(Reportaje realizado a José Rigane* el lunes 29 de agosto de 2016, por los periodistas Aldo Del Cul, Gastón Triszczuk y Daniel Coluccio, de FM Brisas – Mar del Plata.)
Aldo Del Cul: José Rigane, buenos días.
José Rigane: ¿Qué tal? Buen día, Aldo. Un gusto.
ADC: Bueno, decíamos que en las últimas horas, dando algunas charlas en Mar del Plata, en la región, hablabas de que se debe hacer un debate muy importante sobre tarifazos y la crisis energética en la República Argentina. Y, fundamentalmente, ¿se deben enfrentar los tarifazos? ¿Se tiene que discutir el modelo energético, José?
JR: Bueno, para nosotros el tema de los tarifazos ha sido una consecuencia, lo mismo que toda la crisis energética que hemos vivido todos estos años es consecuencia de un modelo energético que se instaló en la década del ’90, que tiene vigencia, que ningún gobierno, hasta aquí, ha tratado de modificar y de cambiar, sino todo lo contrario. Lo que hacen es profundizarlo. Y este modelo, que tiene como objetivo principal la venta de energía como una mercancía simplemente y con el objetivo de que juegue el mercado para tener la mayor ganancia posible, en el menor tiempo posible, hace que terminemos en este tipo de situaciones, que son inmanejables. Porque detrás de todo están, obviamente, los recursos que requieren los grupos multinacionales, fundamentalmente extranjeros, para obtener de esa venta, de un patrimonio que no les pertenece, pero que, por concesión, puede disponer a gusto.
En nuestra modesta opinión, esta situación ha generado no sólo el problema de un tarifazo sino también que no se nos esté diciendo toda la verdad, que no se discuta profundamente sobre esta problemática y que los argentinos, por desconocimiento, no tengamos claro la importancia de lo que significa manejar este recurso estratégico, como la energía, con la importancia que tiene, tratarla como lo que es: un bien social, un derecho humano al que hay que acceder para poder tener una vida digna. Y, de esta manera, lo que se discute es si se paga, si se paga bien, si es el precio real o no es el precio real. Nadie trata de decir ni de explicitar que esto nace -y nace mal- desde el momento en que se está subsidiando a las petroleras, no desde ahora, desde antes; en el precio original del barril de petróleo, cuando se extrae, y en boca de pozo el gas cuando se paga… 2, 3, 4 veces más de lo que realmente tiene como costo productivo un millón de BTU, que es la medida inglesa, y que equivale a 27 metros cúbicos de gas.
Gastón Triszczuk: Rigane, en principio, se presentó, de la noche a la mañana, un nuevo reajuste de tarifas que alcanzaba el 2.000% diciendo que esto era prácticamente cuestión de 24 horas, no daba para más la situación del país a nivel energético, estábamos colapsados y que se tenía que aumentar de ese modo. Pasaron ya 7-8 meses desde que eso pasó. Evidentemente no colapsó nada, no solamente eso, sino que la mala implementación llevó a que las empresas no facturen, a que se dé marcha atrás del 2.000, del 500 y del 400% y ahora, el gobierno está planteándose poner sobre la mesa, en la audiencia pública del día 16, un incremento del 300% a actualizarse cada seis meses y así llegar la tasa de subsidio, que en principio es de un 25%, a tasa cero, pero en un período de un gobierno completo, del total de cuatro años. O sea, o lo implementaron mal, o se tiraron a la pileta para meter un tarifazo, o… ¿Cómo lo ven ustedes?
JR: No, realmente, fue una decisión política del gobierno en función de los intereses que intenta defender. Yo en esto quiero ser absolutamente claro, porque para nosotros, disculpe la terminología, pero ha habido mucho «chamuyo» de parte de los gobiernos. Y quiero decir esto así porque… a ver: el problema de la política de subsidios… Subsidios siempre tiene que haber, porque estamos hablando de un bien social y estamos hablando de la energía.
La energía no es un producto que uno fabrica, ni que tampoco siembra. Está en el subsuelo, es finito y, por lo tanto, hay que cuidarlo. Pero, además, no es una mercancía, porque si yo voy a comprar a la góndola un paquete de fideos y no me alcanza el dinero para comprar la marca que quiero o la que me gusta, termino comprando quizás otro alimento y resuelvo el problema que tengo, pero la energía no la puedo sustituir, no sólo porque no puedo elegir, es monopólica, sino que además, si no la tengo, obviamente, no la puedo cambiar por otro producto. Entonces, esto es elemental, esencial para entender la otra cuestión.
