Hoy, más que nunca, es preciso denunciar y combatir la pretensión de los grupos identificados con el Terrorismo de Estado de naturalizar un acontecimiento que repugna la conciencia democrática y significa una bofetada para el conjunto de la sociedad argentina.
Los Juicios por la Verdad contra los genocidas, tanto para los autores intelectuales como materiales del Terrorismo de Estado, tienen que continuar en un marco que garantice los derechos de los testigos y denunciantes. El repudio de intentos de acallar a los testigos debe ser una manifestación de todo el pueblo argentino.
{{{¿Quién debe cuidar a los trabajadores?}}}
Mientras tanto, es llegado el momento de sacar conclusiones acertadas de esta dura experiencia: no podemos seguir condenando a nuestros compañeros a ser “cuidados” por las llamadas “fuerzas del orden” del sistema explotador capitalista. Desde el fondo de nuestra historia de clase, el movimiento obrero mundial nos recuerda que esa es una indelegable tarea de los propios trabajadores.
Es ejemplar, al respecto, lo que dio en llamarse “la Conspiración de los iguales”, espectacular juego de solidaridades entre diversos gremios, que permitió trasladar a Agustín Tosco por el país -en plena ilegalidad- protegiéndolo de la obstinada persecución policial cordobesa.
(Ocho de Octubre Nº 208, pág.15.)