Los Estados Miembros de la OIT se reúnen en la Conferencia Internacional del Trabajo, la cual tiene lugar cada año en Ginebra, Suiza, durante el mes de junio.
Cada Estado Miembro está representado por una delegación integrada por dos delegados gubernamentales, un delegado empleador y un delegado trabajador, más sus consejeros técnicos respectivos; los delegados empleador y trabajador se designan de acuerdo con las organizaciones nacionales más representativas de los empleadores y de los trabajadores.
Todos los delegados disfrutan de los mismos derechos y pueden expresarse con entera libertad y votar como consideren oportuno. Así, ocurre que los delegados de los trabajadores y de los empleadores voten en sentido opuesto, o en sentido opuesto al de sus delegados gubernamentales. Esta diversidad de puntos de vista no impide que las decisiones se adopten -con frecuencia- por amplia mayoría de votos, o incluso por unanimidad.
Muchos representantes gubernamentales son ministros encargados de los asuntos sociolaborales en sus países. Durante la reunión de la Conferencia, también hacen uso de la palabra jefes de Estado o de Gobierno. Las organizaciones internacionales, tanto gubernamentales como no gubernamentales, asisten en calidad de observador.
Las funciones de la Conferencia, a la que se alude a menudo como el parlamento mundial del trabajo, son varias:
– En primer lugar, está la de elaborar y adoptar normas internacionales del trabajo, que revisten la forma de convenios y recomendaciones. Los convenios son tratados internacionales que, una vez adoptados, se someten a la ratificación de los Estados Miembros. La ratificación crea una obligación jurídica de aplicar las disposiciones del convenio de que se trate. Por su parte, las recomendaciones pretenden orientar la acción en el plano nacional, pero no están abiertas a la ratificación ni son jurídicamente vinculantes.
– La Conferencia también supervisa la aplicación de los convenios y recomendaciones en el plano nacional. Examina las memorias que todos los Estados Miembros han de presentar para facilitar información detallada acerca del cumplimiento de las obligaciones contraídas en virtud de los convenios que han ratificado, y acerca de su legislación y práctica respecto de los convenios (ratificados o no) y recomendaciones sobre los cuales el Consejo de Administración haya solicitado la presentación de memorias.
– Desde la adopción, en 1998, de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, otro cometido importante de la Conferencia es el exámen del Informe Global preparado por la Oficina en virtud de los procedimientos de seguimiento establecidos por la Declaración. A lo largo de un ciclo de cuatro años, la Conferencia examina por turnos los informes globales que abarcan los cuatro derechos fundamentales, a saber: a) libertad sindical y de asociación y reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva; b) la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio; c) la abolición efectiva del trabajo infantil, y d) la eliminación de la discriminación en el empleo y la ocupación.
– La Conferencia es además un foro en el que se debaten, con entera libertad, cuestiones sociales y laborales que revisten importancia para el mundo entero. Los delegados estudian la evolución del progreso social en el mundo, pero el tema central es la Memoria que presenta cada año el Director General de la OIT. Durante los últimos años, estas memorias han tratado de los temas siguientes: El seguro social y la protección social (1.993), Preservar los valores, promover el cambio: La justicia social en una economía que se mundializa (1.994), Promover el empleo (1.995), La actividad normativa de la OIT en la era de la mundialización (1.997), Trabajo Decente (1.999), Reducir el déficit de trabajo decente – un desafío global (2.001) y Por una globalización justa: Crear oportunidades para todos (2.004).
– La Conferencia también adopta resoluciones que proporcionan orientaciones para la política general y las actividades futuras de la OIT.
– Cada dos años, la Conferencia aprueba el programa de trabajo y el presupuesto bienales de la Organización, financiados por los Estados Miembros.