Se está pagando lo que no corresponde y ahí hay un subsidio enorme, para las empresas petroleras y gasíferas, de miles de millones de dólares, en el nacimiento de la extracción de esa energía.
El barril de petróleo tiene un costo, en Argentina, de 12-14 dólares para extraerlo… YPF ha reconocido ante la Bolsa de Valores de Nueva York… (ahí no se miente y sobre todo a las grandes empresas, porque tienen penalidades muy severas y de eso saben mucho Shell, Chevron, por ejemplo)… YPF declaró 18 dólares por barril de petróleo en su conjunto, que, obviamente, viene no sólo con petróleo crudo sino que viene con otros productos que después se separan en la destilería. Pero el barril está entre 12 y 14 dólares, puro. Lo estamos pagando 77-78 dólares en Argentina y en el mercado internacional vale 45. Entonces, hay un tremendo subsidio que nace en este momento y que luego termina llegando al precio final, indefectiblemente. El gas, en boca de pozo, para extraer un millón de BTU que son los 27 metros cúbicos, sale un dólar con 9, en Canadá 2 dólares, en Estados Unidos 2 dólares con 6. ¡Argentina paga 5 dólares el millón de BTU en boca de pozo y 7 dólares con 50!.. Entonces, si después discutimos si el aumento es el 200, el 300%… en realidad, lo que estamos haciendo es cómo le pagamos ese subsidio a las empresas, a partir de un precio que no contempla el costo de producción. Entonces, por eso hablamos de «chamuyo», de que se siente y de que no se discute a fondo una problemática, que la única manera de resolver es cambiar este modelo energético. Necesitamos una empresa de carácter nacional, federal, integrada, que defienda nuestros intereses y que, además, esté representada por los sectores sociales que componemos los argentinos. O sea, aquellos que defienden los intereses de los usuarios, el medioambiente, los trabajadores, un Estado fuerte. Pero no esto que tenemos ahora, porque esto nos va a seguir llevando por el mismo camino, más rentabilidad y vamos a perder nuestra riqueza, como ya venimos de una reserva comprobada, para 35 años, de gas natural. Nos quedamos sin gas natural porque se sacó todo fronteras afuera, en perjuicio de los argentinos. Y lo mismo sucede con el petróleo.
GT: Rigane, usted habla de «chamuyo», habla de empresas que, evidentemente, no sólo se enriquecieron a través de la política de subsidios sino que hoy no quieten abrir sus libros para mostrar sus movimientos económicos y que, además, ponen en jaque a miles de trabajadores en todo el país, diciendo que no pueden afrontar salarios por este problema de facturación que se generó en los últimos meses. Yo…
JR: Bueno, eso es otra mentira. Lo que hacen es extorsionar e, inclusive, bajando pozos de la perforación y de la exploración, precisamente, para extorsionar, para obtener mayor beneficio.
GT: ¿Usted cree que es momento de poner sobre la mesa para debatir la posibilidad o la necesidad que tenemos en Argentina de estatizar estas empresas? ¿O no es viable?
JR: ¡Pero absolutamente!… Hay que discutir este tipo de cosas porque Europa, que siempre se lo toma como ejemplo de desarrollo y, sobre todo, aquellos países que están en el denominado «primer mundo», hoy discuten la «pobreza energética». Porque acá se habla con mucha facilidad “vamos rumbo a la pobreza cero”… Es imposible… esto no es que lo decimos nosotros, esto está determinado por los organismos internacionales, por la ONU, etcétera… Es imposible llegar a pobreza cero si no hay acceso a la energía. Es más, la energía eléctrica es determinante en la longevidad de cualquier ser humano. Con energía eléctrica tiene un nivel de años determinado de vida y, sin energía eléctrica, es imposible llegar a esa longevidad. Esto le ocurre a los africanos, que tienen energía pero no pueden acceder a ella. La «pobreza energética» se ha incorporado como un elemento vital porque Europa, a pesar de ese desarrollo, tiene millones de habitantes en esa situación; porque ya no sólo se entra a calificar poder acceder a la energía en cuanto al precio sino, también, cuánto incide el valor del servicio público en lo que gana un trabajador: no puede superar un determinado porcentaje de ese dinero que ingresa a la familia… Y, por otro lado, se consideran otros aspectos, el tipo de vivienda, si es una vivienda que reúne las condiciones para resguardarse del calor y del frío, y así de seguido…
Bueno, algo que está muy lejos de nuestras posibilidades. Estamos muy distantes de esta situación. Y, entonces, tenemos el agravante de que nosotros estamos imposibilitados de acceder, franjas importantes de argentinos, porque no pueden pagar estos servicios, que no son públicos, porque si fuesen públicos, el Estado establecería un precio accesible para todo el mundo. No estamos planteando que tenga que ser gratis, sino que puedan acceder, porque de eso depende la vida.
