con las organizaciones sociales en la pelea por el cambio del modelo distributivo y del modelo productivo, el margen para avanzar se irá angostando y, a la larga, esta oportunidad histórica que hoy se nos presenta puede quedar atrapada en la telaraña de los factores de poder. Esto es lo que le confiere hoy particular importancia a la disputa por la libertad y la democracia sindical y la Personería Gremial que sostenemos desde hace años.
El Gobierno ha mantenido hasta ahora una actitud de injustificable dilación. Reconoció de hecho a la CTA pero más allá de cierta gestualidad, no tuvo la determinación de obrar con justicia y otorgarle la Personería Gremial. Pudo más la presión de los grupos empresarios en connivencia con sectores poderosos de la vieja cúpula sindical. No le alcanzó siquiera el inusual respaldo a la demanda de la CTA, por lo contundente y por lo taxativo, de la última Asamblea Anual de la OIT.
Lo cierto es que relativizar esta cuestión, poniéndola en el plano de una mera interna sindical o invocando supuestos obstáculos jurídicos, es como querer tapar el sol con la mano. Este es el talón de Aquiles de cualquier proyecto de contenido popular que intente desafiar los intereses del capital concentrado. Sin una clase trabajadora liberada de sus ataduras, es imposible siquiera pensar en avanzar con políticas distributivas que toquen intereses vitales del poder económico.
La impunidad y la corruptela del viejo aparato sindical que tanto parece escandalizar a los factores de poder, no sería posible sin la actitud condescendiente del Estado y de los mismos patrones, que son los primeros en afirmar, a través de las empresas periodísticas que ellos mismos manejan, que todo el sindicalismo está podrido.
Mienten, y ellos lo saben mejor que nadie. Hay un movimiento sindical que por lo bajo, a pesar de los aprietes de un lado y del otro, a pesar de las listas negras y de los aberrantes actos de criminalización de la protesta social por parte de los energúmenos de la mano dura, sigue fluyendo, sigue dando batalla y sigue manteniendo la presión por una distribución más justa de la riqueza.
Ese movimiento sindical con autonomía y vocación democrática crece y se proyecta, a pesar de los que intentan negarlo, como perspectiva de futuro encarnado por la CTA . Por el contrario, el único irremediablemente perimido a futuro es el de las cúpulas que ellos apañan.
En tanto, miles de luchadores sociales que son presionados con la carencia del paraguas del garantismo sindical, más otros tantos que son despedidos o penalizados, dan cuenta de una energía que no está dispuesta a dejarse encorsetar a pesar de la legalidad que se nos niega.
El Gobierno que se va deja abierta una deuda que no es sólo con los trabajadores, sino con todos los argentinos que quieren vivir en un país con democracia y con justicia social.
En lo que respecta a nosotros, no vamos a seguir acumulando expedientes legales puesto que ya se dijo todo. La razón y la legitimidad están de nuestra parte. Vamos a ganar la legalidad que le desate las manos definitivamente a los trabajadores movilizados como hasta ahora en las calles de todo el país, luchando por la libertad y la democracia sindical no como un fin en sí mismo, sino como parte de la decisión conciente de asumir como clase trabajadora un papel cada día más preponderante en el camino de la justicia social, la democracia y la autonomía nacional.
Argentina y América Latina protagonizan un tiempo de oportunidad histórica. Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y el ejemplo señero de Cuba demuestran que hay otros caminos, diferentes a los que marca el Imperialismo norteamericano y sus socios cipayos, para alcanzar el bienestar de nuestros pueblos y la emancipación de nuestras naciones.
En consonancia con la historia de luchas y conquistas de la clase trabajadora y convencidos de que es posible articular una nueva experiencia de poder popular para revertir este modelo que beneficia a los grupos dominantes, estamos convocando al conjunto de las fuerzas populares a movilizarnos hacia la Plaza de Mayo el 22 de abril del año que viene para instalar la Paritaria Social y a autoconvocarnos en una Constituyente Social el 2 y 3 de agosto de 2008 en Jujuy para reafirmar la necesidad de un nuevo proyecto de Nación.
Debate y acción, teoría y práctica, unidad y organización, solidaridad y participación. He allí algunas de las claves que van configurando la estrategia de poder necesaria para volver a ser libres, dignos y felices en nuestra propia Patria”.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 5 de Diciembre de 2007
Resoluciones especiales
– Repudiar la represión contra los trabajadores del casino flotante de Puerto Madero ocurrida el martes 4 de diciembre en horas de la noche.
– El ataque perpetrado contra el compañero Walter Moyano, delegado del personal de prensa de “La Voz del Interior” del Grupo Clarín.
– Solidaridad con los compañeros trabajadores del Indec y defensa de la transparencia de las estadísticas públicas.
– Repudiar y denunciar a la cadena de supermercado Wal Mart por sus prácticas antisindicales y de maltrato y humillación a los trabajadores.
– Solidaridad con la pueblada de Corral de Bustos.
– Respaldar y fortalecer el Área Malvinas conformada en el ámbito de la Secretaria de Relaciones Internacionales de la CTA.
-Ratificar la participación de la CTA en los actos conmemorativos por el aniversario del comandante Ernesto “Che” Guevara.
– Adherir a los actos por el 31 aniversario de la masacre de Margarita Belén en el Chaco.
– Denunciar y repudiar el fallo en primera instancia del Tribunal Laboral Nº 9 que avaló el despido antisindical del compañero trabajador Guillermo Acedo en favor de la empresa multinacional IBM.
– Repudiar al gobernador de la provincia de Entre Ríos, Jorge Busti, por las modificaciones en el régimen jurídico básico en detrimento de los compañeros trabajadores del estado provincial.
-Repudio a la cesantía de los compañeros del Banco Nación por luchar por los derechos del trabajador bancario.
-Denunciar los despidos de los trabajadores del frigorífico Tres Arroyos en la ciudad de Concepción del Uruguay.
-Exigir la reincorporación de los delegados de la CICOP del Hospital de Pilar.
-Apoyar la lucha de los trabajadores fileteros del puerto de Mar del Plata.
-Reforzar la campaña “Volvé al Reparto” que vence el 31 del diciembre.
– Denunciar al juez Cortelezzi por su colaboración con la última dictadura militar.
-Denunciar por práctica desleal y violación al derecho a huelga a la Secretaria de Salud Provincial de Chubut por las sanciones disciplinarias a los compañeros que desarrollaron un paro.
– Brindar apoyo real a la asamblea ambientalistas de Corrientes por su lucha contra el saqueo de los recursos naturales.
– Solidaridad con los trabajadores municipales del Chaco que vienen luchando para terminar con la impunidad en esa ciudad provincial.
– Solidaridad con los compañeros trabajadores de la industria del maíz por su lucha por aumento salarial que viene realizando junto al Sindicato de Obreros y Empleados de la refinería del maíz.
– Apoyo a la marcha de los trabajadores de Brasil que se movilizaron en la ciudad de Brasilia.