{{Con este nombre se conocieron las jornadas de lucha llevadas a cabo en mayo de 1969 en la ciudad de Córdoba, donde la clase obrera organizada junto al estudiantado y otras organizaciones sociales, se alzaron en protesta contra un gobierno de facto y su política de liberalismo económico. Para una mejor comprensión de estos hechos debemos analizarlos mencionando los acontecimientos que le precedieron.}}
A partir del golpe de Estado que encabezó el general Juan Carlos Onganía en junio de 1966 y después de una aparente pasividad, en 1968 se lleva adelante una huelga organizada por los trabajadores petroleros. La situación social se ve tensada cuando a principios de 1969 se produce la derogación del llamado “sábado inglés”, medida que trae aparejada manifestaciones de protesta de trabajadores y estudiantes en las ciudades de Corrientes, Rosario y Córdoba.
Durante la jornada del 14 de mayo, en horas de la tar- de, los trabajadores de IKARENAULT de la ciudad de Córdoba abandonaron masivamente el trabajo para trasladarse al local de un club de la ciudad para convocar en asamblea al gremio de SMATA, que se llevó a cabo a pesar de los piquetes policiales que pretendieron impedir la concurrencia de los trabajadores. El secretario general del gremio, Elpidio Torres, pidió a los trabajadores resistir el decreto y en su discurso atacó a la política económica del ministro Krieger Vasena, arengando a los presentes a empujar al gobierno a realizar LA AUTÉNTICA REVOLUCIÓN NACIONAL; por el contrario los trabajadores decidieron dar pelea al gobierno en su conjunto. A la finalización de la asamblea con los ánimos caldeados, se produjo un enfrentamiento con la policía donde hubo varios trabajadores heridos y 20 compañeros fueron detenidos. Esto fue poco menos que arrojar nafta sobre un fuego encendido: se produjo el repudio de todos los sectores populares y Elpidio Torres se vio forzado a convocar a un paro general por 48 horas. Hay que destacar que ese mismo día, en la ciudad de Corrientes, la represión policial contra una marcha estudiantil produce la muerte del estudiante Juan José Cabral, lo cual genera una oleada nacional de lucha del estudiantado contra las fuerzas de represión del gobierno militar. Durante el día 16 de mayo se lleva adelante en Córdoba un paro general convocado por las dos CGT (la de la calle Azopardo y la del Paseo Colón). El éxito total de la jornada lleva a los principales dirigentes a convocar un paro nacional para el día 30 de mayo. Un sector de la comunidad que se encolumnaba detrás de un grupo de religiosos conocidos como Sacerdotes Post-Conciliares organizaron una misa por los estudiantes asesinados en Corrientes y Rosario para el día 19 de mayo. A la finalización, nuevamente se produjo represión por las fuerzas policiales, lo cual terminó en un enfrentamiento violento. Durante el congreso de la Unión Obrera Metalúrgica, que sesionaba en aquellos días en la ciudad de Mar del Plata, el dirigente Augusto Timoteo Vandor en su discurso ataca claramente la política económica liberal del ministro Krieger Vasena, pero bien se cuida de hacer algún ataque al resto del gobierno militar.
El día 22 de mayo el gobierno decreta “Zona de Emergencia” en la ciudad de Rosario y los colaboracionistas aliados también salen a hacer lo suyo. En Córdoba, el arzobispo Primatesta hace un llamado a la población para mantener la paz y la concordia, mientras las cámaras patronales preparan una solicitada que publican el día 23 de mayo en forma simultánea en Córdoba y Buenos Aires, exigiendo al Gobierno Nacional que adopte medidas severas para proteger la propiedad privada. También salía a hacer declaraciones el vocero del General Perón, Jorge Daniel Paladino, el que planteaba que Onganía debía desprenderse del Equipo Económico liberal y avanzar hacia “la auténtica Revolución Nacional” (posición concordante con las esgrimidas por los dirigentes Torres y Vandor).
Durante el transcurso de la tarde del 23 de mayo, los estudiantes reunidos frente a la sede de la CGT de los Argentinos son duramente reprimidos por las fuerzas policiales, los estudiantes se repliegan y se refugian en el Barrio Clínicas, donde forman barricadas y enfrentan a la policía arrojando palos y piedras, se hacen fuertes y dominan 20 manzanas del lugar; durante la noche cortan la luz y hostigan a las fuerzas de represión con piedras y bombas “molotov” (por supuesto que cuentan con la colaboración de los vecinos que les proveen los elementos para resistir).
El día 26 de mayo, en una reunión de Secretarios Generales, el compañero Agustín Tosco propone que previo al Paro Nacional convocado para el 30 de mayo, los trabajadores cordobeses realicen un paro activo el día 29 con abandono de las tareas a las 11 horas para marchar en movilización al centro de la ciudad.