Daniel Coluccio: Rigane, usted sabe que respeto mucho su opinión porque me parece que habla con propiedad, a diferencia de otros sindicalistas. Conoce muy bien el tema. La realidad es que hoy en Argentina, en tanto y en cuanto no tengamos autoabastecimiento, vamos a tener que salir al mercado internacional.
Hace diez días atrás, Chile hizo una licitación energética para fijar el valor del costo del megavatio. Hubo 83 empresas oferentes, entre las cuales estaban chilenas y muchas del exterior. La realidad es que ganó la licitación una empresa española.
Se pagó, por un megavatio, 715 pesos, es decir, 47,6 dólares, es el precio más bajo que pudieron tener. Nosotros, en Argentina, en la página de CAMESA lo estamos pagando 120 pesos. Entonces, yo entiendo que usted dice “mire, esto es un bien común, es un bien social” pero nosotros hoy no tenemos autoabastecimiento, lo tenemos que salir a comprar a un mercado internacional y a nosotros nos va a costar, como mínimo, 715 pesos, lo mismo que le costó a Chile…
JR: No podemos conducirnos igual entre Argentina y Chile. Primero, porque Chile no tiene gas natural, no posee… por eso hubo diez gasoductos que se llevaron el gas desde Argentina hacia Chile y después Chile lo compró a 2 dólares con 50 y lo exportó a Estados Unidos y Canadá a 10 dólares el millón de BTU. Eso, década del 90.
Por otro lado, es cierto que si nosotros importamos energía tenemos que pagar un valor diferente. Pero, mire, se ha defendido el valor de la energía en términos internacionales. Es más, antes estábamos pagando la importación del millón de BTU de Bolivia en 12 o 13 dólares y el importado, que venía congelado, se llegó a pagar 18 dólares en algún momento. Hoy ese gas importado de Bolivia está 3,20 en boca de pozo… que acá estamos pagando la producción 5 dólares y 7 dólares y medio.
El problema es que está distorsionado el mercado en Argentina. Porque no somos nosotros los que decidimos, Coluccio, no somos los argentinos los que tomamos la decisión respecto de qué hacer y cómo hacerlo. Entonces, estamos pagando en función de intereses que no son los propios. Es el abastecimiento genuino del mercado interno nuestro, luego analizamos, de acuerdo a nuestras reservas comprobadas, si estamos en condiciones de exportar o no. Entonces, nos quedamos sin abastecimiento propio porque se sacó toda esa reserva fuera de la frontera del país, pero no para beneficio de los argentinos…
Usted sabe que si… ¿Sabe cuántos barriles de petróleo dicen los entendidos técnicos y los estudios que hubo en el Senado la semana pasada?..: 6 mil millones de barriles de petróleo, desde la década del 90 hasta ahora. Y 6 mil millones, en los mismos términos, de gas. Son 12 mil millones. Solamente considerando que el barril de petróleo estuvo en 3 dólares, 6 dólares, después llegó a 20, después a 100 dólares… Pero supongamos que fuera nada más que 20 dólares, promedio, desde aquel momento hasta ahora: ¡estamos hablando de 240 mil, 270 mil millones de dólares que se llevaron de la Argentina!…
Entonces, yo creo que de lo que se trata es que ninguna empresa tiene que trabajar a pérdida, eso está claro para nosotros. Y quiero decirle algo: en la industria petrolera y en la industria eléctrica no hay pérdida, porque se trabaja a demanda, no se produce en función de ver si después se coloca en el mercado. Se trabaja a demanda, sobre todo, la eléctrica. Por lo tanto, no deberíamos tener esa situación.
