La frase completa decía: {{«El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza.»}}
{{{16 de Septiembre.
33º aniversario de “La noche de los lápices”.}}}
A 33 años de aquellos acontecimientos, uno de los máximos responsables del Pozo de Banfield, el comisario mayor de la Policía bonaerense Juan Miguel Wolk, fue descubierto el año pasado como residente permanente de Mar del Plata tras una investigación realizada por Marta Ungaro, hermana de uno de los secuestrados en La Noche de los Lápices, después de varios años de haberse falseado su muerte. En realidad vivía escondido en la periferia del barrio Punta Mogotes.
Wolk, que hace más de tres décadas trabajaba de genocida, cobra todos los meses una jubilación de comisario mayor, en la casa central del Banco Provincia de Mar del Plata.
En diálogo forzado con el periodista Roberto Garrone para el periódico digital «Miradas al Sur», Wolk se niega a hablar con la prensa porque, afirma, «no quiero reverdecer hechos lamentables».
Desde la «Ocho de Octubre» nos preguntamos: ¿hay algo más lamentable para la dignidad humana que la impunidad de un genocida?…
{{{17 de Septiembre.
3er. aniversario del secuestro de Julio López.}}}
La periodista Adriana Meyer, que desde hace años sigue la llamada «pista parapolicial», se preguntaba a los nueve meses del secuestro: «¿alguien busca a López?».
Nos sumamos a la pregunta que se hacen numerosas organizacio-nes a lo largo del país, e insistimos en la necesidad de romper la quietud del aparato estatal al respecto y en el reclamo de ¡APARICIÓN CON VIDA YA!
(Ya que hablamos de Juan Wolk: su último destino fue la Departa-mental de Pehuajó, donde trabajó como médico policial toda su vida el doctor Falcone, en cuyo auto un testigo aseguró que secuestraron a Julio López…)
{{{36º aniversario de un 11 de Septiembre en Chile…}}}
Desde el derrumbe de las Torres Gemelas, el imperio yanqui ha tratado de ensombrecer o anular el recuerdo de este golpe sangriento cuya sola mención es una pesada acusación que se reitera cada año a nivel mundial en su contra.
A la luz de la experiencia chilena y de todos los países de América Latina arrasados por el Plan Cóndor entre ellos, el nuestro- queda claro que el monopolio sólo triunfa cuando elimina la libertad en todos los planos de la vida de los pueblos, abortando sus procesos de unidad.
Viene a cuento, al respecto, la afirmación de José Martí: «Los malos no triunfan sino donde los buenos son indiferentes. Los malos sólo se abren camino por entre las divisiones de los buenos.»