Se reunió el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en donde el Ministerio de Trabajo de la Nación, entidades empresariales y organizaciones sindicales, debaten en torno al monto mínimo que debería obtener cualquier persona por su trabajo. Sin embargo, la CTA que conduce Pablo Micheli no fue convocada, aunque sí participó el sector que responde a Hugo Yasky. Al respecto, el Secretario General Adjunto de la central, José Rigane, sostuvo que “el Gobierno sigue entrometiéndose en el movimiento obrero, y en particular en la CTA”. A pesar de que la central que conduce Micheli ganó por 11.500 votos en 14 provincias, y sólo quedan tres en donde deben realizarse elecciones, el Gobierno no reconoce a esta conducción.
El Salario Mínimo Vital y Móvil incide sobre un millón de trabajadores. Los que trabajan en negro, tercerizados o precarizados no les corresponde, al igual que los trabajadores estatales. Los que están convencionalizados ya tienen pactados sus salarios, que superan el Salario Mínimo Vital y Móvil. Únicamente incide para el grupo de trabajadores que están por la Ley de Contrato de Trabajo, que no tienen convenios colectivos y están en blanco y que esto es lo mínimo que les podrían pagar.
A pesar de que incide sobre una parte pequeña de los trabajadores, para Rigane establecer el monto del SMVM es importante, pero “lo lógico sería que se acordara antes de comenzar las paritarias” y no después, como ocurre ahora. “Para que todo el movimiento obrero tuviera la pauta mínima, básica y elemental para no pactar menos de esa cifra”, cuestionó.
A pesar de no participar de la mesa de negociación, Rigane consideró que es muy difícil de establecer cuánto es el monto del SMVM porque “no se calcula más la canasta básica de consumo que tiene una familia tipo”. Esto dejó de hacerse en 1997 y no es otra cosa que el salario necesario para hacer frente a las necesidades de alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión. “Todo lo que hoy se presume como cifra, es una cifra que no deja de ser arbitraria”, afirmó el Secretario General Adjunto.
Sin embargo, desde la central sacaron sus propios cálculos y llegaron a la
conclusión de que el Salario Mínimo Vital y Móvil debería ser de $ 2.700. Según Rigane, “a pesar de estar reclamando una cifra que no significa más que $ 90 por día, existe una patronal que no está dispuesta a reconocer ni siquiera este importe de $ 2.700. Una patronal que concentra, centraliza y acapara la riqueza que crean los trabajadores”.
Además, desde la CTA consideran que el Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo Vital y Móvil debe cumplir con otras funciones como: el salario familiar, la no contribución por la cuarta categoría, porque esto significa que se le cobra impuestos a los trabajadores por lo que ganan, ya que “el salario no es una renta ni una especulación financiera”. Rigane también reclamó por un Consejo que se ocupe de la productividad, por ser ésta una de sus funciones principales.