Hace pocos días, compañeros integrantes de la Comisión Directiva de nuestro sindicato y compañeros de la Central “9 de Julio” se reunieron para festejar, junto a Rubén Reyna, el paso de este último a su nueva condición de jubilado.
Entre asado y guitarreada, la reunión testimonió la consideración que Rubén supo ganar entre sus compañeros, y al mismo tiempo, simbolizó el inicio a una etapa diferente que lo encuentra física y espiritualmente entero para encarar, seguramente, nuevas instancias de militancia gremial y en el ámbito de la cultura.
Rubén siempre fue un hombre de la Central “9 de Julio”, y tiene un particular y profundo sentido de pertenencia, tanto hacia su ámbito de trabajo como a su gremio.
Le gusta presentarse como el hijo del “zurdo” Reyna, y de esta relación fuerte que tuvo con su padre, viene el conocimiento y la vinculación que mantiene con la generación de compañeros (hoy jubilados) que protagonizaron los históricos conflictos de la década del sesenta y la adhesión permanente al pensamiento y obra de Agustín Tosco.
Compañero “observador detallista” de las actitudes y hábitos de las personas, tiene la habilidad de reconocer perfiles de conducta, que más de una vez llevó a la poesía, utilizada con habilidad y picardía en la lucha militante.
Compartí diez años de trabajo junto a Rubén, tanto en “la Central”, donde el oficio de químicos nos dio oportunidad de construir una amistad, que se fortaleció en los conflictos de la época privatizadora de los 90; y también en “el Gremio” que nos permitió compartir espacios físicos y políticos. Aprendimos juntos en la difícil etapa de las cesantías masivas, la salida de la FATLYF, y la construcción de las articulaciones sociales y políticas que requería el Gremio en ese momento.
La nueva vida de jubilado, seguramente requiere de un acostumbramiento y de la definición de proyectos y objetivos para esa nueva etapa de la vida.
Pero, más allá de cómo imagine el compañero sus días por venir, estoy seguro que la militancia lucifuercista, ocupará un lugar importante para él.
Y para influir un poco en esas decisiones….. sabés que en Luz y Fuerza los compañeros no se jubilan.
“Hoy quiero cantar para mis compañeros.”