El día 28, en declaraciones a la prensa, el gobernador de Córdoba, Carlos Caballero (después de reunirse con el general Onganía) aseguró que se mantendría la seguridad y combatiría la violencia “a cualquier costo”. La policía anunció que usaría sus armas de fuego. EL jefe del III Cuerpo de Ejército, general Sánchez Lahoz, arengó a las tropas para prepararlas para una eventual intervención contra el pueblo.
El día 29 de mayo, desde muy temprano, las fuerzas de represión se desplazaron por la ciudad con el firme propósito de evitar que los trabajadores llegaran al centro de la misma.
A las 11 de la mañana comienza el paro programado. Se movilizan dos columnas, una integrada por los trabajadores de IKA-Renault, una segunda compuesta por los trabajadores de Luz y Fuerza a las que se suma una tercera, integrada por estudiantes y vecinos de la ciudad, que se van sumando a medida que avanzan para concentrar en el centro de la ciudad, llegando a sumar un número superior a los 40.000, según versión policial. A las 12 horas, el combate ya se había desatado en el centro, los manifestantes se habían dividido en numerosos grupos y con una violencia desatada cargaron contra una policía que fue incapaz de contenerlos, por lo que se vio obligada a replegarse, comenzando a disparar sus armas a mansalva y en las cercanías de la terminal asesinan al compañero Máximo Mena trabajador de la planta Santa Isabel de la IKA. Los trabajadores toman 50 manzanas del centro comenzando a incendiar los locales de las empresas multinacionales y de los grandes capitalistas nacionales, se queman locales de la empresa de capital norteamericano Xerox y las confiterías que frecuentan los oligarcas cordobeses. En el barrio Güemes, un barrio pobre, los vecinos asaltan el casino de sub oficiales (que se caracterizaba por las orgías y comilonas) y lo prenden fuego.
Al anochecer, el ejército se moviliza con sus vehículos e ingresa a la ciudad donde tropieza con un importante número de barricadas y un nutrido grupo de vecinos que los insulta a su paso. La noche del día 30 todavía continúa la resistencia popular en el Barrio de Clínicas donde muchos estudiantes con hondas y bombas incendiarias siguen dando batalla; a las 22 horas el Ejército termina su ocupación, a la madrugada el Consejo de Guerra dicta su primera condena, tres años de prisión contra Humberto Varela, Agustín Tosco y Elpidio Torres, que fueron detenidos en las sedes de sus gremios. Las cifras oficiales arrojaron 14 muertos (la prensa extranjera declaraba 50) y mas de 500 detenidos, aunque los datos reales nunca se conocieron porque fueron considerados “secreto de Estado”. Durante el día 30 de mayo, en el resto del país se llevó adelante el paro nacional programado, con un alto acatamiento, pero con la deserción de Rogelio Coria y su gremio, la UOCRA. Las jornadas de lucha llevadas a cabo en Córdoba, socavaron las bases de un gobierno de facto con su política económica liberal y a inflamar la hoguera de las contiendas populares que se sucedieron con posterioridad. Lejos de considerarlas una derrota, debemos analizarlas como el triunfo de la unidad de la clase trabajadora organizada, con el estudiantado, organizaciones y vecinos de la ciudad que se alzaron contra el hambre y la explotación impuesta por el monopolio extranjero y la complicidad de un gobierno de facto.
{{{Conclusiones}}}.
Debemos sentirnos orgullosos de un gremio como el de Luz y Fuerza donde sus hombres tuvieron activa participación en la contienda popular contra los grupos de poder, donde su Secretario General, el compañero Agustín Tosco fue el estratega capaz de amalgamar las distintas corrientes sociales que integraban la sociedad cordobesa e integrarlas a la causa de la clase trabajadora y hacerla una Causa Nacional con la contundente consigna: “Lucha contra el hambre y la explotación impuesta por el monopolio extranjero.”
Nuestro emocionado reconocimiento para aquellos compañeros que integraban la Comisión Directiva de nuestro Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata de aquellos años, como así también delegados y militantes que colaboraron con los compañeros de Córdoba de distinta manera para fortalecerlos en la lucha y poniendo de manifiesto la solidaridad y conciencia de clase, de la mayoría de los integrantes de los hombres y mujeres de nuestro gremio.
Por {{Rubén Reyna}}
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{{BIBLIOGRAFÍA}}
“Las grandes Huelgas” Carlos M Echagüe. Centro Editor de América Latina.(1971).
“Tosco. Grito de Piedra”. Investigación grupo “Ladrones de gallinas”, Ciudad de Córdoba. (1999).
“CGT de los Argentinos.” Edición de la Federación Gráfica Bonaerense. (2001).