Si su médico le diagnosticó hipertensión, no va a curarse, pero controlando su presión (haciendo tratamiento) reducirá su riesgo de enfermedades como los ataques al cerebro y al corazón, la insuficiencia cardíaca y las enfermedades renales.
El tratamiento depende de cuán alta es su presión sanguínea. También depende de su riesgo de padecer enfermedades cardíacas, vasculares y de otras complicaciones; a éstas se las llaman comorbilidades.
Recomendaciones:
– Reducir la cantidad de sal (sodio) de su dieta.
– Hacer ejercicios con regularidad, por ejemplo: caminar, nadar o andar en bicicleta (tres veces por semana durante 30 a 40 minutos).
– Bajar de peso, si tiene sobrepeso.
– Limitar la cantidad de bebidas alcohólicas y cafeína que bebe.
Si fuma, suspender o limitar el consumo de cigarrillos.