Durante los 90, el derecho que tiene todo trabajador de defender, desde la organización, sus derechos adquiridos, fue sistemáticamente vapuleado. No lo hicieron solamente los empresarios que multiplicaron sus beneficios en “La Argentina de la entrega”, sino que, también lo hizo el Estado que no únicamente dejaba hacer, sino que decretaba, legislaba y dictaba “justicia” para dejar hacer.
Como si la década infame siguiera reproduciéndose, la empresa EDEA quiso utilizar los mismos artilugios mafiosos para desarticular un justo reclamo laboral: sancionar a los trabajadores que participaran de las acciones decididas en asamblea. La decisión se encontró con otras, los trabajadores siguieron movilizados y el gobierno provincial intimó a la empresa a dar marcha atrás con el atropello.
En un documento, el Ministerio de Trabajo de la Provincia consideró que EDEA había descontado a los trabajadores, arbitrariamente y en forma proporcional, la Bonificación Anual por Eficiencia por su adhesión a los paros de actividades producidos con posterioridad al 20/12/2004, fecha de inicio del conflicto.
En la Resolución que lleva la firma del doctor José María Casas, Subsecretario de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, con fecha 4 de febrero de 2005, el área consideró que la medida de EDEA S.A. no se adecua a las reglamentaciones dispuestas en la Instancia de Conciliación Obligatoria, ya que durante la misma, ninguna de las partes puede realizar medidas que modifiquen directa o indirectamente las condiciones laborales.
Considerando que la medida de EDEA no contemplaba la reglamentación laboral para esta instancia, el Ministerio de Trabajo intimó a la empresa a reintegrar en el término de 48 horas la bonificación recortada.