El problema es que hemos entregado nuestra riqueza y la seguimos entregando y se la siguen llevando fronteras afuera. Y eso es lo que tenemos que terminar. Y luego establecer un mercado que nos permita, en primer lugar, pagar lo que corresponde y establecer una política de subsidios para aquellos a quienes les resulte imposible poder acceder por su situación económica o social. Creo que no estamos haciendo un planteo de que no se extraiga, que tenemos que tener enterrada la energía, si la tenemos, sino que exista con el criterio de que es vital para la vida, para todos los seres humanos, y que no la podemos, hoy por hoy, reemplazar por otra.
DC: Rigane, usted sabe que el presidente de la Nación anunció este fin de semana, o esbozó, al menos, la idea de juntar sindicalistas, productores, oposición, inclusive, para definir la política energética. ¿Son invitados ustedes?
JR: No, lamentablemente, no. Nosotros no hemos sido invitados. Se invita a las organizaciones, esencialmente, que están… Casualmente, mañana estaremos en Comodoro Rivadavia, en la Universidad, dando una charla sobre este tema, por ejemplo, las organizaciones locales que invitaron… Pero el gobierno, no, el gobierno no nos invitó.
DC: Por otro lado, y por último, usted dice que se transfirieron al exterior cerca de 270 mil millones dólares ¿Cuál fue el gobierno responsable de esto.
JR: Varios, lamentablemente y desgraciadamente, varios. Porque, desde la década del ’90 hasta ahora, ninguno le puso un freno a esta situación. Al contrario, cada uno que vino profundizó, de distintas maneras, en una dirección o en otra dirección, pero siempre salvaguardando el interés de los grupos multinacionales extranjeros. Y sería largo de hablar lo de Vaca Muerta, que también se nos ha planteado como una quimera del oro y, en realidad, eso puede ser también un desastre para la energía, desde todo punto de vista -sobre todo, contaminante-, lo que podría significar ahí el desarrollo, la producción de hidrocarburos no convencionales.
DC: ¿No sería conveniente, Rigane, acercarse hasta el Ministerio de Energía y presentar también usted una propuesta?
JR: Eso hemos hecho y hemos pedido reuniones, pero no hemos tenido la suerte de ser atendidos. Además, lo hemos hecho a través del MoRENO, hemos elevado una carta, lo hemos hecho de forma personal, después lo hicimos de forma pública. Bueno, con mucho gusto se las acercaría. Ahí hacemos todo un planteo respecto de qué hacer con el tema de la energía. Como siempre decimos, sin presentar ninguna verdad absoluta, presentar opiniones y conciliaciones. Obviamente, con quienes tienen experiencia en el tema, conocen, como Gustavo Callejas, en fin… y otros. Bueno, todos ingenieros, científicos, que tienen cuarenta o cincuenta años de experiencia en el tema.
DC: ¿Usted cree que esto es por ineptitud o porque hay un negociado detrás de esto, que no le permiten a usted brindar información al respecto?
JR: No, yo creo que es porque vivimos en un sistema que persiste en determinados objetivos. Es como preguntarse por qué durante 17 años no se repotenció la Central «9 de Julio» en Mar del Plata y este gobierno en siete meses lo resuelve… Por eso, no es que nosotros estamos en contra del gobierno éste o aquel gobierno. Lo que estamos planteándonos son iniciativas políticas diferentes. Y, en todo caso, podemos estar en contra de determinadas políticas, pero no desde el punto de vista político del gobierno. Lo mismo le menciono este ejemplo de la repotenciación de la Central «9 de Julio». Es algo que se tendría que haber hecho hace mucho tiempo, hemos tardado 17 años, ahora se comenzaron a hacer las obras y este gobierno lo resolvió en siete meses… seis meses, siete meses resolvió la primera etapa de la repotenciación. Lo que nos lleva a nosotros a pensar que los demás no lo quisieron hacer, por más anuncios que se hicieron.
ADC: José, siempre es un gusto charlar. Gracias.
JR: No, gracias a ustedes. Muy amables.
(*) José Rigane: Secretario General del Sindicato de Luz y Furza de Mar del Plata. / Secretario General de FeTERA (Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina. / Secretario Adjunto de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma).