Buenos Aires, 10 de marzo de 2010.
{{L}}as colas en las estaciones de servicio, el aumento de naftas y la noticia sobre la próxima importación de cincuenta millones de litros de nafta super, por parte de la YPF privatizada; constituyen parte de un escenario, donde ni las productoras de petróleo, ni las refinadoras logran coincidir sobre los motivos del mismo.
YPF denunció que su decisión de importar fue impulsada porque Shell, Esso y Petrobras bajaron la producción, el procesamiento de crudo y la distribución de combustible”.
Los informes publicados en el día de hoy indicarían que esto no es cierto; aunque por otro lado también demostrarían que no hay desabastecimiento. ¿Como se explican, entonces las colas en las estaciones de servicio y el anuncio de importación de YPF?.
{{L}}a falta de explicación y las contradicciones por parte las empresas que controlan toda la industria de los combustibles en Argentina, obedece a la decisión de seguir negando el fracaso del modelo privatizador de los recursos naturales y los servicios públicos. Este modelo que ha generado enormes ganancias, en forma de renta energética para las empresas y ha impulsado la exportación de más de 150.000 mil millones de dólares desde 1990, que no volvieron al país; ha generado una crisis de escasez de energía que ya provocó la importación de gas natural, electricidad, fuel oil y ahora YPF privatizada, anuncia la de naftas. A esto deben sumarse los apagones y tarifazos. Hoy en la Argentina, las petroleras ganan, solo en el mercado interno 7 dólares por cada dólar invertido.
En este marco, jugaron y juegan un rol definitivo los decretos desreguladores 1055, 1212 y 1589 de 1990 que habilitaron la libre disponibilidad de petróleo y gas, la libertad de precios internos y la libre disponibilidad de las divisas obtenidas por las exportaciones. Estos decretos nefastos, hoy todavía vigentes, a pesar de las denuncias realizadas fundamentalmente por el Movimiento Moreno y por esta misma Federación, fueron acompañados y reforzados por las llamadas leyes Corta y Larga, impulsadas y aprobadas por el gobierno de Néstor Kirchner, que provincializaron los recursos nacionales y eximieron de impuestos a las petroleras para que generen nuevas reservas petroleras y se evite esto que hoy sucede: la escasez.
{{L}}a Argentina está agotando aceleradamente sus reservas petroleras. Desde 1990, se ha alentado la exportación de petróleo y gas, para beneficiar el interés rentístico de las empresas privadas. Las empresas solo extrajeron los hidrocarburos descubiertos por YPF, cuando estaba en manos del pueblo argentino y formaba parte de una política de autoabastecimiento y desarrollo de infraestructura básica y de la industria nacional.
Las privatizaciones le negaron al Estado y al Pueblo Argentino, el control de sus recursos y la formulación de políticas que produjeran empleo y riqueza dentro de nuestro territorio.
El modelo privatizador convirtió a la Argentina en un país incapaz de planificar su propio desarrollo, con la secuela del sufrimiento que constituye la pobreza, la desocupación y el atraso.
{{L}}a salida no es la importación, ni el tarifazo, menos aún las restricciones que llevan a los apagones.
La salida es la recuperación soberana de nuestros recursos y empresas.
La eliminación de los decretos desreguladores. La sanción por incumplimiento de obligaciones a las empresas que agotaron nuestras reservas. La inmediata puesta en vigencia de controles y fiscalización en los pozos de petróleo y gas, donde las empresas privadas extraen recursos no renovables y no hay un solo control estatal; todo se declara mediante planillas de declaración jurada; a partir de las cuales se calculan los impuestos.
La salida tiene que ver con la inmediata intervención del Congreso Nacional, desmantelando el andamiaje jurídico creado para facilitar el saqueo de nuestros recursos y construir una política energética soberana en manos del Estado y del Pueblo Argentinos.